La DGA fracasó en 2018 al intentar declarar BIC el goya que se subasta en Madrid

Ignoró que la ley solo lo permite si el propietario vive en la misma autonomía y los dueños de la obra la sacaron de inmediato del Museo de Zaragoza

Luisa Fernanda Rudi y Fernando Espinosa de los Monteros, cuando presentaron el cuadro en Zaragoza.
Luisa Fernanda Rudi y Fernando Espinosa de los Monteros, cuando presentaron el cuadro en Zaragoza.
Guillermo Mestre

El Gobierno de Aragón intentó en 2018, sin éxito, declarar Bien de Interés Cultural el cuadro de Goya que será subastado a final de mes en Madrid. El óleo, de especial significación para Aragón puesto que representa una ‘Aparición de la Virgen del Pilar al apóstol Santiago y sus discípulos’, llevaba entonces colgado más de cinco años en la sala 16 del Museo de Zaragoza, dedicada al pintor de Fuendetodos.

A principios de octubre, el entonces director general de Patrimonio del Gobierno de Aragón, Ignacio Escuín, abrió expediente de declaración de Bien de Interés Cultural para el cuadro, según apareció publicado en el BOA el día 19.

El movimiento de la DGA dejó perplejos a los propietarios, que no entendieron qué se buscaba conseguir, dado que el cuadro ya gozaba a su juicio de suficiente protección al haber sido declarado inexportable por el Estado español, y se sabía que años atrás habían intentado venderlo, por lo que en cierta medida continuaba ‘en el mercado’. Vieron en el movimiento de la DGA un intento de apropiarse de él, o al menos de reducir su capacidad de decisión sobre la pintura, y enseguida plantaron batalla. Y la ganaron. Por un fallo notorio de la propia DGA.

El óleo pertenece a la colección Rosillo, en la actualidad encarnada por varias familias provenientes de un tronco común. Hasta octubre de 2018 las relaciones del Gobierno de Aragón con la familia propietaria del cuadro eran excelentes.

El cuadro había ‘salido a la luz’ en 1951, cuando el marqués de Lozoya lo dio a conocer en un artículo científico: ‘Dos goyas inéditos de tema religioso’. Aún estuvo cinco décadas más sin exponerse al público. A principios de 2011 la familia propietaria decidió sacarlo a la venta por 4,5 millones a través de la sala madrileña Kaylus. Pero el cuadro había sido declarado inexportable por el Ministerio de Cultura, lo que redujo las posibilidades de venta, y no encontró comprador.

En el ámbito nacional pocas instituciones y coleccionistas pueden afrontar una operación de esa envergadura. El Prado podría haber sido una de ellas, pero está abundantemente nutrido de goyas, y los de tema religioso no le interesan demasiado. Fue la pinacoteca madrileña la que en julio de 2012 realizó una limpieza y eliminación de repintes en la obra, para que a finales de ese año formara parte de la exposición ‘Goya y el infante Don Luis, el exilio y el reino’, celebrada en el Palacio Real. El Prado avaló la autoría de la obra por parte del pintor de Fuendetodos.

La exposición se inauguró en octubre de 2012 y se clausuró en febrero de 2013. Y el cuadro, por expreso deseo de la familia, acabó en Zaragoza. Se presentó por todo lo alto el Día Internacional de los Museos, el 18 de mayo, en un acto que encabezó la entonces presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi. Asistió también un representante de la familia propietaria, Fernando Espinosa de los Monteros, que reveló que la pintura había sido adquirida en su día por su bisabuelo y que, dado su tema, la familia había sido unánime en su deseo de depositarla en el Museo de Zaragoza. Se suponía que el cuadro seguía estando en el mercado. La fórmula elegida para el depósito en la capital aragonesa fue la del comodato (depósito temporal sin contraprestación económica).

La ‘Aparición de la Virgen del Pilar al apóstol Santiago’ se encontró así con un viejo conocido, ya que el Museo de Zaragoza tenía otro goya que tiempo atrás había pertenecido a la colección Rosillo, ‘La letra con sangre entra’, adquirido por el Gobierno de Aragón en 2008. Cultura pagó por esta obra 2,5 millones de euros a una sociedad inglesa que lo había comprado tan solo unos meses antes por 850.000. La operación fue investigada, dentro del llamado Caso Cuadros, pero el caso se cerró sin cargos al no encontrar el juez instructor pruebas de malversación.

En cualquier caso, la ‘Aparición de la Virgen del Pilar...’ permaneció durante más de cinco años en el Museo de Zaragoza hasta que la DGA intentó declararlo Bien de Interés Cultural (BIC). El problema es que cometió un error grave, y es que la ley establece que los bienes muebles solo pueden ser declarados BIC por el Gobierno de la nación o por una comunidad autónoma, siempre que tenga en esta fijada su residencia el propietario. Como los dueños del cuadro residen en la Comunidad de Madrid, hicieron valer esa condición durante el periodo de alegaciones, levantaron el depósito y se llevaron el cuadro de vuelta a la capital de España el 13 de diciembre de 2018. Tras el paso en falso, compuesta y sin cuadro, la DGA recogió velas y archivó el expediente el 14 de febrero de 2019, sin ruido, intentando, y lograrlo, que el patinazo pasara inadvertido. 

Según publicó ayer HERALDO, la sala Alcalá de Madrid tiene previsto subastar el cuadro el 23 de junio. Partirá con un precio de salida de dos millones, en una sesión que se celebrará a partir de las 17.30 y en la que está previsto ofrecer al mejor postor un centenar de pinturas antiguas. La cifra es sensiblemente inferior a la que se pedía en 2011, cuando salió por primera vez al mercado por 4,5 millones.

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