La JONDE entre nosotros
Siempre es un lujo acoger a la Joven Orquesta Nacional de España. Hemos vuelto a comprobar el gran nivel de los intérpretes, entre los que cabe destacar, por paisanaje, al trompeta principal, el grausino Javier Lasarte Puyuelo. El director portugués, Nuno Coelho, está situado en la escala superior de la excelencia. Guió a la orquesta con tal entrega que, aunque las comparaciones sean siempre odiosas, esta actuación de la JONDE puede pasar a los anales del Auditorio como la mejor de su serie histórica. La solidez interpretativa quedó patente desde la ‘Obertura Otelo, Op. 93’, de Dvorak, con un refinado desarrollo armónico.
Tras el aperitivo, uno de los platos fuertes de la función: ‘El pájaro de fuego’, de Stravinski. Soberbia introducción de la cuerda grave, replicada por fagots y trombones, que crearon el ambiente lóbrego donde va creciendo la danza del protagonista, evocado también por los timbales y el arpa, hasta la incisiva revuelta de los violines punteados por la flauta y el pícolo. La seductora melodía del oboe marcó el inicio de la ‘Variación’ de este primer movimiento de la Suite que el autor compuso con perspectiva de ballet. La contundente entrada en tromba de bronces y percusión en la ‘Danza infernal del rey Katschei’ fue impresionante por su exactitud. Una deliciosa ‘Berceuse’, iniciada por el fagot y continuada por la trompa, puso las bases finales a la tenebrosa historia brillantemente cantada y contada por la orquesta.
Segunda parte de la sesión para un clásico entre los clásicos: la ‘Sinfonía nº 3 en mi bemol mayor, op. 55’, de Beethoven, la «Heroica». Coelho mimó cada movimiento, dándoles el ritmo, el desarrollo armónico, el rigor tímbrico y el volumen sonoro que requieren. Excelente ensamble de las familias instrumentales, con ataques muy precisos. Hubo dos propinas.
