Juan Leyva afronta los temas esenciales de la vida en dos cuadernos poéticos

Juan Leyva firma un libro doble que -como es marca de la casa en la editorial Zoográfico-, ofrece una lectura según se tome el volumen por uno u otro extremo. En esta ocasión la propuesta -diseñada por Rodrigo Córdoba- nos ofrece un lectura principal y más anchurosa, ‘Contadas Excepciones’, que se une a un cuaderno siamés más breve, ‘Área de Descanso’, ambos textos entrelazados por sus puntos finales.

La obra principal consiste en una colección de poemas que afrontan temas esenciales de la vida, en los que hay espacio para un cierto sentido del humor –“También ha ido perdiendo vista / el ojo de la cerradura”- y la revelación –“A veces la libertad y el peligro / conviven en el mismo mensaje”-. El poemario nos interpela desde una cercanía excepcional en la que el autor nos recibe con un poema de apertura, ‘Maqueta’, en el que nos da idea de la magnitud del yo poético y de la proximidad con los lectores a través de una imagen que habla por sí sola: “Vivo en una maqueta,/ soy ese muñeco sobre la acera que decora el proyecto.”

Así, en la lectura, nos asomamos a contemplar las emociones cuidadosamente dispuestas en el modelo a escala, en el que el poeta -que también es reloj o saeta-, es el péndulo que oscila y nos dibuja un paisaje sensitivo para nuestra propia exploración. Y, es que, este poemario es un residencial que está a sólo cinco minutos de cualquier sensibilidad, es sencillo, honesto y eleva lo personal en un esfuerzo por ofrecer una arquitectura para nuestra sociedad y nuestro tiempo, un ejercicio de poesía útil, colocando esa sensibilidad del individuo dentro de algo más amplio, y que el poeta sabe expresar en términos cercanos: “A veces, con los ojos cerrados, / extendemos el brazo buscando a otro cuerpo,/ movemos las piernas como si anduviéramos por las sábanas”.

Hay en estos poemas una vida que emana de los objetos, entes que se personifican y que son canales de transmisión de la emoción, como los árboles que lloran astillas del poema “Tala”, para quienes “los golpes se escuchan a lo lejos,/ es la forma de ensañarse/ que tiene la muerte”: rotundo a la hora de trasladar la desolación y la imposibilidad de reacción alguna ante la desgracia. Leyva cita al gran poeta Yamaguchi Sodo, en cuya choza nos parece ver este poemario: “No tiene nada / mi choza en primavera. / Lo tiene todo”.

En ‘Área de descanso’ (III Premio de Poesía Femenina ‘Cinta Vargas’) encontramos un ensalzamiento del amor cotidiano y de la mujer, a la que brinda su respeto, al tiempo que señala un machismo inaceptable y, por desgracia, omnipresente en lo macroscópico y en los microscópico. En sus versos no se elude poner sobre la página en blanco reflexiones sociales, hablando al semejante para construir una identidad colectiva más justa.

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En suma, nos hallamos ante dos cuadernos cuyos poemas soplamos como a las semillas de un diente de león, pues sentimos que su poesía es liviana y encontramos belleza en ver esos versos flotando delante de nuestros ojos.

LA FICHA

'Contadas excepciones' + 'Área de descanso'. Juan Leyva. Zoográfico. 2022.