Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Operación rescate del cine antiguo contra el reloj del deterioro

En la oscuridad de los archivos de las filmotecas, la memoria fílmica gana tiempo. Espera turno para subir a la balsa digital de rescate, que tampoco es eterna.

El antes y el después de la restauración digital de la película ‘Gigantes y cabezudos’, de Florián Rey (1925), por Filmoteca Española y Filmoteca de Zaragoza.
El antes y el después de la restauración digital de la película ‘Gigantes y cabezudos’, de Florián Rey (1925), por Filmoteca Española y Filmoteca de Zaragoza.
Filmoteca Española y Filmoteca de Zaragoza

"La película os dice: soy una película y no una cinta de acero, y por esta razón os ruego me tratéis con cuidado. Si me colocáis bien, paso tranquila y sin peligro entre las ruedas amenazadoras del mecanismo de vuestro aparato… Si la ventanilla del aparato está sucia, toda mi belleza desaparecerá, el polvo me produce rayas, y vuelvo a manos de mis propietarios fea, sucia y desagradable de ver. Os debo hacer un ruego: si me rompiera, no me reparéis poniéndome alfileres… Como he de hacer largos viajes, os ruego que os aseguréis que voy bien colocada en la caja y que ningún trozo mío queda fuera… Es muy importante que me coloquéis en mi propia caja. ¿Qué queréis? ¡Cada cual tiene sus costumbres!...".

En algunas latas de películas antiguas aparecían textos como este, en el que la propia cinta da consejos a los operadores de las salas de cine para prolongar su existencia. Como si ella misma fuera consciente de lo expuesta que estaba a deteriorarse e incluso a desaparecer. Que hasta puede, literalmente, morir de éxito, pues cuanto más gusta y se proyecta y se disfruta una película, más se destroza, aunque, claro, también se hacen más copias de ella.

Pese a su juventud –nació hace siglo y cuarto–, el séptimo arte envejece mal. No nació mirando a la eternidad, sino al entretenimiento y a la explotación comercial, y su soporte no es mármol de Carrara, sino un filme flexible que no estaba pensado para durar. Nitratos, diacetatos y acetatos son materiales efímeros que no ponen fácil su conservación a las filmotecas. Almacenes de memoria que van más allá de preservar el patrimonio fílmico en condiciones ambientales que ralentizan su degradación. Gracias a la restauración y a la digitalización, consiguen sacar de la oscuridad de los archivos obras que vuelven a lucir ante los ojos del público. 

Este año vio de nuevo la luz, remozada, la película ‘Gigantes y cabezudos’, de Florián Rey (1925), restaurada por Filmoteca Española, a propuesta de la Filmoteca de Zaragoza. Un éxito del cine mudo español que llevó la zarzuela a la gran pantalla, al tiempo que nos legaba un valioso retrato de la Zaragoza de hace cien años. Florián Rey aprovechó las fiestas del Pilar para contar con los habitantes de Zaragoza como figuración colectiva. Gracias a esta película se han podido reconstruir las comparsas de gigantes y cabezudos. O incorporar las imágenes de Miguel Fleta cantando una jota desde el balcón del zaragozano Hotel Inglaterra, en homenaje al ejército de Marruecos que desfilaba por la calle Alfonso I.

La película 'Gigantes y cabezudos', de Florián Rey (1925), ha sido restaurada recientemente por Filmoteca Española, a propuesta de la Filmoteca de Zaragoza. Florián Rey aprovechó las fiestas del Pilar para contar con los habitantes de Zaragoza como figuración colectiva. Gracias a esta película se han podido reconstruir las comparsas de gigantes y cabezudos. O incorporar las imágenes de Miguel Fleta cantando una jota desde el balcón del zaragozano Hotel Inglaterra, en homenaje al ejército de Marruecos que desfilaba por la calle Alfonso I.
Filmoteca Española

La historia del cine es a la vez la historia de una pérdida, aunque también de la lucha por recuperar y por encontrar lo desaparecido. El propio desarrollo de la industria cinematográfica y la carrera de relevos de las diferentes tecnologías se han llevado por delante imágenes que sabemos que existieron. Por ejemplo, no ha llegado hasta nosotros la primera versión de ‘Nobleza baturra’, realizada en 1925 por Juan Vilá Villamala y de la que solo queda un puñado de fotos fijas. Pero aún es posible encontrar tesoros. En ocasiones unidos a historias fascinantes.

Todavía siguen aflorando títulos que se daban por perdidos. "En estos últimos diez años han ido apareciendo latas de películas de distintas procedencias, familias relacionadas con el mundo del cine, almacenes, instituciones culturales o bancarias, casas antiguas, cines transformados, etc.", cuenta Ana Marquesán, directora del Departamento de Archivo e Investigación de la Filmoteca de Zaragoza.

Uno de estos tesoros se pasó casi cincuenta años metido en un saco de trigo, no muy lejos de un radiador. Tras escuchar en una entrevista radiofónica a Agustín Sánchez Vidal que se daba por desaparecida la película ‘Orosia’, rodada por Florián Rey en 1943, con localizaciones en Hecho y Ansó, "un particular se puso en contacto con la Filmoteca de Zaragoza para informar de que él guardaba una copia en su casa". Era Ángel Belloc, Eloy en la ficción, uno de los protagonistas de ‘Orosia’, y la había recibido como parte de sus honorarios. "Nos encontramos con un caso casi único dentro de la conservación de los materiales antiguos", comenta. El estado de la copia era excelente –solo la había proyectado un par de veces ante sus amigos– y así pudo rescatarse uno de los grandes títulos del director aragonés.

Aquella joya dormida fue sometida a estudio, lavado y copia y "pudimos comprobar que era una copia de exhibición completa que mantenía la continuidad, con una pequeña contracción en el soporte producida por el tiempo transcurrido y la falta de humedad". Se reestrenó el 23 de abril de 1992 en el cine Fleta de Zaragoza.

El "derecho cultural de los ciudadanos a disponer de su historia en imágenes" es lo que da verdadero sentido a la conservación y recuperación de nuestro patrimonio cinematográfico.

Marquesán cree que "puede que se sigan recuperando o encontrando cintas, pero ya en unas condiciones muy precarias y en mucha menor cantidad por el volumen que se ha ido recibiendo en estos últimos diez años". Si tuviera que elegir, su deseo sería rescatar documentales de principios del siglo XX, "estoy segura de que hay más y me encantaría encontrarlos porque son nuestra memoria en imágenes, el reflejo de una sociedad y de su evolución". Porque, en definitiva, ese "derecho cultural de los ciudadanos a disponer de su historia en imágenes" es lo que da verdadero sentido a la conservación y recuperación de nuestro patrimonio cinematográfico.

Otras películas recuperadas por la Filmoteca de Zaragoza son ‘Alma de Dios’ (1923), cinta de cine mudo de Manuel Noriega; títulos del primer sonoro como la revista musical ‘¡¡¡Abajo los hombres!!!!’ (1935), de José María Castellví; o un caso único en la historia de la conservación fílmica como ‘Carne de fieras’ (1936), de Armand Guerra.

La Filmoteca de Zaragoza ha recuperado películas como 'Alma de Dios' (1923), cinta de cine mudo de Manuel Noriega. Títulos del primer sonoro como la comedia musical '¡¡¡Abajo los hombres!!!!' (1935), de José María Castellví. Un caso único en la historia de la conservación fílmica como 'Carne de fieras' (1936), de Armand Guerra. Y, ya 1943, 'Orosia', de Florián Rey.
Filmoteca de Zaragoza

La colaboración con otras filmotecas es frecuente. La restauración de la película ‘Gigantes y cabezudos’ fue propuesta por Filmoteca de Zaragoza a Filmoteca Española en 2020. Tres años después, en enero de este año, se estrenaba para celebrar el cuarenta aniversario de la filmoteca zaragozana. Las tecnologías más avanzadas de restauración digital se aplicaron a un metraje que pudo completarse gracias a la colaboración. A la parte de los materiales de la Filmoteca de Zaragoza que se custodia en el recinto de seguridad para nitrato de Filmoteca Española se añadieron otros de su propiedad en soporte acetato.

En colaboración con la Filmoteca de Zaragoza, la película 'Gigantes y cabezudos' (1925), de Florián Rey, ha sido restaurada digitalmente por Filmoteca Española.

¿Cómo se decide qué restaurar?

Lo primero, "identificando materiales y sabiendo lo que tienes", responde Marquesán. Tras el estudio exhaustivo de las cintas, se da prioridad en función de "su estado, importancia histórica y por la posibilidad económica o la de poder establecer convenios con otras instituciones. En la actualidad, de forma más asequible gracias al avance de los sistemas digitales en su reconstrucción y tratamiento".

"El proceso es semejante al de cualquier obra de arte, con la diferencia de que las películas son kilómetros de material, cientos de miles de fotogramas, y estas intervenciones requieren mucha práctica, buen criterio y mucho tiempo"

Hay materiales tan frágiles que no soportarían ser proyectados de nuevo. Duermen en los archivos, con su luz apagada, esperando su turno, pues los procesos de restauración son lentos y costosos. "El proceso es semejante al de cualquier obra de arte, con la diferencia de que las películas son kilómetros de material, cientos de miles de fotogramas, y estas intervenciones requieren mucha práctica, buen criterio y mucho tiempo", explica Marián del Egido, directora del Centro de Conservación y Restauración de la Filmoteca Española.

"Una vez restaurada la película en soporte fotoquímico, se decide si se digitaliza o no, y si esa digitalización se restaura digitalmente o no", indica. Cada caso es diferente y se estudia en particular.

En estos fotogramas de ‘El espectro rojo’ (Segundo de Chomón, 1907) se aprecia el deterioro del nitrato original.
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S.O.S.

La salvación de imágenes históricas en mal estado de conservación, incompletas o ilegibles pasa por la digitalización y, cerrando el círculo de llegar al público, la proyección digital. La meta: contemplar la película lo más parecido posible al original. "Los mismos principios que rigen la restauración de un cuadro deben aplicarse a las películas", dice Marián del Egido. En estos fotogramas de ‘El espectro rojo’ (Segundo de Chomón, 1907) se aprecia el deterioro del nitrato original. Imagen: Filmoteca Española

'El espectro rojo' (Segundo de Chomón, 1907). Comparación entre el original nitrato y un duplicado fotoquímico.
'El espectro rojo' (Segundo de Chomón, 1907). Comparación entre el nitrato original y un duplicado fotoquímico.
Filmoteca Española

Fogosos nitratos

En sus albores, el cine buscó un material flexible, un filme que permitiera, por técnicas fotográficas, retener los fotogramas de las películas y luego proyectarlos en una pantalla. El primer cine (de 1895 a 1942 aproximadamente) está grabado sobre un soporte de nitrato de celulosa, que proporcionó una calidad de imagen tan excepcional como la problemática que arrastra. 

"Los nitratos, soporte propio del cine de los inicios, no pueden ser proyectados porque son materiales altamente inflamables –advierte Del Egido–. De hecho, dejaron de usarse hacia la mitad del siglo XX por la cantidad de incendios que produjeron en cines y laboratorios cinematográficos". En diciembre de 1934, un incendio en el cine de Calaceite (Teruel) durante la proyección de una película costó la vida de nueve espectadores. Además de ser altamente inflamable –a temperatura elevada puede producirse incluso la autocombustión–, una vez que ha prendido es imposible de apagar. ¿La razón? Se alimenta del oxígeno de su propia composición. 

"La fragilidad y la peligrosidad han provocado que se conserven muy pocos nitratos originales", señala Del Egido. Actualmente, "las filmotecas tenemos un edificio separado, bajo tierra en muchos casos, donde se conservan en condiciones muy especiales para evitar su degradación y con sistemas específicos de extinción en caso de incendio". Destinado a los nitratos propios y ajenos está el Voltio, separado del edificio general del Centro de Conservación y Restauración de Fondos Fílmicos de Filmoteca Española (CCR), que hace unos meses añadió a su nombre el del cineasta aragonés Carlos Saura. 

Nitratos de la Filmoteca de Zaragoza duermen en Madrid, en una de las 20 celdas de este sótano de hormigón del Centro de Conservación y Restauración de Fondos Fílmicos Carlos Saura. Con condiciones controladas y un acceso muy limitado debido a su inflamabilidad.
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El Voltio

Nitratos de la Filmoteca de Zaragoza duermen en Madrid, en una de las 20 celdas de este sótano de hormigón del Centro de Conservación y Restauración de Fondos Fílmicos Carlos Saura. Con condiciones controladas y un acceso muy limitado debido a su inflamabilidad. Imagen: Filmoteca Española

Película de nitrato de celulosa en avanzado estado de deterioro
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Triste celuloide rancio

Esto era una película que ya nadie podrá ver. Desde el mismo momento de su fabricación, el nitrato de celulosa empieza a envejecer. Solo hace falta esperar para asistir a su inevitable descomposición, con riesgo de contagiar a los materiales vecinos. Unas óptimas condiciones ambientales solo pueden ralentizar el proceso. Un tiempo extra para pensar qué salvar del mordisco del paso del tiempo. Imagen: Filmoteca de Zaragoza

Ganar tiempo

El tiempo corre también en contra del celuloide que, más lento o más rápido, se descompone y termina, literalmente, hecho polvo. Por eso las películas en soporte nitrato son de las primeras candidatas a subir al bote salvavidas de la digitalización. "En estos últimos años –apunta Ana Marquesán– hemos realizado muchas revisiones de los materiales depositados en el Voltio de seguridad para ir comprobando su estado de conservación, observando que el proceso de degradación del soporte va propiciado ya la desaparición de alguno de los títulos. Da pena ver cómo se degradan".

Película de nitrato en descomposición
Película de nitrato en descomposición
Filmoteca de Zaragoza

El otro espacio de conservación del CCR son los tres sótanos –15.000 m² para 36 almacenes– donde se ordenan los fondos conservados en soporte acetato, electrónico y digital.

Almacenes del Centro de Conservación y Restauración de Fondos Fílmicos de Filmoteca Española
Almacenes del Centro de Conservación y Restauración de Fondos Fílmicos de Filmoteca Española
Filmoteca Española

El control de las condiciones ambientales a muy baja temperatura y baja humedad relativa es una inversión importante en estos espacios que tiene un porqué: prevenir y ralentizar el deterioro de todo este patrimonio. Este refugio se ofrece gratuitamente a todo aquel que ostente la propiedad de colecciones fílmicas y las deposite en Filmoteca Española. 

Soporte fílmico de acetato
Soporte fílmico de acetato
Filmoteca de Zaragoza

Cuando los materiales llegan a ese puerto han vivido mucho. En algunos casos, paradojas del éxito, "películas muy conocidas que se han proyectado durante años reiteradamente, se encuentran en peor estado de conservación. Tienen más rayas, empalmes, marcas de proyección, roturas de soporte, deterioro del color", señala Del Egido. Pero "también son los títulos que han producido más copias de proyección, frente al cine menos comercial, más desconocido y menos proyectado, del que sin embargo, se conservan pocos materiales". En total, "conservamos más de 600.000 rollos de película, no todas identificadas correctamente". Una mina en la que "seguimos encontrando sorpresas", algo habitual también en museos, archivos y bibliotecas.

Esta película ha sido identificada en una revisión de fondos conservados en el CCR de Filmoteca Española en agosto de 2023. Se trata de una copia de ‘A Winter’s Tale’, cortometraje de 1909 producido por la compañía Edison en 22 mm.
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El último tesoro

Esta película ha sido identificada en una revisión de fondos conservados en el CCR de Filmoteca Española en agosto de 2023. Se trata de una copia de ‘A Winter’s Tale’, cortometraje de 1909 producido por la compañía Edison en 22 mm. Imagen: Filmoteca Española

Fragilidad digital

El nitrato de celulosa y diacetato de celulosa son altamente inflamables. Su sucesor, el triacetato de celulosa, sufre, en condiciones ambientales normales, el síndrome del vinagre. Los posteriores plásticos tampoco son eternos, pero ¿qué será del actual cine, grabado ya digitalmente y del cine antiguo digitalizado? ¿Es más seguro este barco al que hemos confiado la huella audiovisual de lo que somos y fuimos? La tecnología de hoy queda obsoleta mañana y los contenidos, inaccesibles si no hay ya máquina con la que leerlos. Los formatos deben migrarse y actualizarse constantemente, complicando el reto de la preservación digital. Rumbo al futuro, tratando de garantizar la conservación de nuestra memoria fílmica a largo plazo.

En cifras

  • 600.000 La Filmoteca Española conserva unos 40.500 títulos de películas inventariadas, en 245.000 tipos de materiales y más de 600.000 rollos de película en formato fotoquímico. Queda un 25% de películas sin catalogar.
  • 60% Hay en estos fondos largometrajes y cortometrajes profesionales, tanto de ficción como documentales, cine amateur, cine industrial, cine independiente y cine familiar. Algo más del 60% son depósitos de propiedad privada.
  • 1895 La película más antigua conservada en formato original es de 1895, ‘Annabelle Serpentine Dance’, una cortometraje mudo estadounidense producido por la compañía Edison. Un bello nitrato coloreado a mano.
  • 1% La digitalización de los fondos fílmicos, es un trabajo iniciado hace pocos años. Poco más del 1% de los títulos conservados está digitalizado por Filmoteca Española.
  • 70 años Se cumple el 70 aniversario de la creación de Filmoteca Española (originariamente Filmoteca Nacional).
  • 40 años La Filmoteca de Zaragoza ha cumplido 40 años. Fue constituida por el Ayuntamiento en 1981. Es una de las más veteranas de España.
  • 7.000 Su archivo fílmico incluye más de 7.000 entradas de materiales en celuloide y seguridad en todo tipo de pasos (16, 35, 91/2, S8, etc.) y soportes (nitrato, acetato, poliéster y digital).
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