sitios de leyenda y misterio en aragón

La Aljafería, el palacio majestuoso que el Ebro construyó en una sola noche

En el edificio se ambienta una obra de teatro de García Gutiérrez y la famosa ópera de ‘El trovador’. Pero esa historia de amor que se cuenta en ambos nunca tuvo lugar. Ahora bien, en la torre parece que vive una misteriosa dama.

La Aljafería se construó en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de al-Muqtadir.
La Aljafería se construó en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de al-Muqtadir.
Guillermo Mestre

A veces las leyendas nos aguardan a la vuelta de la esquina. Uno de los edificios zaragozanos con más ‘narrativa’ a su alrededor es la Aljafería. Afortunadamente, ya es bastante conocido que su torre es la famosa del ‘El trovador’, la ópera de Verdi. Y muchos creen que una de las leyendas de la Aljafería es precisamente esa historia de amor de Leonor con dos hermanos, Manrique y Antonio, que acaba con el suicidio de la muchacha. Pero no. La historia se la inventó de la nada Antonio García Gutiérrez para una obra teatral que tuvo mucho éxito en el siglo XIX y en la cual se inspiró luego Salvatore Cammarano para el libreto de ‘Il trovatore’.

Otras leyendas sí que son tradicionales. Hay una que se centra precisamente en esa torre, y que asegura que en ella vive una bella dama vestida de blanco que solo se aparece cuando debe anunciar algún mal grave para la ciudad (la última vez, en los Sitios). No se sabe muy bien si la joven fue asesinada por su marido o sufrió un amor no correspondido, pero el caso es que, cuando se aparece, va a la Seo para rezar y pedir clemencia ante los males que se avecinan.

La mayor parte de las leyendas siempre intenta aclarar un origen confuso o desdibujado. Y algunas, que lo parecen, no lo son. Es el caso de la que asegura que el foso del palacio estaba en época árabe lleno de fieras, osos, leones... Al parecer, fue así.

La Aljafería es un palacio fortificado construido en la segunda mitad del siglo XI a impulso de al-Muqtadir para que sirviera como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Al-Muqtadir (‘El vencedor’) logró que la taifa de Sarakusta alcanzara su máximo apogeo político y cultural pero no llegó a ver completamente acabado su ‘Palacio de la Alegría’, en el que recibía a embajadores y gobernantes extranjeros.

La leyenda sobre el origen de la Aljafería gira en torno a un príncipe, Ben Alfaje, que vivía en el alcázar de la Zuda (del que ha sobrevivido un torreón) y que paseando una noche por la orilla del Ebro, al llegar a la Almozara y descubrir la belleza vegetal de la zona, pensó en lo fantástico que sería construir allí un palacio de alabastro, mármol y yeso que deslumbrara por su belleza. Un palacio que él no tenía. Ben Alfaje llegó a formular su deseo en voz alta y un anciano que lo escuchó se dirigió a él y le propuso un trato. Si le entregaba a su favorita le concedería el deseo.

El anciano era en realidad el espíritu del río que baña la capital aragonesa, el Padre Ebro, y tras cerrar el trato con el príncipe, éste se quedó dormido. Al despertar, a la mañana siguiente, la Aljafería estaba en pie, en toda su magnificencia.

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