Redactor de Cultura de HERALDO DE ARAGÓN

'Turia’: Teruel abierto al infinito

Museo Pablo Serrano: presidente de la Diputación de Teruel, Nacho Escuín, Raúl Carlos Maícas, José-Carlos Mainer y José María Conget. Se presentaba el monográfico dedicado al autor zaragozano, que reside en Sevilla.
Museo Pablo Serrano: presidente de la Diputación de Teruel, Nacho Escuín, Raúl Carlos Maícas, José-Carlos Mainer y José María Conget. Se presentaba el monográfico dedicado al autor zaragozano, que reside en Sevilla.
Asier Alcorta/Heraldo.

Turia’ ha sido, es y será para mí un proyecto de vida. Una suerte de sacerdocio laico. O, como dice el diccionario de la RAE, una ‘consagración activa y celosa al desempeño de una profesión o ministerio elevado y noble’” decía a HERALDO el domingo 8 de noviembre de 2020 Raúl Carlos Maícas, director y fundador de la revista turolense. Añadía que habida cuenta de sus inquietudes intelectuales “la creación de la revista parecía algo natural, inevitable, deseado”. Y recordaba que hubo algunas personas claves, hasta la incorporación de Ana María Navales muy pronto: el escultor Pablo Serrano estuvo entre ellos, también otro turolense como Pedro Laín Entralgo (que escribía de Miguel Labordeta, nada menos), y por supuesto otros dos personajes claves: Gonzalo Borrás Gualis, director del Instituto de Estudios Turolenses, y el presidente de la Diputación de Teruel, Isidoro Esteban. Maícas tenía en la cabeza el modelo de ‘Revista de Occidente’, que había fundado José Ortega y Gasset, ‘Cuadernos del norte’, de Juan Cueto, y ‘Barcarola’, de Albacete, que aún sigue viva y publica una nueva monografía de Julio Cortázar.

‘Turia’ cumple pues 40 años y lo hace a lo grande: con el premio Aragón. Hasta ahora ha publicado más de 42.000 páginas, 146 números y se ha hecho famosa por sus constantes apuestas integradoras. Maícas y Ana María Navales interiorizaron una frase que ha operado como un mantra o como un principio para ambos: “Lo universal es lo local sin paredes”, de Miguel Torga, que tantas veces ha recordado su director.

En la revista siempre ha habido un poco de todo. Un corpus inicial de artículos de fondo, sobre todo literarios, agrupados bajo el epígrafe ‘Letras’; dos secciones de creación, básicamente anticipos de textos o avances de libros en marcha, ‘Taller’, de prosa, y ‘Poesía’; una apuesta específica de pensamiento; dos entrevistas, casi siempre realizadas por periodistas que están en Madrid y a veces en Aragón (como fue durante años el caso de Juan Domínguez Lasierra o Juan Carlos Soriano, especialmente); dos secciones interesantes y a menudo reveladoras, centradas en Aragón y en Teruel, tituladas ‘Sobre Aragón’ y ‘Cuadernos turolenses’. Además, en cada número, en la sección ‘La isla’, ilustrada por Isidro Ferrer, Raúl Carlos Maícas ha publicado sus reflexiones en forma de diario, que ha recogido posteriormente en libro. 

Maícas, en la entrevista citada y a propósito de Aragón, recordaba que “hemos redescubierto a nombres propios que nos dejaron huella como nuestros paisanos Jerónimo Lafuente, Domingo Gascón, Nipho, Víctor Pruneda, Antonio Cano o Antonio Maenza. También hemos hablado, con claridad y solvencia, del maquis gracias a un trabajo que fue pionero del profesor Gaudioso Sánchez Brun, por ejemplo”. Podrían añadirse muchos otros nombres: Clemente Pamplona, Elvira de Hidalgo, y por supuesto textos sobre viajes, antropología, periodistas e historiadores, la Guerra Civil, etc. Juan Villalba Sebastián, asiduo colaborador de la publicación, parece haber gestado allí algunas de sus monografías sobre cantantes de ópera, cineastas o libros por Teruel capital y por Albarracín.

La revista es variada y plural. Ha atendido a voces del mundo entero (con distintas primicias), y entre ellas españolas y aragonesas, lógicamente. Cada número ha intentado ser una pequeña aventura. Merced a los trabajos exhaustivos de los ya famosos y buscados ‘Cartapacios’, la revista se ha presentado en varias ocasiones en distintos foros madrileños, en México, en Nueva York, en el IVAM de Valencia, en Barcelona, y por supuesto en Teruel y Zaragoza. 

La revista es variada y plural. Ha atendido a voces del mundo entero (con distintas primicias), y entre ellas españolas y aragonesas, lógicamente. Cada número ha intentado ser una pequeña aventura.

Esos ‘Cartapacios’ se han dedicado a figuras muy diversas, como Luis Buñuel, objeto de varios y protagonista del último número, y Segundo de Chomón, y con ellos Wislawa Szymborska, Salvador Dalí, un gran pintor y estupendo escritor, Max Aub, pero también Soledad Puértolas, Javier Tomeo, Ignacio Martínez de Pisón, Ramón José Sender, Benjamín Jarnés, José María Conget, Antonio Machado, Claudio Magris, Roberto Bolaño, Patrick Modiano, Enrique Vila-Matas, Mario Vargas Llosa (Maícas decía que uno de sus mejores días fue la tarde que estuvo con el escritor en su casa para entrevistarlo y preparar el monográfico que se le dedicó: “Llegué inquieto y salí deslumbrado”, confesaba), Rafael Chirbes, Luis Mateo Díez, Carmen Martín Gaite, Lídia Jorge, Robert Walser, etc., pero la lista es mucho más larga, y desde hace algunos años la extensión del monográfico ronda o supera las 200 páginas y se completa con una exhaustiva bibliografía.

‘La Torre de Babel’, de un centenar de páginas por lo regular, es un jugoso apartado de reseñas literarias, realizadas por colaboradores de la publicación esparcidos por toda la península. Cada número, además, suele llevar portada e ilustraciones interiores de un artista, casi siempre aragonés. ‘Turia’, con su sobriedad tipográfica, posee distintos galardones, entre ellos uno que lleva a gala en su portada: ‘Premio Nacional al Fomento de la Lectura’. Y sus 40 años de vida no están muy lejos de los casi 50 de ‘Rolde’. 

Tras la desaparición de Ana María Navales en 2009, y van allá catorce años, Raúl Carlos Maícas ha llevado las riendas en solitario y ha sabido convivir con otras publicaciones como los ‘Cuadernos de Cabiria’, de cine, que aluden a una de las películas en las que intervino Segundo de Chomón, recordado recientemente en el ‘Cartapacio’. Suele afirmar el autor de ‘La marea del tiempo’: “Siguen intactas mis ganas de demostrar a través de ‘Turia’ que hay vida más allá de las dos grandes capitales de la cultura española, Madrid y Barcelona”. 

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