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Little: "Los miedos que dibujo los venzo"

El artista sevillano, que tiene 62.000 seguidores en Instagram, convierte hasta el día 5 de noviembre la sala i-10 del centro Joaquín Roncal en un diario personal de envoltorio sencillo y fondo tan complejo como vivir cada día.

El artista sevillano Little, con el mural efímero que ha pintado para su exposición en la sala i-10 del Joaquín Roncal.
El artista sevillano Little, con el mural efímero que ha pintado para su exposición en la sala i-10 del Joaquín Roncal.
Guillermo Mestre

Pablo Rodríguez, 'Little' (Sevilla, 1989) ha convertido la sala i-10 del Centro Joaquín Roncal de Zaragoza en un termómetro de su vida personal. La exposicion 'Cucucu!' (hasta el 5 de noviembre) da también testimonio del viaje de este artista desde el blanco y negro al color; un periplo que va desde los márgenes de los apuntes en los que comenzó garabateando a la conquista de nuevas técnicas, como la cerámica. O de más amplios espacios, algunos virtuales. Little es epítome además de los nuevos caminos del arte y de su mercado. El joven se dio a conocer vendiendo sus dibujos en Instagram para pagar la operación de su perro. Actualmente, acumula en su cuenta, @little_exhibition, 62.000 seguidores devotos de su estilo pero también de sus reflexiones. Él dice estar de vuelta del algoritmo, pero no de sus miedos, a los que conjura con su arte.

Se puede decir que su exposición es como un termómetro de sus emociones diarias.

Efectivamente. Dibujar me ha servido siempre como una forma de explicarme el mundo y lo que me va pasando. Y de explicarlas yo al mundo. Cuando junto todo en una exposición se convierte en un diario personal. De hecho al montarlas me doy cuenta de todo lo que he vivido. Noto en el propio pulso de los dibujos si entonces estaba contento o triste.

Al colgar los cuadros, ¿no se arrepiente de airear ciertas cosas?

Sí, en esta exposición he pensado si me debía exponer tanto. En Berlín hubo una chica que me dijo que nunca entendería cómo alguien muestra sus sentimientos públicamente de esa manera. Me hizo reflexionar y me di cuenta de que a mí sí que me gustaba exponerme. De que no hay ningún problema en mostrarme vulnerable, en acumular experiencias y soltarlas. Es más, a veces me he arrepentido más de lo que no he enseñado que de lo contrario. Quizá si no me hubiera expuesto más de lo que tenía pensado, no me hubiera llevado esos beneficios y esas experiencias. Aunque a veces tenga dudas, al final todo me lleva a un camino de equilibrio con mi trabajo y mis vivencias. Y de ahí a una comunicación con el espectador que me aporta y me nutre.

El artista sevillano Little, con el mural efímero que ha pintado para su exposición en la sala i-10 del Joaquín Roncal.
El artista sevillano Little, con el mural efímero que ha pintado para su exposición en la sala i-10 del Joaquín Roncal.
Guillermo Mestre

Su obra es un trasiego personal, incluso íntimo, pero también tiene la vocación de servir de espejo y refugio al que mira. ¿Es así?

Empecé a enseñar mis dibujos casi de rebote, porque me dedicaba a otras cosas. Y cuando saltaron a Instagram de forma visceral, me di cuenta de que mi mensaje era poderoso, sobre todo porque había mucha gente que empatizaba. De hecho, ahora mismo el 'feedback' que recibo va mucho más allá de lo vulnerable que me pueda sentir a la hora de expresarme con mis dibujos.

En esa exposición pesonal, pero también en su carrera como artista es clave Instagram. ¿Cuál es su relación actual con esta red social?

Lo de los seguidores me da bastante igual y me interesa bastante poco. Estoy en un punto en el que me he liberado del algoritmo: no vivo ni creo contenido específico pensando en eso. Estoy preocupado por que mi trabajo tenga coherencia y por que mi vida me permita dibujar todos los días. Instagram es para mí ya algo complementario: no es mi foco de comunicación, que está ahora en las exposiciones, trabajando con otros artistas, en las charlas, conectando con la gente con la que hablo y, sobre todo, como algo prioritario, en el trabajo en el estudio. Lo tengo claro: un 'like' no me va a condicionar la vida

Ha cambiado su relación con Instagram y también con el color.

Yo siempre dibujaba cuando en realidad tenía que estar haciendo otra cosa. Dibujaba en los márgenes de los libros de texto o de los apuntes, en un tíquet del tren... Nunca tenía las condiciones para sentarme a dibujar, así que no había una intencionalidad sino una necesidad. Aprendí a dibujar con un lápiz, un boli y un papel y por eso mis dibujos son tan sencillos. Pero entendí que así también podía mandar un mensaje. Y luego llegó la cerámica y se activó otra parte de la cabeza, la del color.

El artista sevillano Little, con dos de sus jarrones.
El artista sevillano Little, con dos de sus jarrones.
Guillermo Mestre

La cerámica es ahora una parte importante de su obra.

Entré en la cerámica y de repente me vi haciendo jarrones con doce colores, mientras el dibujo solo lo concebía en blanco y negro. Y con los murales ya me voy a atreviendo a sacar el color, es como un regalo que me doy.

¿Podríamos hablar de que el muralismo y la cerámica llegaron como una especie de venganza por haber empezado dibujando en los márgenes de tu tiempo y de los espacios?

Sí, pero también por otras experiencias. Por ejemplo, el haber hecho estampados. Empecé haciendo para una marca de niños, Motoreta. Eso me dio ganas de conquistar otros formatos y otros terrenos. Empecé con la cerámica, los murales, una marca de joyería... La curiosidad me fue llevando y cuando hice mi primer mural fue como darle relevancia a mis vivencias al contrario del papel, que es un formato frágil...

Ese formato aparece en la expo con una pared entera dedicada a sus bocetos en papel arrancado de cuadernos. ¿Cómo surgió la idea?

Era algo que me apetecía mucho porque me preguntan muy a menudo cómo me salen los dibujos. Me pareció muy cercano abrir los cuadernos sin más, porque representan el nulo artificio que hay: es algo tan sencillo como mi pulso y mi mano. De hecho, cuando me enfrento a una exposición suelo hacer eso: reventar los cuadernos y ponerlos en la pared para hacerme una composición visual, un abecedario de vivencias.

Diario personal con temas y personajes recurrentes: los animales y la vida en pareja.

Pinto gatos desde hace mucho tiempo porque los sueño. A ellos y a otros animales como leones, serpientes y otras fieras. Para mí significan protección y acompañamiento en la vida, no les tengo miedo. De hecho hay un dibujo mío que me encanta de una fiera durmiendo sobre un muro y que va acompañado de la frase: "Que las fieras me acompañen". Para mí es una invitación a la fortaleza, a equivocarte y recomponerte. Y la serpiente para mí es el miedo irracional. Me pasa en la vida que los miedos que dibujo los venzo.

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