Gabi Martínez: "Empecé tocando jota en el colegio, pero AC/DC me cambió el chip"

Asentado en Los Ángeles desde hace más de siete años, el guitarrista y productor zaragozano forma parte de la Academia que da los Premios Grammy.

Gabi Martínez en Rock&Blues (Zaragoza), hace unos días
Gabi Martínez en Rock&Blues (Zaragoza), hace unos días
Álvaro Sánchez

Lleva unos años en aquella ‘City of Angels’ a la que cantaban Red Hot Chilli Peppers…

¡Siete y medio! Hay un periodo de adaptación obligatorio en esta ciudad, no te enteras bien de cómo funciona hasta que llevas un tiempo en ella; en mi caso, dos años, sin contar con que la barrera del idioma lo fue para mí, y bastante, en los primeros tiempos allá. Con mi mujer, que es profesora, comentamos que se me está olvidando el español y no hablo muy bien inglés -ríe- así que ya ves.

Los Ángeles es un monstruo inabarcable. ¿Es verdad que allá no se puede marcar más de una cosa diaria en la agenda?
Es verdad. Al principio me chocaba cuando hablaba con gente y me decían que no tenían tiempo para quedar, me citaban para mucho más adelante… pensaba que me estaban dando largas por desinterés. No, es que literalmente no tenían hueco. Algunas de esas personas son ‘caballos’ de la industria que han acabado siendo amigos, como Manny Marroquin.

"Trabajo habitualmente con Rafa Sardina, el músico español con una trayectoria más abrumadora de los que he conocido. Es mi mentor y mi amigo, un maestro de la mezcla"

El último año y medio, coletazos de pandemia incluidos, no ha parado usted.
Las cosas van muy bien. Trabajo habitualmente con Rafa Sardina, el músico español con una trayectoria más abrumadora de los que he conocido; lleva unas 90 candidaturas a los Grammy. Es versátil hasta decir basta, ha trabajado con Dr. Dre y Alejandro Sanz, con Plácido Domingo, Chucho Valdés o Bunbury. Es mi mentor y mi amigo, un maestro de la mezcla. Trabajar con él abre muchas puertas.

Usted es guitarrista, de origen metalero, aunque ya le daba aquí a las músicas del mundo.
Y cada vez trabajo más como productor; el negocio pide transversalidad. Se está más presente en el proceso completo con los artistas. Los Ángeles está copando la industria musical; los ritmos urbanos están más en Miami, y lo hacen muy bien, pero a L. A. se va buscando otras cosas. Allá encuentras gente llegada de todos los rincones del mundo, que pueden hacerse enseguida al sonido que trae o busca el artista.

De La Almozara al barrio angelino de Tarzana, vaya trayecto.
Empecé tocando jota en el colegio, pero el primer contacto con AC/DC me cambió el chip. A mis padres les gustaban mucho Pink Floyd y Santana, pero mi madre también era mucho de Juan Luis Guerra. Con 20 años pude grabar con Perrozompopo, el hermano del salsero nicaragüense Luis Enrique, y luego toqué con cubanos como Karamba o Roberto del Pino, que mezclaban sus raíces con el rock. Más tarde llegó el proyecto de Tinglao, orientado al jazz. Mi idea de siempre, no obstante, era probar en Estados Unidos. Cuando cumplí los 30 hablé con mi mujer y le dije que era ahora o nunca; hice un par de contactos, probé, nos animamos… y ahí seguimos

"Mi idea de siempre, no obstante, era probar en Estados Unidos. Cuando cumplí los 30 hablé con mi mujer y le dije que era ahora o nunca; hice un par de contactos, probé, nos animamos… y ahí seguimos"

Las guitarras de 'Esperando una señal', el tema de Bunbury que fue candidato a mejor canción de rock en los últimos premios Grammy Latinos, son suyas.

Rafa me lo propuso. Sabiendo que a Enrique le gusta mucho Bowie, pensamos en juntar una banda muy especial para la grabación. Carmine Rojas, bajista y productor, que ha tocado con el Duque Blanco, Rod Stewart, Tina Turner y Joe Bonamassa, es como mi padrino en California; ya me había invitado a tocar en un tributo a Bowie. Pensamos en que se sumara a la grabación Mike Garson, pianista de Bowie que también ha trabajado con Nine Inch Nails o Smashing Pumpkins. A la batería estuvo Víctor Indrizzo. Mis guitarras están sintetizadas, inventamos un poco, y la creatividad de Enrique hizo el resto; trabajar con él en estudio es una gozada.

¿Qué relación tiene con la Recording Academy?
Al haber formado parte de la ‘house band’ del Person of the Year de Maná en las guitarras eléctricas, bajo la producción de Rafa, pude compartir escenario con Bunbury, Alborán, Yatra, Pepe Aguilar o Draco; Draco es brutal. También estoy en el Comité de Productores e Ingenieros, e imparto una hora semanal de clase a distancia en Berklee, que me encanta. Ahora, eso sí, me hace feliz estar en casa por Navidad, aunque sean solo unos días. Los Grammy llegan en febrero...

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