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Hugo Ruiz: "Compartí un 'brunch' con Robert de Niro y no me lo podía creer"

El cineasta zaragozano, de 48 años, ha obtenido con su primer largometraje, 'Una noche con Adela', el premio al mejor director novel en el Festival de Tribeca, en Nueva York, con la unanimidad del jurado. 

Hugo Ruiz posa para HERALDO en su domicilio madrileño.
Hugo Ruiz posa para HERALDO en su domicilio madrileño.
Enrique Cidoncha

¡Felicidades!

Muchas gracias. Está siendo todo muy fuerte. Ya fue un hito hacer la ‘premiere’ de la película en Tribeca y ganar el premio al director novel es una locura.

¿Cómo se enteró de la feliz noticia?

No tengo redes. Mi jefa de prensa me envió una captura de Twitter porque estaban retransmitiendo la gala en directo. A partir de ese momento comenzaron a llamarme mi representante, miembros del equipo de la película… Estuve hasta las tantas de la mañana. Tuve que grabar un vídeo para enviarlo al festival agradeciendo el premio.

¿Pudo conciliar el sueño?

No pude dormir hasta las cuatro y pico de la madrugada. Y cuando me he despertado tenía un montón de mensajes y llamadas perdidas que voy a contestar poco a poco. Ha sido una locura, increíble.

¿Qué supone ganar un premio tan importante con su primera película y en un festival tan prestigioso?

Muchas cosas. El cine español ha estado muy poco representado en Tribeca. Con películas españolas de ficción solo habían estado antes Álex de la Iglesia y Alberto Rodríguez. Mi premio ha sido con una decisión unánime del jurado. Lo que me están transmitiendo mis representantes, que llevan 50 años en el medio, es que es un punto de inflexión en mi carrera porque pueden abrirse muchas puertas en Estados Unidos. En seguida ponen los ojos en ti y en la película. No sé dónde me llevará esto porque es un mundo desconocido para mí pero estoy muy emocionado.

¿Alcanzar este éxito a punto de cumplir 49 años trasciende al galardón? ¿Supone un refrendo a otras muchas cosas?

No se lo puede imaginar. Cuando era pequeño, mientras mis amigos tenían en sus habitaciones fotos de chicas o de futbolistas, yo tenía colgadas biografías de actores y directores. Iba cada mes al kiosco para comprar el ‘Fotogramas’ y devorarlo página por página. Cuando tenía 3.000 pesetas, le decía a mi madre que me dejara en el Corte Inglés y estaba cuatro horas para decidir qué película en VHS iba a comprar.

¿Cómo fue la experiencia en Tribeca?

Eso es otro mundo. Cuando llegó la invitación para el festival ya vimos que la película les había impresionado. Decían unas cosas en los correos electrónicos muy elogiosas. Y, una vez allí, comprobé que las palabras eran hechos. Estaba todo el festival revolucionado. Los programadores que presentaron los pases hablaban maravillas. Sentía que algo estaba pasando. Al final ha cristalizado con el premio.

¿Conoció personalmente a Robert de Niro, uno de los fundadores del festival?

Sí, compartí un ‘brunch’ con él. No me lo podía creer. Soy muy poco mitómano, solo lo soy con mis dos grandes ídolos, Quentin Tarantino y Woody Allen. Estar en la misma habitación con De Niro fue increíble. Impone mucho. Tienes delante a un dios del cine.

¿Cómo nació su pasión por el séptimo arte?

Recuerdo que en casa no tuvimos vídeo durante mucho tiempo. Éramos una familia de clase media y mis padres prefirieron poner el foco en otras cosas. Iba mucho a casa de un primo que tenía un montón de películas que alquilaba en el videoclub para el fin de semana. Sentía una envidia sana. Me encantaba ir allí y verlas. Me preguntaba que cómo se haría aquello tan mágico llamado cine. Se me metió en las venas.

¿Iba al cine en Zaragoza?

Mucho. Íbamos sobre todo al Cervantes, a los Palafox y al Aragón.

¿Recuerda películas que le marcaran?

Cuando vi ‘Taxi Driver’ me quedé en la butaca del cine alucinado, sin saber qué decir. Me maravillaba cada gesto que hacía Robert de Niro. De niño era un fan absoluto de él. De Coppola lo veía todo. ‘El Padrino’ la habré visto más de 50 veces cada una de las partes. ‘La parada de los monstruos’ también me dejó boquiabierto.

Hugo Ruiz, en su lugar de trabajo y reflexión.
Hugo Ruiz, en su lugar de trabajo y reflexión.
Enrique Cidoncha

¿Se le pasaba por la cabeza dedicarse al cine o era una quimera?

Siempre supe que por lo menos lo iba a intentar. Tenía muy claro lo que quería pero no sabía cómo conseguirlo. En Zaragoza en aquellos momentos no había escuelas para estudiar cine y el entorno social no era el más apropiado. Todo el mundo estudiaba Derecho o Empresariales. En mi interior sabía que algún día haría cine.

Ese día le llegó con 35 años.

La primera vez que toqué una cámara fue con 35 años. Hasta entonces estuve imaginando historias y haciendo bocetos, escribiendo guiones que no enseñaba a nadie. Pero a los 35 me dije que era la hora de intentarlo. Decidí comenzar a escribir de forma autodidacta. Sabía lo que quería hacer pero lo fui aprendiendo por mis medios. Mi familia siempre me apoyó en todo. Ha sido un camino muy largo en el que he tenido mucha determinación. Cuando me decían que no, yo seguía mi camino. En los malos momentos nunca me he desinflado. De hecho, en Aragón me dijeron que no en muchas ocasiones en todos los proyectos, la verdad es que nunca me apoyaron las instituciones, las cosas como son. Me vine a Madrid y comencé a hacer mis cositas.

¿Cómo hizo ese clic?

Creo que si hubiera tenido éxito de joven, no lo hubiera sabido gestionar. Aposté por el cine cuando me asenté personalmente: conocí a mi mujer, me casé, tuve a mi hijo… En ese momento es cuando sentí que ya estaba preparado.

¿Cómo reaccionó su familia?

Me dijeron que adelante. Durante unos años compatibilicé mis trabajos alimenticios con el cine. Mi meta era dedicarme exclusivamente al cine, algo que afortunadamente he conseguido desde hace unos años.

Ha sido un camino de 14 años hasta levantar su primer largometraje.

Es un mundo muy complicado, pero cuando tienes amor y pasión por algo merece la pena ese esfuerzo. Es un proceso muy lento. Para generar lo que está ocurriendo ahora y hacer tu primer largometraje, antes tienes que rodar cortometrajes que conllevan inversión económica y tiempo. No es fácil. Hay muchos creadores fantásticos que también tienen sus proyectos. Lo que yo he intentado es que mis proyectos fueran originales. Cuando me preguntan qué es lo más importante en un guión siempre digo que originalidad, salirte del cliché. Que sea bien estructurado y creíble pero con originalidad. Eso siempre me ha funcionado.

¿Cómo dio con la actriz Laura Galán para el papel protagonista antes de que ganara el Goya con ‘Cerdita’?

Realmente yo había escrito ese papel para una actriz española muy popular. En el ‘impasse’ de que le envié el guión a su representante y su respuesta, me llegó un ‘reel’ (carta de presentación audiovisual) de Laura. En cuanto la vi supe que esa era Adela. Lo tuve clarísimo. No miré nada más. Cuando me contestó la otra actriz diciendo que le entusiasmaba el guión, le dije que no. Prefería a Laura, aunque la otra era mucho más conocida.

¿Qué plan seguirá la película a partir de ahora?

Haremos un estreno en Madrid y otro en Aragón, estaremos en un festival y habrá una ‘premiere’ europea y, de cara al invierno, llegará a los cines.

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