Muere la cantante Tina Turner, la reina del rock

La 'Reina del Rock'n Roll', ha fallecido después de padecer una larga enfermedad

Tina Turner, en Zaragoza
Tina Turner, en Zaragoza
Guillermo Mestre

Tina Turner, la mujer que vendió más de 200 millones de discos gracias a temas míticos como 'The Best', 'River Deep - Mountain High' o 'What's Love Got to Do with It', murió este miércoles a los 83 años "tras una larga enfermedad en su casa de Küsnacht, cerca de Zúrich (Suiza)", según informó su representante. "El mundo pierde una leyenda de la música y un modelo a seguir" , apostilló el mánager.

Nacida con el nombre Anna Mae Bullock, en Brownsville, en el estado Tennessee (EE. UU.) formó una histórica pareja musical con Ike Turner, su marido, quien sumió a la estrella del rock en un verdadero infierno de palizas y desplantes. Pese a que la sometió a un trato degradante y se portó con ella como un miserable, también es verdad que fue el artífice de su éxito y el hombre que supo extraer lo mejor de esta leyenda de la industria musical.

Tina Turner se topó con todas las adversidades y casi todas las superó. Remontó una infancia traumática, sobrevivió al macarra de su marido, sobrenadó la ruina económica y superó la muerte prematura de miembros de su familia, así como un sinfín de enfermedades. Tina Turner renació en los ochenta con canciones, convertidas ahora en clásicos, para levantarse tras su separación de Ike.

Vio la luz en un sótano lóbrego de un hospital destinado a las mujeres negras que parían en el condado. "Mi madre, Zelma, era cariñosa con mi hermana, pero conmigo era distinta. Yo sabía que nunca me había querido. Esa es una carga pesada para una niña pequeña", escribió en sus memorias, publicadas en España con el título 'La felicidad nace de ti'.

La cantante, dotada de una prodigiosa voz (ante solo cabe arrodillarse en un reclinatorio), se jugaba el tipo con coreografías audaces y de dificilísima ejecución que realizaba junto a las Ikettes. Con Ike logró cuajar uno de los dúos musicales que marcaron un antes y un después en la música negra en los 60 y 70. Con su marido navegó entre las procelosas aguas del jazz, el soul y el rock.

Aparte de sus reprobables maneras, Ike mantenía negocios de dudosa reputación que de vez en cuando terminaban en los tribunales: cheques fraudulentos, un sistema para cargar sus llamadas telefónicas a otros números y otros chanchullos.

Su marido era un tirano, de una desfachatez solo comparable a su talento. Ike montó un circuito cerrado de televisión solo para observar lo que hacía Tina en casa. La cantante no osaba pisar el estudio a no ser que antes lo autorizara su destemplado y colérico marido, que gastaba un carácter atrabiliario con todos los que se pusieran por delante. El tipo mantuvo encerrados a los Rolling Stones cuando aparecieron de visita por allí. Otras estrellas del rock sí que le tomaron la medida. No fue el caso de Tina, que más de una vez acabó con los labios rotos, los ojos amoratados y las articulaciones descoyuntadas por sus mandobles.

Por eso no es extraño que pidiera el divorcio en 1978. Con todo, Ike Turner supo ver enseguida el diamante en bruto que encerraba Tina. Pronto llegaron los éxitos, uno de los primeros 'A Fool in Love'. La especialidad de la pareja eran las actuaciones en directo, en las que se desataba el delirio. Toda la rabia acumulada, toda la tiranía sufrida, todos los golpes encajados los exorcizaba la cantante en el escenario. «Una noche, antes de prepararme para salir al escenario, intenté suicidarme tomando 50 pastillas para dormir», confesó en sus memorias.

De su encuentro en 1966 con el productor Phil Spector nació un clásico como 'River Deep - Mountain High', publicado en Philles, el sello del productor. Fue el primer tema en el que se desprendió de los grilletes conyugales y fue ella misma, sin tutelas.

Escapó por fin del circulo vicioso de drogas y malos tratos gracias a las enseñanzas budistas. En 1976 dijo basta. Tras sufrir la enésima paliza de camino al hotel Hilton de Dallas, donde tenían que actuar esa noche, subieron a la habitación. Aprovechando que él se quedó dormido, ella cogió su equipaje de mano y ya no regresa jamás. Fue su día de la liberación.

Con la tinta de la sentencia de divorcio aún reciente, comenzó su travesía del desierto. Fue entonces cuando actuó en los casinos de Las Vegas y todo tipo de programas de televisión, trabajos alimenticios que al menos le ayudaron a para pagar las deudas contraídas con los promotores de su última gira. Al encontrar a Roger Davies, su nuevo mánager, pudo respirar aliviada. El la ayudó en su empeño de erigirse en la primera artista femenina de rock en llenar estadios como lo hacían los Rolling Stones. «Era la primera vez que controlaba mis propios shows. Era mi propia jefa», decía

Los años 80 fueron un tiempo de renacimiento. La estrella se adaptó a los tiempos y grabó piezas de pop de factura más facilona. ¿Traición? No, al contrario. Su leyenda se agigantó. El disco 'Private Dancer' (1984) hizo de ella una figura legendaria. Luego sacó 'Break Every Rule' (1986) y 'Foreign Affair' (1989), que incluía un sencillo apabullante, 'The Best'. Tina Turner se dejó camelar por el sonido de los sintetizadores, pero su torrente de voz, el grito desgarrador de los negros sojuzgados, seguía siendo imponente.

El destino de Tina dio un giro cuando conoció en 1986 a Erwin Bach, un joven ejecutivo discográfico que fue enviado por su compañía a recogerla al aeropuerto de Heathrow, con el que empezó a salir a los pocos meses. Luego de casi tres décadas de compromiso, se casaron en Zúrich en 2013, el mismo año que ella recibía la nacionalidad suiza.

Mucho se ha hablado de las piernas de Tina, piernas largas, bellas y electrizantes. Los rumores hablaban de que la cantante las tuvo aseguradas por la astronómica cifra de 3,2 millones de dólares.

En 2000, a la edad de sesenta y un años, decidió retirarse de los escenarios, algo que no hizo del todo. Cuatro años más tarde publicó un nuevo álbum recopilatorio titulado 'All the Best', que incluía, entre otros, el sencillo 'Open Arms', un tema que cosechó un gran éxito en Europa pero no en Estados Unidos. En cualquier caso, 'All the Best' fue su primer álbum en once años en conseguir un disco de platino en EE UU.

En 2013 Tina se retiró, esta vez sí, de la música y los conciertos. Lo hizo después de cincuenta y cuatro años de carrera artística. Renunció a la nacionalidad estadounidense para transformarse en una ciudadana suiza de pleno derecho. Hoy cerró su ojos para siempre, lo que deja un vacío abismal en el corazón de sus fieles.

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