La fiesta de celebración del trigésimo aniversario del Monegros Desert será completa. A falta de cuatro días para que arranque el festival de música electrónica, el lleno está prácticamente asegurado ya que este lunes quedaban menos de 500 entradas disponibles de las 50.000 que contempla el aforo máximo. Por segundo año consecutivo se colgará el cartel de ‘no hay billetes’, una muestra de la vigorosa salud de la que disfruta el evento.

El alcance de esta cita no se acota a la geografía nacional, sino que su componente internacional es cada vez más preponderante. Sin ir más lejos, el año pasado casi la mitad de los asistentes fueron extranjeros procedentes de 85 países: 6.000 desde Francia, 5.000 de Italia y 3.000 de Estados Unidos. En 2023 se mantendrá esta tendencia expansiva. Un volumen de gente que genera un impacto en la economía local de unos 30 millones de euros, según la organización.

"Después de un año estamos muy motivados con volver a vernos las caras con las miles de personas con las que nos reencontraremos en el desierto. Estamos muy felices para que vuelva a ser un éxito", explica Juan Arnau Lasierra, el máximo responsable del festival, recién llegado de Londres, donde el pasado sábado organizó una multitudinaria fiesta de Elrow.

Los operarios ya están trabajando sobre el terreno a contrarreloj para que las instalaciones de esta fugaz ‘ciudad del entretenimiento’ esté lista. Y es que, además de lo abundante y sugerente del cartel artístico, con nombres aristocráticos como Wu-Tang Clan, Richie Hawtin, Ben Sims, Pendulum o Fernando Costa repartidos en once escenarios, una de las prioridades es la mejora en la comodidad de los ‘ravers’ para hacer su experiencia más agradable y subsanar así las quejas cosechadas en 2022.

Cronológicamente, la primera crítica que surgió se ciñó al acceso al festival, que se demoró durante varios minutos con la preceptiva formación de largas filas. Para este 2023 se ha anunciado el aumento de la carpa de entrada en unos 100 metros y la formación de 55 carriles para los tiques normales (general) y 6 especiales para el ‘standing vip’, que deben servir para agilizar el ingreso en las instalaciones.

Limpieza, agua y transporte

La limpieza es otro punto en el que se invertirán más medios, en especial en los baños, una de las infraestructuras más sensibles en un evento de estas dimensiones. El número de servicios pasará de 515 a 729, lo cual supone un incremento del 41%. Un nutrido equipo limpiará y adecentará continuamente las nueve áreas de baños. Además, se realizará un vaciado integral de las cabinas de aseo al menos en dos ocasiones durante el festival, con una flota de camiones y vehículos que efectuarán este proceso. Finalmente, también se incrementarán los puntos de agua potable gratuita, otra de las quejas más esgrimidas en 2022. Van a pasar de los cuatro de 2022 a los 75 de 2023.

Otra de las novedades será la instalación de un servicio de guardarropa con un mostrador de 25 metros que será gestionado por un equipo integrado por 35 personas. Al pasar más de 20 horas en un recinto cerrado, en muchos casos supone un alivio poder ‘aparcar’ con seguridad durante ese tiempo mochilas y otros objetos.

El transporte para el acceso y salida del recinto es otro capítulo esencial. Se han adoptado una serie de medidas. Se va a instalar una nueva entrada y salida del festival en el kilómetro 418,5.

Además, se mejorará la señalización y se aumentará el personal que dirigirá el tráfico. También se redistribuirán los espacios de aparcamiento según el vehículo y se levantará una nueva estación de autobuses más amplia (los servicios de bus entre Zaragoza y el desierto fragatino son vitales y muy utilizados).

También se incrementará la capacidad de acumulación de vehículos en los caminos del entorno de la fiesta de la música electrónica. Finalmente, se procederá a la desviación de vehículos para el momento del desalojo, que será claramente diferenciado y señalizado para los que vayan en dirección Barcelona y Madrid.