Federico Trillo: "Sánchez no es de Shakespeare, es más de picaresca española"

El ex ministro de Defensa presenta su obra 'El Censor de Shakespeare', una novela histórica ambientada en la Europa de finales del siglo XVI y principios del XVII.

Federico Trillo en el Congreso.
Federico Trillo, en una imagen de archivo.
Efe

¿Qué personaje de Shakespeare reflejaría mejor a Pedro Sánchez? "Pues mira, ningún personaje de Shakespeare le refleja, porque Sánchez pertenece a la picaresca española", de esos que "mienten a diario para sobrevivir", asegura convencido el exministro de Defensa Federico Trillo.

El exministro, expresidente del Congreso, exembajador y actual letrado del Consejo de Estado, presenta este martes su obra 'El Censor de Shakespeare', una novela histórica ambientada en la Europa de finales del siglo XVI y principios del XVII, uno de los momentos más complicados de las relaciones entre Inglaterra y España.

"El presidente del Gobierno no pertenece ni a la tragedia ni la comedia de altura, sino a la picaresca española. Sería más bien el Buscón o algún personaje de Rinconete y Cortadillo, de esos que mienten a diario para sobrevivir", apunta en una entrevista con EFE, entrando al juego de analizar la actualidad política española desde la visión del bardo inglés.

El narrador de la obra de Trillo es un jesuita inglés comandado por la Inquisición para censurar las obras de Shakespeare contenidas en un infolio -un libro de formato especial- que se guarda en el Seminario para ingleses de San Albano, en Valladolid, una institución que aún perdura y que lleva 400 años instruyendo a seminaristas católicos ingleses.

"Es una historia que yo tenía que contar desde que, en 1999, visité el seminario para documentarme para mi tesis doctoral sobre Shakespeare y el poder político", explica de su novela, que contrasta la mentalidad de un jesuita inglés, con la mentalidad de la época anglicana en la que vive Shakespeare.

Trillo guarda con celo ciertos aspectos de su obra y se resiste a hacer 'spoiler' de cuestiones y polémicas actuales que, según él quedan resueltas en la novela, como si el bardo fue gay o bisexual, si tuvo muchas amantes, o qué relación tuvo con España.

Sí revela la relación de Shakespeare con Antonio Pérez, el secretario de Estado de Felipe II, que acusado de traición en España, huyó a Inglaterra donde publicó sus 'Relaciones' y facilitó la información que hizo posible la toma de Cádiz por los ingleses y que el bardo convirtió en don Adriano de Armado, personaje bufo de su obra 'Trabajos de Amor Perdidos'.

La novela y el tema central de su tesis doctoral plantea la excusa perfecta para analizar la situación actual de la política española en clave de Shakespeare, un juego al que el autor se presta y al que se lanza con el análisis de Pedro Sánchez.

Para Trillo, "está todo en Shakespeare, es lo que le hace ser eterno e inmortal, que trata todos los aspectos del ser humano y con una maestría trascendente lo ha contado ya todo, las traiciones, los complots, todo", asegura convencido de que "para un entendimiento político es más aleccionador y entretenido" leer al inglés que al propio Maquiavelo.

Así, sobre el Gobierno también lo tiene claro, a Shakespeare "no le escandalizarían" las divisiones internas, porque en aquella época "todavía no era un Estado de Derecho y era el poder puro y duro, y la pugna por el poder era estar cerca de la reina que era quien decidía".

Entonces, las distintas facciones "estaban todo el día en lucha, pero solo ella mandaba, y ahora aquí es igual: se pasan el Estado de Derecho por el puente y luchan entre las distintas facciones por ver quién está cerca del poder real, que es Pedro Sánchez".

Preguntado sobre qué consejos daría el dramaturgo inglés a la actual presidenta del Congreso, Trillo considera que no serían necesarios, pues Meritxell Batet “tiene una gran experiencia parlamentaria y sabe muy bien como tiene que lidiar con el Congreso, que ha cambiado mucho y donde yo ya no me encontraría”.

En su opinión, lo que ha cambiado mucho es la propia clase política. “No es solo la indumentaria, que es el reflejo de las personas, sino la dialéctica, la dinámica parlamentaria no tiene nada que ver con nuestra época, en la que insisto, se respetaba el Estado de Derecho, ahora no. Ahora no es que se saltan las corbatas, es que se saltan las leyes y las sentencias”, valora.

También encuentra lecciones que aprender de Shakespeare en materia de política internacional y, en concreto en la relación de España con Marruecos o con la propia Gran Bretaña.

Así, comenta que la presencia de personajes "digamos musulmanes en las obras de Shakespeare es muy notoria y no salen bien parados, como por ejemplo Otelo, el moro de Venecia; pero tampoco salen bien paradas otras razas del sur", por un problema del racismo imperante en aquella época.

"La política internacional tiene que estar presidida por las relaciones de buena vecindad que se basan en el respeto recíproco, que se basa en el respeto a las leyes y las fronteras y el vecino de sur, como no entiende este lenguaje pues se salta las fronteras y no respeta a las ciudades españolas", asegura.

En estos casos, "lo que hay que hacer es lo que mandan las leyes y la Constitución, que es defender las fronteras de nuestro territorio, la integridad de nuestro territorio y la soberanía nacional", asegura.

"Que es lo que hicimos nosotros en el caso de Perejil sin que fuera Perejil un territorio soberano sino simplemente un 'res nulius', de nadie, no es de Marruecos ni de España, pero puesto que lo ocuparon hubo que desocuparlo", dice recordando el incidente con Marruecos que solventó desde el Ministerio de Defensa desalojando a las tropas marroquíes que habían tomado el islote en 2002.

También el brexit, que vivió "en vivo y en directo" como embajador en Londres, se puede explicar a través de las obras del dramaturgo inglés, quien "refleja muy bien la idiosincrasia inglesa" y el aislacionismo propio de un isla que rechaza injerencias "sea la de Roma con Enrique VIII y su divorcio o sea esta desde Bruselas".

Preguntado por la negociación sobre Gibraltar, Trillo lo tiene claro: "se ha perdido una gran oportunidad y se ha resuelto como siempre ocurre con los gobiernos del PSOE, que parece que tengamos que pedir perdón por defender nuestros derechos". Algo similar a lo que, en su opinión, ha pasado con Marruecos, “que no sabemos defendernos”.

Y así plantea que hay "muchas cosas que no se entienden de la posición sobre el Sáhara". "Primero, que no sabemos a cambio de qué; la segunda, que se quebranta el mandato de la ONU de que España es garante como potencia descolonizadora; la tercera es por qué se hace a través del Gobierno el entendimiento entre dos monarquías, que debía haber sido a nivel de Jefes de Estado y por tanto entre los dos reyes, y la cuarta, por qué se hace no ya sin control del Parlamento sino en contra de la opinión mayoría del Congreso”, lamenta. "No lo entiendo", dice Trillo volviendo la mirada a su libro, que es de lo que, asegura, ha venido a hablar.

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