La pintura hechicera de María Buil llega al Paraninfo con la exposición 'El instante atrapado'

La muestra se inaugura este jueves 2 de marzo a las 19.30, y permanecerá abierta al público hasta el próximo 8 de julio

La pintora María Buil, este miércoles 1 de marzo, flanqueada por dos de sus obras en el Paraninfo.
La pintora María Buil, este miércoles 1 de marzo, flanqueada por dos de sus obras en el Paraninfo.
Guillermo Mestre

La pintora zaragozana María Buil, residente en París, ha presentado este miércoles 1 de marzo su exposición ‘El instante atrapado’ en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. Las salas Goya y Saura albergarán esta retrospectiva de su obra, que la artista siente como el lazo a la primera etapa de su carrera, a la espera de iniciar un nuevo y excitante camino expresivo. Buil quiso agradecer al Vicerrectorado de Cultura las atenciones y "extraordinaria profesionalidad" en la preparación de la muestra. La inauguración formal se ha previsto para este jueves 2 de marzo a las 19.30, y las obras permanecerán expuestas hasta el próximo 8 de julio; serán visitables de lunes a sábado, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00. Buil también asistirá en este periodo expositivo al ciclo Distancias Cortas de la universidad.

La exposición tiene un código cromático: la sala Saura es la verde y la Goya la roja, por los colores predominantes en las obras seleccionadas. Las temáticas, como ha aclarado la propia artista, son las que le han ido subyugando desde el principio de su trayectoria: bodegones (sobre todo, hortalizas), pasteles, flores, vísceras, retratos familiares y retratos de niños. Todo obedece a distintos influjos, con un elemento muy presente: los años infantiles vividos en los Monegros, donde su familia lleva una finca agrícola y ganadera. De hecho, aterrizó en París en 2002 con una beca, pero ha ido alternando estancias en la Ciudad Luz con periodos en Orillena, pedanía de Lanaja.

“La idea -explicaba Buil- no era hacer una retrospectiva, pero al identificar un hilo argumental, fue el camino más lógico: necesitaba obra de todas las épocas. Tengo mis microtemas, y aquí están todos. Hace dos años que se planteó esta exposición, y pensando en su contenido me di cuenta de que mi motivación para pintar es la misma, desde los primeros dibujos infantiles: el asombro ante la realidad, que se intensifica más con ciertas situaciones y estímulos". 

La artista habló del "estupor ante la realidad, la forma en que pasa la vida y llega la muerte, que se asume como algo cotidiano en los pueblos, el papel de la naturaleza… la pintura me ha permitido transmitir las sensaciones que vivo; es prelingüística, y posibilita contar cosas sin racionalizar mucho. Y la intensidad del mundo rural que viví de pequeña no es comparable a la urbana, menos aún a una ciudad cortesana como París”.

Buil se define como caótica en casa y metódica en el estudio, con los horarios… la inspiración le llega trabajando. “Nunca quise ser pintora. Empecé Derecho y lo dejé en un mes, estaba claro que no era lo mío. Luego caí por Bellas Artes sin la preparación hecha, sin haber hecho la inscripción, y enseguida me encontré a gusto". 

El inconformismo es otro rasgo que caracteriza su ética de trabajo. "Cuando pinto soy constante, repito hasta que sale como quiero; llegas a escuchar a la obra diciéndote que es el camino. Por ejemplo, quiero que mis pasteles hagan salivar, sentir que me han permitido atraparlos apropiadamente en un retrato y que están de acuerdo con el trabajo hecho”, afirmó, en una frase que recuerda las loas a las puertas de la percepción del músico Jim Morrison, líder de The Doors, enterrado en el cementerio Père Lachaise de París como Balzac, Óscar Wilde o Molière.

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