Al Ayre Español revisita la música del Siglo de Oro en la sala Mozart del Auditorio

El recital de la formación zaragozana se centra en autores españoles de la época, con la salvedad del italiano Corelli

Al Ayre Español, uno de los grupos del cartel del festival, que cumple 30 años.
Al Ayre Español, en una imagen de archivo
Diputación de Huesca

La Temporada de Grandes Conciertos del Auditorio de Zaragoza continúa este jueves por la tarde (19.30, de 20 a 50 euros en Ibercaja) con el recital que dedica Al Ayre Español a la música del llamado Siglo de Oro, que realmente abarcó todo el XVI y buena parte del XVII. La formación zaragozana que fundara Eduardo López Banzo en 1988 defenderá un repertorio integrado por autores españoles, con la salvedad del violinista y compositor italiano Árcángelo Corelli, de quien se interpretarán dos partituras. La apuesta tiene un bautismo curioso: ‘¡Oigan, miren y vengan a ver! Música inédita del Siglo de Oro’.

Al Ayre Español fue Premio Nacional de Música en 2004 por su «rigor musicológico y excelencia en la interpretación», residente en el Auditorio desde ese mismo año y proyecto embajador de la ciudad desde 2011. Hoy abordará un programa que comprende trabajos de cinco compositores. Además de Corelli, habrá doble presencia de Matías Juan de Veana y Sebastián Durón, mientras que de Cristóbal Galán se interpretarán tres piezas, por una de Juan del Vado, quien aporta el villancico que da título al concierto.

Eduardo López Banzo, hijo predilecto de Zaragoza desde octubre de 2010, dirige Al Ayre Español. Estudió órgano y clave en Zaragoza, con José Luis González Uriol, y en Ámsterdam con Jacques van Oortmersen y Gustav Leonhardt. Leonhardt le animó a trabajar en pro de la música barroca española.

El enigmático y olvidado Galán

La Grande Chapelle de Albert Recasens rescató hace 12 años en un disco parte del legado musical del agustino Cristóbal Galán, fino compositor e intérprete que se dedicó a la docencia y a quien se atribuye una sapiencia musical muy por encima de sus pares de la época. El dato curioso es que aunque en su biografía se repite a menudo que nació en Valencia en 1625, es muy posible que lo hiciera en alguna localidad aragonesa. De hecho, ejerció la docencia en Morella (Castellón) y la ciudad de Teruel.

Entre los demás autores reivindicados hoy por López Banzo, la figura de Corelli resulta muy relevante. Dedicado desde muy joven a la dirección musical y la composición, su obra no es muy vasta, pero sí influyente en las generaciones inmediatamente posteriores (nació en 1653), con una huella palpable en el trabajo de Haendel o Bach. Se centró en la música instrumental, especialmente en el violín, y fue una especie de estrella del rock en aquellos años, ya que fue pionero español en alcanzar el aplauso general sin dedicarse a la música cantada.

En lo tocante a Matías Juan de Veana, sacerdote y maestro de capilla, su gran aportación más allá de las obras religiosas estrictas estriba en el buen gusto de sus villancicos, que solían tener un tono jocoso. A Durón se le reconoce como el mejor autor de música escénica de su tiempo en España, junto a a Antonio de Literes, y el organista Del Vado dejó a su muerte 20 misas, 96 tonos y 6 obras escénicas, además de establecer unas admiradas reglas de acompañamiento.

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