Doble homenaje a Joaquín Carbonell con Los 1.300 Besos de Tornillo

Este sábado 20, el proyecto de banda tributo al vate de Alloza, que lideran sus amigos Roberto Artigas y Philippe Charlotte actuará en Jasa (Huesca); el domingo irán a Remolinos con David Giménez

A la izquierda, David Giménez. A la derecha, Roberto Artigas.
A la izquierda, David Giménez. A la derecha, Roberto Artigas.
L. U./F. J.

Dentro de muy pocos días hará dos años. El 12 de septiembre de 2020, debido a un cuadro crítico agravado por la covid-19 en su faz más agresiva, fallecía en el Hospital Clínico de Zaragoza el cantautor turolense Joaquín Carbonell. Natural de Alloza, reubicado en La Joyosa y orgulloso artista de la Ribera Alta por comunión espiritual con sus amigos David Giménez y Roberto ‘GranBob’ Artigas, formó con ambos en los últimos años de su vida el proyecto Los 3 Norteamericanos. No pasa un día sin que uno y otro lo recuerden, siempre por algo divertido o ingenioso (o las dos cosas) y, de cuando en cuando, sus dos compinches tienen a bien rescatar para el público el inmenso bagaje de canciones que dejara el cantautor.

Este fin de semana hay doble plan ‘carbonelero’; el sábado será en la localidad oscense de Jasa (plaza Mayor, 20.00) y el domingo 21 en Remolinos, con motivo del festival Sal a Remolinos (22.00). En ambos casos, el concierto será gratuito. El esquema es un concepto curioso, dibujado por GranBob; Los 1.300 Besos de Tornillo es un grupo tributo a Carbonell que se inventó el propio anfitrión de Vinos Chueca en Casetas, y en el que cuenta con la compañía del músico galo Philippe Charlotte, amigo de Carbonell y compañero escénico muchos años.

Artigas recuerda una anécdota muy gráfica al respecto de esta idea. “Cuando íbamos en el coche a un conciertos de Los 3 Norteamericanos, no mucho tiempo antes de que Joaquín enfermase y muriese, le dije que pensaba hacer un grupo tributo a su figura para forrarme. Me dijo que lo llevaba claro, porque estaba seguro de que me iba a sobrevivir”.

Un plan muy completo

Roberto Artigas ha seguido cantando las canciones de su amigo estos dos años allá donde ha tenido ocasión; incluso ha subido sus versiones a las redes. “Es que además de amigo soy un gran admirador suyo. Muchas veces me acompaña Philippe y también Allué Cester, productor del disco con temas de Joaquín que tenemos listo y queremos editar. Los dos tocan varios instrumentos, son excelentes". 

El músico de Casetas aclara que "en Jasa nos acompañará a la percusión Alfonso Casasnovas, otro amigo que siempre ha venido mucho al Chueca en Casetas. Tiene una larga trayectoria musical, y su proyecto Bandada Marina es fantástico. Valerie, esposa de Philippe, aportará voces y ukelele en el Pirineo este sábado: su grupo, Les Poupées Gonflées, tiene mucho eco en Francia. Bueno, y con la cantidad de amigos que tenemos en la zona, seguro que aparece alguien más”.

Arriba, Joaquín Carbonell. Abajo, su admirado Georges Brassens.
Arriba, Joaquín Carbonell. Abajo, su admirado Georges Brassens.
H. A.

En Remolinos, con David Giménez como anfitrión en el festival Sal a Remolinos (un juego entre la invitación a salir y el preciado elemento que tanto abunda en el municipio), también se juega en casa; por lo afectivo y por el factor geográfico. “Estarán en el escenario Valerie, el propio David y algún otro que pasará. El domingo meteremos unas cuantas de Brassens, no necesariamente las más populares, aunque ‘El gorila’ sí sonará seguro porque es el ‘crossover’ total entre Joaquín y su admirado Brassens. También haremos con seguridad la favorita de Joaquín dentro del repertorio de Brassens: ‘Les copains d'abord’.

El disco producido por Allué Cester consta de 11 versiones de Carbonell grabadas con instrumentos del folk americano, desde la mandolina a los banjos y las armónicas; tampoco se ha ido a las más conocidas, y hay equilibrio entre las más antiguas y las recientes. “La intención de todas estas cosas -concluye Roberto- es que no se pierda nunca su legado y se mantenga vivísimo su recuerdo”.  

No son, pero sí son

David Giménez, mentor del espacio Enlatamus y hostelero de kilométrica trayectoria con el Imperdible de Remolinos -entre otras muchas cosas- recuerda con una sonrisa que “a Joaquín lo hicimos ciudadano de la ‘haute riviére’, cosa que no era, como yo tampoco soy músico, y sin embargo representábamos con Bobby a la escena musical de esta zona. El festival Sal a Remolinos cumple 25 años y siempre ha tratado de dejar espacio a otras músicas, poesía, títeres… todo un poco juglaresco. Hemos tenido desde un tañedor de sicu argentino a un rabelero cántabro o una chica extremeña que le daba al pop indie… una mezcolanza de estilos que trata de salirse un poco de la norma en las fiestas populares en los cuatro domingos de agosto. También tuvimos en su día a Albert Pérez, Zahara o Javier Ruibal”.

Este domingo se recibe en Remolinos al Silbo Vulnerado con su propuesta ‘Sátira sátiro’; por la noche llegará el concierto de los muchísimos besos apasionados y Brassens desde el prisma de Joaquín. “Joaquín era remolinero de pro en los últimos años. Suena romanticón lo que voy a decir, pero en el fondo pienso que todo esto de su muerte ha sido un mal sueño, y que quizá Joaquín aparecerá en su propio homenaje. Su recuerdo vive, perdura".

Giménez concluye explicando que "cuando Joaquín murió, teníamos previsto venir a Remolinos a cantar Los Tres Norteamericanos: nos había ofrecido, aunque él no quiso, hacer el pregón de las fiestas. Ahora ha pasado un tiempo y el homenaje llega cuando deben hacerse los homenajes, más en frío, creo yo. Personalmente molestaré poco, igual una cancioncica o un poema de los últimos que nos inventamos juntos”.

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