ARTES Y LETRAS

Paco Algaba: «Creo firmemente que la mirada es un acto político»

La galería Antonia Puyó presenta su último proyecto 'Octeto', una experiencia transformadora para el visitante

Retrato del video creador y artista conceptual Paco Algaba.
Retrato del video creador y artista conceptual Paco Algaba.
Candela Algaba.

Una galería privada, Antonia Puyó, arriesgándose, presenta una instalación propia de un museo. Es cine que exige un modo peculiar de exhibición. Obra de Paco Algaba. El mérito de la galería y de Patricia Rodrigo, su directora, es extraordinario. Cuenta también el apoyo de la empresa The Mo. En un excelente e íntimo montaje, a modo de capilla, se nos ofrece ‘Octeto’. ‘Trinidad’, tercera parte de una tetralogía (Descripción del terreno) que iniciaron ‘Volksgeist’ y ‘Europa Solar’, presentadas en el IAACC Pablo Serrano y otros centros de arte españoles. Algaba ha viajado a regiones árticas o se ha perdido por el Campo de Belchite, lo que allí encuentra se nos muestra como imprevisto hogar de la lucidez.

Cine al margen de la narratividad. Debemos aceptar, Paco Algaba, sin demasiados cuestionamientos, la voluntad de ser cine de lo que realiza, al margen del modo y de los espacios de presentación, en galerías, centros de arte.

La expresión cinematográfica se ha convertido en una extensión de la narración literaria. El signo fílmico es temporal, con él no sólo se representa, sino que se escribe. Los caminos del cine están por escribir, por deslindar, por explorar más allá de su impronta literaria y su devenir ilustrativo. Trabajo en la frontera, huyo de la referencialidad de lo argumental y lo simbólico. También como posición ante una sociedad hipernarrativizada. La sala expositiva es un espacio muy potente para la práctica cinematográfica. Estas obras no se ven hasta que no están expuestas y eso es difícil para el artista y también para el galerista. Mi agradecimiento a Patricia (Rodrigo) es inmenso.

"Necesito deambular el camino a ninguna parte. He reducido la cámara a la imagen y la materia al mundo, todo lo demás es ruido. Trabajo solo. Nunca me he visto como un narrador, tal vez, como un poeta"

El título de su proyecto actual, ‘Octeto’, responde a la idea de la orquesta de cámara: una pieza para ocho monitores. Otro modo de montaje, que sería la esencia del cine.

Hablar de montaje es hablar del vacío. Lo importante no es el sentido que se genera con la relación entre un plano y su precedente sino el abismo entre ambos, esa sustracción que nos lleva al vacío, a lo que sólo se puede mostrar como sublime, como asombro, como aquello que es imposible de desvelar, pero está.

Rodaje de la Foz de Zafrané, en La Puebla de Albortón.
Rodaje de la Foz de Zafrané, en La Puebla de Albortón.
Paco Algaba

Y un paisaje sin figuras. En sus últimas obras no hay nadie, pero entiendo que la confrontación con la mirada es clave.

Tal vez sea un paisajista. María Enfedaque ha dicho que hago autorretratos. No lo sé. La figura humana… me resulta obsceno hablar del dolor humano de manera interpuesta. Mi trabajo es con el espacio y el tiempo y mi proceder, mirar. Nada es natural, todo es cultural y así discurre nuestra estancia. A veces, cuando menos te lo esperas, va la naturaleza y te da un puñetazo, incluso te mata. Esos tiempos son los que me interesan. Había venido desbrozando los conceptos paisaje, territorio y terreno en cuanto a sus afectos culturales y políticos. Esta tercera parte de mi tetralogía se desafecta de éstos y transita en el orden espiritual. La mirada es un acto político, lo creo firmemente, y también, qué si sólo es eso, es irrelevante. Mirar no es enunciar, mirar es renunciar.

Me parece extraordinaria la referencia a la Trinidad simbólica, el árbol, la casa y la montaña, del icono de Andrei Rublev, el pintor medieval ruso, protagonista de una obra maestra de Tarkovski.

Trabajaba sobre el iluminismo actual –el del móvil, que nos vomita constante la verdad en el bolsillo–, sobre los vínculos de la fascinación, la ceguera con los procesos tardofascistas y recordé a Rublev, de Tarkovski, como un antídoto, vagando sin sentido por la condición humana hasta pintar ese icono. Vagar en busca de explicarse en su existencia es lo que hacen mis imágenes. Finalmente, este icono expresa una humanidad coronada por tres símbolos: el árbol, la casa y la montaña, sin los que ni podemos explicarnos ni representar el mundo.

Trabaja con la libertad y con los riesgos de la soledad. ¿Cuál es el rol del cineasta anacoreta? 

Un renunciante. De hecho, mirar es renunciar. Necesito deambular el camino a ninguna parte. He reducido la cámara a la imagen y la materia al mundo, todo lo demás es ruido. Trabajo solo. Nunca me he visto como un narrador, tal vez, como un poeta.

Rodaje con nieve en el campo de Belchite.
Rodaje con nieve en el campo de Belchite.
Paco Algaba.
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