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Paco Cuenca: "La canción de mi vida, de las que canto, es 'Ámsterdam' de Brel"

El cantante y compositor, tras cuatro años sin cantar, regresa al Teatro de la Estación con su espectáculo ‘Chansons’, de música francesa

Paco Cuenca, tras cuatro años alejado de los escenarios, vuelve al Teatro de la Estación.
Paco Cuenca, tras cuatro años alejado de los escenarios, vuelve al Teatro de la Estación. Detrás algunas de sus fotos sobre los barrios de Zaragoza.
Raquel Labodía/Heraldo.

El viernes 23 de diciembre a las 19.00, el cantante Paco Cuenca (Tarbes, Francia, 1961), junto a dos de sus músicos más fieles y constantes, Chema Callejero (piano) y Coco Balash (contrabajo), vuelve al Teatro de la Estación para presentar 'Chansons', un viaje en el tiempo y en la memoria que nos lleva a la canción francesa, que tanto le entusiasma y con tanta pasión interpreta.

Paco Cuenca inició este proyecto hace dos décadas y luego lo fue expandiendo en otros conciertos temáticos: ‘Brel à l´Olympia’, ‘Mai 68’ y ‘Femmes fatales’, que le han permitido ofrecer una selección personal y vivida de los grandes compositores y cantantes franceses con aromas de jazz: Gilbert Bécaud, Édith Piaf, Jacques Brel, Charles Aznavour, Léo Ferré, Serge Gainsbourg, Georges Moustaki, Charles Trénet, entre otros. Llevaba Paco más de cuatro años sin cantar y siete sin ofrecer la función ‘Chansons’. Su vida ha cambiado mucho: ahora, con María Lara, vive en un barco, de puerto en puerto, y sobre el agua, con la pasión de cantarle a las olas.

Explíquenos en qué consiste ‘Chansons’...

‘Chanson’ es un espectáculo-ensalada en el que los ingredientes se pueden combinar, añadir, sustituir a voluntad. Todas las canciones bellas caben. El autor que nunca habíamos cantado y que incorporamos ahora es el gran Boris Vian que, con su canción pacifista ‘Le déserteur’, está muy de actualidad. Y están Brel, Ferré, Trénet, Piaf...

¿Si tuviera que definir el encanto o la clave de la canción francesa, qué diría? ¿Qué tiene que nos llega tanto al corazón?

Todos países, todas las culturas cantan y tienen sus ídolos, pero en los años treinta del siglo XX se produjo en Francia un fenómeno múltiple y simultáneo: por una parte los compositores se han interesaron por las músicas americanas, el jazz, el swing, y las importaron para fusionarlas con la tradición francesa, en particular la java y su inseparable acordeón. Por otra parte, apareció espontáneamente, una generación de autores con letras que desbordaban el ínfimo marco de las canciones. Empezó con Charles Trénet, sin duda, que creó escuela y una tropa nutrida de admiradores le han imitado y sobrepasado. Charles Aznavour, por ejemplo, cuenta cómo, siendo niño, vio una prueba de Trénet, vestido de soldado porque hacía el servicio militar, en un teatro y que quedó hechizado de por vida. La lista de grandes autores y compositores e intérpretes es larga y, como sucede en otras artes, ha creado escuela y perdura. La radio, la fantasía, los amoríos, las películas y las multinacionales han hecho el resto, es decir, exportar la ‘chanson’ al resto del mundo.

"El autor que nunca habíamos cantado y que incorporamos ahora es el gran Boris Vian que, con su canción pacifista ‘Le déserteur’, está muy de actualidad. Y están Brel, Ferré, Trénet, Piaf..."
Paco Cuenca interpretrando a Jacques Brel en una de las galas de 'Artes & Letras' de HERALDO.
Paco Cuenca interpretrando a Jacques Brel en una de las galas de 'Artes & Letras' de HERALDO.
Maite Santonja/Heraldo.

Más bien nos ha contado su historia y su evolución, y parece un hermoso cuento. ¿Es su concierto homenaje a la Francia derrotada por Argentina en el Mundial de Catar?

Ja ja ja. Haré referencia a la final en el escenario. Sufrí la final en casa de mi cuñado que, a su grave condición de cuñado, añade la de argentino. Me ha machacado. Un tormento. Todavía no me he repuesto.

¿Cuál es la canción de su vida de la canción francesa, que tanto nos marcó a todos?

La canción de mi vida de entre las que canto, la que me transporta, me emociona, me admira es ‘Ámsterdam’ de Jacques Brel. La cantaré, por supuesto. Pero la verdadera canción de mi vida, ahora, está fuera del escenario, en mi velero, junto a mi capitana.

Acaba de morir Pablo Milanés, se despide Joan Manuel Serrat. ¿Nos quedamos más solos?

El proceso de la vida sigue su curso, también en el arte. Es probable que Serrat nos siga regalando más canciones, como hicieron Jacques Brel y Jean Ferrat después de abandonar los escenarios. A Pablo Milanés y a tantos otros que han fallecido les completarán, que no sustituirán, otros compositores y cantantes que no conocemos todavía.

¿Por qué lo dice?

Recuerdo el día, no tan lejano, que descubrí al belga Stromae. Me cautivó desde los primeros compases. Nació en 1985, después de que Serrat nos regalara ‘Mediterráneo’ o Milanés compusiera ‘Yolanda’. De modo que otros vendrán y nos embaucarán. Ninguno de mis ídolos sigue vivo. Así que no nos quedamos solos, sino huérfanos.

Una de las fotos de Paco Cuenca a bordo de su barco, donde ha estrenado una nueva forma de vida.
Una de las fotos de Paco Cuenca a bordo de su barco, donde ha estrenado una nueva forma de vida.
Paco Cuenca.

¿Cuál es el momento musical del cantante que se ha hecho marinero?

En ebullición, como acostumbro. De momento, voy a seguir enriqueciendo estos espectáculos en francés. Por ejemplo, voy a montar uno nuevo dedicado al gran Aznavour, otro a Charles Trénet que fue el inventor de la ‘chanson française’ y, quizá, otro al díscolo Serge Gainsbourg, sí el de 'Je t'aime moi non plus'.

"Suelo contar en los conciertos que a los doce años decidí que sería cantante. Muchos lo hemos soñado, yo he tenido la suerte de conseguirlo. Seré cantante siempre, aunque tenga que dejar de cantar porque, por ejemplo, la voz ya no me lo permita"

¿Hay proyectos, deseos, ha pasado la música a otro lugar?

También, es lógico, tengo el proyecto de volver a cantar en español mis canciones y quizá algunas versiones de otros como hice en el disco ‘Todas las flores de abril’ en el que versioné a Silvio Rodríguez, a Serrat, a Pablo Milanés, a Victor Jara y a otros. La música sigue ocupando una posición principal en mi cabeza y mi imaginario.

Parecía que otras muchas cosas lo alejaban de la música.

Suelo contar en los conciertos que a los doce años decidí que sería cantante. Muchos lo hemos soñado, yo he tenido la suerte de conseguirlo. Seré cantante siempre, aunque tenga que dejar de cantar porque, por ejemplo, la voz ya no me lo permita. Es una adicción, permanece a pesar de que se haya dejado de consumir.

Otro de los paisajes marinos que capta el cantante y compositor.
Otro de los paisajes marinos que capta el cantante y compositor.
Paco Cuenca.

Ha hecho muchas fotos, ha publicado varios libros con sus instantáneas sobre los barrios de Zaragoza y ha dedicado series a muchos lugares del mundo. ¿Cómo son o quieren ser sus fotografías del mar?

El mar debe ser uno de los motivos más y mejor fotografiados, de modo que conviene ser muy humilde. Mis fotos, desde siempre, han perseguido rostros, personajes, vidas, emociones humanas. Es ‘voyerismo’ primario, descarnado, en estado puro. De modo que cuando fotografío el mar, al menos de momento, no lo hago como fotógrafo sino como transmisor, recadero, enviado especial en misión en la costa para hacer partícipes a mis amigos con vistas al continente de lo que tengo la suerte de disfrutar. De ahí a la compulsión de capturar amaneceres y ocasos sobre el agua hay solo un paso. De momento, no publico fotos marinas, las reservo para un puñado de amigos muy pacientes y condescendientes. Veremos, quizá se acabe convirtiendo en un proyecto más público.

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