LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

Angélica Morales: “Otti Berger lo tenía todo, era tejedora, vitalista y murió en Auschwitz”


La escritora turolense, afincada en Huesca, publica ‘La casa de los hilos rotos’, en Destino, sobre una mujer de la Bauhaus

Angélica Morales es una escritora muy versátil y pasional: ahora ha dado el salto hacia la novela de época.
Angélica Morales es una escritora muy versátil y pasional: ahora ha dado el salto hacia la novela de época.
Guillermo Mestre.

El miércoles 22 a las 19.00, en la librería París de Zaragoza (calle Fernando el Católico, 24), que cumple en 2023 sus primeras seis décadas, se presentará la nueva novela de Angélica Morales (Teruel, 1970), ‘La casa de los hilos rotos’ (Destino, 2023), en diálogo con Mari Carmen Gascón Baqueo, la poeta y director de Fonoteca Española de Poesía.

¿CÓmo surge la novela ‘La casa de los hilos rotos’, que supone su pase al grupo Planeta, en concreto al sello Destino?

El libro surge buscando. Me gusta buscar artistas, y sobre todo mujeres artistas. Así también me topé con la pintora Natalia Goncharova, que tiene también una historia detrás maravillosa; es una locura. Me gustan las artistas por curiosidad. Descubres, vas descubriendo y lo que me llamó la atención fue su rostro, las fotos que le hizo la fotógrafa Gertrud Arndt.

Hablamos de la protagonista de su novela ‘La casa de los hilos rotos’: Otti Berger.

Sí. Otti Berger. Me pareció una mujer hermosísima. Y cuando descubres que estaba sorda, me conmovió muchísimo.

¿Qué grado de sordera tenía?

Bastante. Ella no se pone el audífono hasta que no va a Londres en 1937. Tampoco sé bien cuándo se quedó sorda ni cómo.

Creo que fue desde niña, ¿no?

Sí, sí… Desde niña, pero no sé en qué momento ni cómo. Y aprovecho una leyenda que hay de la zona, que no debo desvelar, para explicar su sordera. Eso hace que ella sea una mujer aislada que se crea un mundo interior. El hecho de no poder escuchar y de vivir la vida desde el silencio a mí me provocó ternura y me conectó con ella porque me gusta escribir de cosas que me lleguen personalmente, que estén ligadas con mi vida. Como cuando uno es actor y estudia el método de Constantin Stanislavski. No hace falta ser borracho, pero si has visto a algún borracho alguna vez, pues mucho mejor.

¿Qué la unía a Otti Berger?

El teatro. Porque ella hacía teatro en su pueblo, con su hermano. Uno hacía el diseño de la ropa y del vestuario, su hermano era diseñador, y ella hacía la escenografía y también dirigía teatro. Y por eso aspecto también me atrajo. Ya sabe que yo he escrito teatro y que soy actriz.

¿Le interesaba ese centro de vanguardia que fue la Bauhaus especialmente?

Sí, sí. Buscando cosas, veo fotos, veo su rostro, la buscas, profundizas, ves que nadie ha hecho demasiado por ella y dices: “¿Cómo es posible que nadie haya escrito sobre una mujer como ella?”. Y, de repente, quiero curiosear en su vida, saber más, y te das cuenta de que hay poca información. E insisto: hay hilos que me unen a ella.

"El hecho de no poder escuchar y de vivir la vida desde el silencio a mí me provocó ternura y me conectó con ella porque me gusta escribir de cosas que me lleguen personalmente, que estén ligadas con mi vida"

Ha dicho el teatro, la pasión por el arte, ¿algo más?

Sí, sí. La sordera. Yo tenía en Teruel -donde nací yo en 1970 aunque ahora vivo en Huesca-, una tía que era coja. Y ella me contaba de pequeña que estaba con una sorda en la escuela, y que las ponía al fondo del aula y que no les enseñaban a leer. Les daban tebeos y mi tía aprendió a leer casi por su cuenta. Y eso era en Teruel, ese de la tierra despoblada y enormemente bella. Mi tía me decía: “Estábamos la sorda y yo, que era la coja”. Y de repente visualizaba a Otti en la escuela, siendo relegada. Mi tía era modista también y yo la recuerdo cosiéndome la ropa. Mi último recuerdo de ella era la máquina de coser Alfa. Esas pequeñas cosas se convierten en una cosa grande: curiosidad, obsesión, desbordado interés por Otti Berger.

Una de las fotos más sugerentes de Otti Berger, aplicada en su trabajo.
Una de las fotos más sugerentes de Otti Berger, aplicada en su trabajo.
Gertrud Arndt.

Y, en medio, como gran contexto, la Bauhaus.

Imagínese. Es como un regalo del azar. Tengo la Primera Guerra Mundial, el período de entregueras, la Segunda Guerra Mundial, tengo el nazismo, tengo Auschwitz. Otti Berger se morirá allí en abril de 1944 a los 46 años.

Creo que nació en 1898 como Federico García o Vicente Aleixandre, por ejemplo.

Sí. Tampoco se sabe exactamente cuándo muere. Con esos marcos históricos, que eran muy ricos, y la Bauhaus (que sí está muy estudiada, pero no novelada), pensé que hacía falta una novela. Yo tenía muchas cosas a mi favor: Otti Berger, que era mujer, que era comunista, que estudió allí, que tuvo de profesores a grandes nombres del arte como los artistas László Moholy-Nagy, Paul Klee o Vasili Kandinsky.

Están todos en el libro.

Desde luego: ellos traen el color, la vanguardia, la imaginación. Sigo con Otti: era judía, era extranjera, era húngara, pasa a formar parte del imperio austrohúngaro al territorio yugoslavo, ahora sería croata. Ella vivió ese desmembramiento de Europa y, como ve, todo ese anecdotario íntimo e histórico era muy rico. Y fue la primera mujer en hacer una patente de su obra textil en Alemania. Eso es lo más importante de Otti Berger, y eso es lo que no hay que olvidar.

¿Fue capital entonces?

Desde luego. Ahora mismo hablas de patentes y parece que esté todo hecho; entonces, era muy difícil, y más siendo judía. Ella tenía complejos: quería estar en la sociedad de artistas alemanes y no le dejaban por ser judía. Y se planteó renegar de su fe judía, como plasmo en la novela, con tal de poder seguir trabajando en su atelier, donde llegó a trabajar clandestinamente. Tenía muchos encargos de Suiza, de Londres, trabajó mucho en Londres… Gracias a los encargos pudo sobrevivir hasta que Hitler se lo quitó todo y tuvo que irse a Inglaterra. Y de allí quería huir a América, porque Moholy-Nagy fundó una nueva Bauhaus en Chicago y le ofrecieron un puesto aella como maestra textil y otro como arquitecto para su gran amor Ludwig Hilberseimer. Y no pudo ser porque su madre se supo enferma. Fui a cuidarla y ese gesto decidirá su fin. Fue un golpe de mala suerte.

Las fotos de ella son espectaculares. Ya lo ha dicho.

Sí, sí. Se las hizo una gran fotógrafa y amiga suya: Gertrud Arndt. Otti Berger es muy vital, tenía que tener sentido del humor, esforzarse el doble que otra gente. Y luego tenemos una correspondencia muy interesante.

Retrato de Otti Berger, la tejedora que protagoniza la novela de angélica Morales.
Retrato de Otti Berger, la tejedora que protagoniza la novela de angélica Morales.
Gertrud Arndt.

Bueno, esta sería la parte real de la novela. Pero usted, Angélica, inventa otra.

Sí. Una mujer, Mercè Ribó, a la que defino como apasionada, soñadora. Es una criatura de ficción. Quería ser diseñadora y tejedora y convence a su padre para que la matricule en la Bauhaus. Se harán muy amigas y ella vivirá una pasión secreta y clandestina por Otti.

Bueno, no avancemos mucho más, pero usted le construye otro relato novelesco…

Sí, será su bisnieta Penélope, un nombre que quizá no sea nada inocente, quien investiga su historia y descubre algunas conexiones entre las dos mujeres. Como ve es una novela de arte y también de amor. Hasta ahora había hecho experimentos, pero aquí busco conectar con el gran público. Esta novela es un viaje hacia la luz y la belleza.

También de locura y de poesía.

¿Lo dice por Antoni Ribó, el nieto de Mercé Ribó? Es un poeta y un loco, y ha estado ingreso en un manicomio. Es un personaje muy mío: soy poeta y me interesa mucho la locura creativa.

"Como ve es una novela de arte y también de amor. Hasta ahora había hecho experimentos, pero aquí busco conectar con el gran público. Esta novela es un viaje hacia la luz y la belleza"

¿Es el libro más complejo o más fluido de su carrera?

Es el libro que más me ha cautivado, complejo por el vacío que me encontré a la hora de retratar a Otti, pero sin duda el más apasionante.

¿Es una defensa feminista o lo que más te interesa eran la historia y el destino del personaje?

Es un acto de justicia, de reparación. Otti había estado enterrada en el olvido y yo he querido darle luz. El feminismo es lucha y mi lucha ha sido describir a Otti. Lo he hecho con admiración e infinita ternura. Su historia me ha atrapado y conmovido.

¿Cómo lleva esa mezcla de géneros, y poesía, novela, teatro...? Tiene usted una trayectoria muy reconocida, tanto en la poesía como en la narrativa.

Lo que más me gusta en el mundo es crear. En todos mis libros hay un poco de todo, tejo siempre con hilos de muchos colores. Soy una autora muy ecléctica, el teatro y la poesía siempre están en mí. Esta es una novela muy dinámica en ese sentido, es una novela de grandes personajes, de mujeres que van a dejar huella en el lector.

Angélica Morales introduce elementos que le interesan mucho: la pasión, el arte, el aprendizaje, la locura y la poesía.
Angélica Morales introduce elementos que le interesan mucho: la pasión, el arte, el aprendizaje, la locura y la poesía.
Guillermo Mestre.

¿Intuye que esta es la novela, ‘La casa de los hilos rotos’, que le puede cambiar la vida?

Esta novela ya me está cambiando la vida, me está permitiendo acceder al gran público, me está ayudando a que mi voz se conozca fuera de Aragón. Tener a una gran editorial como Destino arropándote a cada paso es maravilloso, pero sigo trabajando, siempre, incansablemente, precisamente para que puedan pasar cosas como esta. Lo estoy viviendo con humildad y mucha alegría, y deseo que los lectores también lo puedan vivir conmigo. Ellos son la clave del éxito.

LA FICHA

'La casa de los hilos rotos'. Angélica Morales. Destino. Barcelona, 2023. [La autora y Mari Carmen Gascón Baquero presentan el libro el miércoles 22, a las 19.00, en la librería París de Zaragoza.]

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