El pianista zaragozano Alberto Menjón debuta en el Carnegie Hall de Nueva York

Ganador de la beca Pilar Bayona en 2017 y 2019, amplió estudios en la Manhattan School of Music

El pianista Alberto Menjón, la semana pasada, en Zaragoza.
El pianista Alberto Menjón, la semana pasada, en Zaragoza.
José Miguel Marco

"Ha sido una oportunidad inesperada. Necesitaban un pianista que cubriese esta actuación, se vieron un poco urgidos y me llamaron". Con esta humildad aborda Alberto Menjón, pianista zaragozano de 29 años de edad, su debut de este martes 7 de febrero en el coqueto Weill Recital Hall del Carnegie Hall neoyorquino, acompañado de la violinista Eun Young Lee.

Menjón está muy feliz con la oportunidad de tocar en tan magno escenario, y de regresar por este motivo a una ciudad que ya siente un poco suya. "Ahora estoy radicado en Zaragoza, pero voy con frecuencia a Nueva York. Me avisaron en Año Nuevo, todo un regalo para empezar 2023; no les importó que tuviera que coger un avión desde Europa. Es una buena muestra de confianza, sigo formando parte de la vida cultural de la ciudad. En enero he estudiado a fondo el repertorio".

El zaragozano vivió en la Big Apple durante dos años y medio de manera continuada. "La idea era seguir allá cursando el doctorado en la Manhattan School of Music, pero la pandemia dictó sentencia y regresé a Zaragoza; la escuela, eso sí, me dio flexibilidad para seguir formándome a distancia, a condición de que fuera viajando de vez en cuanto para completar las tareas que requerían presencialidad. Fui un par de veces cuando era casi imposible viajar para un extranjero, gracias a mi visado de estudiante;ver Times Square desierto fue increíble, era una ciudad fantasma".

El ‘profe’ Menjón

Los estudios de doctorado en la Manhattan School of Music, situada entre el Hudson y Broadway a la altura de la calle 123, permiten impartir clases en la propia universidad. "Ha sido una gran experiencia enseñar, e indiscutiblemente es una línea importante en el currículum. Me seleccionaron junto a otras tres personas entre 400 aspirantes a esas plazas. Económicamente fue clave: pude estar allá con más desahogo".

Sin menoscabo para el templo de la música que visita este martes, Menjón guarda un gran recuerdo de otras dos salas de conciertos. "Actué en la Academia Liszt de Budapest con motivo del Bartók World Competition de 2019, y fue increíble; por otro lado, la Mozart del Auditorio de Zaragoza es una de las mejores del mundo, es otro orgullo grande haber tocado en ella", explica.

"Yo necesito además sentir un contacto intimo con el instrumento; cuando llega, nada puede ir mal",

El premio especial del jurado en el concurso húngaro estaba acompañado por la contratación garantizada para varios recitales. "Sí, espero volver este año allá porque aún me deben alguno. Otro certamen que me hizo mucha ilusión es uno que gané en Vigo con 18 años; es el primero al que fui solo, sin amparo familiar. Me permitió entender que podía aspirar a ser pianista profesional".

Menjón cree que la disciplina es fundamental para crecer en la música. "No solo en los ensayos, que también;hay que estar en forma. Yo necesito además sentir un contacto intimo con el instrumento; cuando llega, nada puede ir mal. Para sentirme cómodo hay que currar; escalas, como el pianista de la Castafiore en Tintín –ríe– y estudios, repaso de repertorios, apoyos a improvisaciones... de todo. Hay que comunicar la cabeza y el piano a través de cuerpo".

Con las marcas de los pianos, el aragonés no se complica. "Los Steinway me encantan, su estándar es alto en cuanto a mínimos, pero hay pianos fantásticos de muchas otras marcas, desde Yamaha a Wessendorfer, por ejemplo. Un amigo japonés dice que cada piano tiene su personalidad, y un pianista debe entenderse con todas, como si fueran personas".

Sus cados neoyorquinos

Menjón tiene sus rituales mundanos en la ciudad que nunca duerme. "Lo del bagel con queso crema y salmón es algo que hago siempre nada más llegar, junto a una ‘cookie’ grande de un sitio que me encanta en el Upper West Side. Esta Sakura Park, no demasiado conocido, al lado de la escuela; es un sitio precioso, con muchos cerezos . Del resto de la ciudad también me llamó la atención la sinagoga de Orensanz, impresiona su fachada;quiero visitarla con calma".

El pianista zaragozano entra en la treintena este año. "Tengo algún concurso en el horizonte y quiero aprovechar la coyuntura, porque se me va acabando la edad de los concursos. También hay algunos recitales en otras salas de Estados Unidos y un proyecto a dos pianos para final de año basado en las obras completas de Rachmaninoff, en cuyas transcripciones basé mi doctorado".

El famoso ‘Concierto numero 3’ del compositor ruso, que centraba la película ‘Shine’ sobre David Helfgott (1997, con Geoffrey Rush como protagonista y ganador del Óscar gracias al papel), figura entre los más difíciles del repertorio de música culta. "Es uno de los más largos e intensos que hay –apunta Menjón– con miles de notas; tuve la suerte de tocarlo un par de veces en Alemania y la República Checa, y significó un punto de inflexión en mi percepción del piano. No es solo tocar tu instrumento, hay que escuchar muy bien todo, y también es difícil para la orquesta y el director. Me vi preparado para todo después de eso: perdí el miedo".

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