Pilar Álvarez, pintora: "Atravesamos un momento de ebullición sentimental"

La artista (Zaragoza, 1981) expone hasta el 2 de julio dentro del proyecto ‘Un rincón con arte’, de Fundación CAI, en el Centro Joaquín Roncal.

Pilar Álvarez, fotografiada en el Joaquín Roncal
Pilar Álvarez, fotografiada en el Joaquín Roncal
Francisco Jiménez

Estábamos acostumbrados a verla pintar animales y, ahora, se descuelga con una serie de flores...

Están pasando muchas cosas y muy rápido en la sociedad. De ese vértigo surge ‘A flor de piel’, que es el título de la exposición, en la que sí, se ven flores, pero son una representación de los sentimientos y las emociones.

¿Por qué toda su obra está relacionada con la naturaleza?

Soy muy urbanita y, por eso, creo que nos estamos desconectando de una parte esencial y emocional que hace que nos desarrollemos como personas. Los veranos de infancia los pasaba en el pueblo, en Luceni, y creo que necesito mantener ese contacto con la naturaleza aunque sea a través de la pintura.

No pinta usted ni bloques de edificios ni carreteras...

Los temas urbanos me dejan un poco fría. Me gusta la materia viva, lo que pueda variar de estado.

Le preocupará el cambio climático, supongo...

De forma inconsciente, a la hora de pintar tiro un poco por el lado más desprotegido: tengo osos polares, galgos... Supongo que trato de hacer el problema más visible.

¿Qué otros asuntos de la actualidad le preocupan?

A veces pones la televisión y parece ‘El caso’: todo son sucesos terribles y un montón de catástrofes. A eso se suman la pandemia y la guerra de Ucrania. Están pasando muchas cosas y muy seguidas. Vivimos un momento de ebullición sentimental extrema.

Entonces, ¿pinta como terapia?

La pintura me transmite paz, pero a la vez tiene algo de guerra conmiga misma.

Desarrolle.

A veces estoy satisfecha con el formato, tema y la composición, pero si la gama de colores falla, entonces tengo que volver a empezar. Creo que la tranquilidad la brinda el equilibrio de los colores.

¿Desde cuándo surge su interés por el arte?

De pequeña me recuerdo jugando con lápices y pinturas. Hacía concursos con mi prima para ver quién rellenaba antes unos libros de colorear. Los dibujos acababan siendo abstractos, porque no éramos capaces de pintar dentro de las líneas.

Eso explica muchas cosas. ¿También su deriva hacia la abstracción?

Creo que depende de mi estado de ánimo: a veces tengo obra más contenida de trazo, pero la última etapa ha sido más convulsa. Soy más atrevida en la pintura que en la vida real, en el lienzo no me importa tanto confundirme.

¿Maestros, gurús, artistas imprescindibles que la inspiren?

Eduardo Lozano siempre me ha enseñado y me ha enfocado. La mancha también me tira mucho y admiro a los expresionistas. Y a nivel contemporáneo sigo de cerca a Ana Barriga e Inma Fierro.

Parece que en Aragón lo centramos siempre todo en Goya...

Es normal, es el ‘summum’ y la historia del arte cambió con él. La creación tiene que ser transparente, noble y limpia para transmitir, y Goya, con su carácter persistente y tozudo, reúne esas características.

¿Qué retos artísticos tiene pendientes?

Mi espinita clavada sería la escultura. Aún no me he atravido a sacar nada. Me apunté al taller del escultor David Ballestar (el Arquetipo) y allí probé con el alabastro, que me encantó y es más maleable de lo que pudiera parecer.

Para maleable, una impresora de 3D...

Yo disfruto mucho del proceso artesano, del camino previo hasta dar con la obra. Me gusta experimentar, mezclar materiales, hacer incluso un poco de alquimia...

La imagino concentradísima y en silencio...

Todo lo contrario. Suelo pintar con música, con todo tipo de música.

¿‘Slo Mo’?

Desde clásica hasta urbana, aunque me interesa más la de raíz, como la de Diego ‘el Cigala’, la que viene de dentro, la que transmite algo salvaje.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión