Una historiadora profundiza en la relación de Goya con el exilio republicano

Inmaculada Real ha señalado que la investigación ha constatado que aunque mucho tiempo se apuntó a Don Quijote como uno de los símbolos de los exiliados, "Goya se convierte en el espejo en el que mirarse y equipara e iguala su figura con la del Quijote".

La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón (i) y la autora del libro, Inmaculada Real (d), han presentado este miércoles 'Goya. Valor y símbolo del exilio republicano español'.
La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón (i) y la autora del libro, Inmaculada Real (d), han presentado este miércoles 'Goya. Valor y símbolo del exilio republicano español'.
EFE

El descubrimiento de una obra teatral inédita sobre Francisco de Goya fue el punto de partida de la historiadora madrileña Inmaculada Real para profundizar en un libro sobre la relación existente entre el artista de Fuendetodos (Zaragoza) y el exilio republicano español tras la Guerra Civil.

El Museo de Zaragoza, que cuenta con un amplio y representativo fondo de la obra de Goya, ha sido este miércoles el escenario para la presentación del trabajo de Inmaculada Real, 'Goya. Valor y símbolo del exilio republicano español', por parte de la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón, junto a la autora.

Menjón ha destacado la novedad que supone que se aborde la figura de Goya "desde esta óptica" y también que se valore "como símbolo para los exiliados republicanos".

El libro toma como punto de partida el hallazgo de una obra de teatro inédita y que tiene a Goya como protagonista.
El libro toma como punto de partida el hallazgo de una obra de teatro inédita y que tiene a Goya como protagonista.
EP

Real, por su parte, ha recordado que su trabajo de investigación para "profundizar sobre la importancia que tuvo Goya en el exilio español" arranca del descubrimiento de la obra de teatro original e inédita de José García Tella sobre la época de juventud de Goya titulada 'Episodio goyesco'.

Se trata de una nueva aportación a la historia del arte desde el punto de vista de la historia extraoficial y en el que queda patente la influencia que tuvo "el discurso vigente en aquellos años del franquismo oficial", ha apuntado.

También ha señalado que la investigación ha constatado que aunque mucho tiempo se apuntó a Don Quijote como uno de los símbolos de los exiliados, "Goya se convierte en el espejo en el que mirarse y equipara e iguala su figura con la del Quijote".

Real ha insistido en que los exiliados combatieron su "desarraigo" en el extranjero "mirando a los grandes pintores como el Greco, Velázquez o Goya".

El libro analiza los puntos en común entre el exilio de Goya y el que sufrieron otros españoles tras el fin de la Guerra Civil, tomando como punto de partida el hallazgo de una obra de teatro inédita y cuyo protagonista es el pintor aragonés.

A raíz de este hallazgo, la autora se plantea cuánto hay del artista en la España desterrada. El pintor de Fuendetodos tiene un protagonismo especial, pues su figura y obra representa la esencia nacional de la patria perdida.

El volumen se divide en tres grandes partes: la evacuación de las pinturas de Goya a Ginebra tras la Guerra Civil, la configuración del artista como símbolo de identidad de la España expatriada y el análisis de la presencia de Goya en los escritos artísticos del exilio.

En las páginas de este volumen se establece un paralelismo entre el ciclo de la vida del artista y la de los exiliados del 39, con el fin de poner de manifiesto los numerosos puntos de encuentro.

Así, el análisis comienza con la configuración simbólica de Goya a principios de siglo XX, un proceso de recuperación que tenía como objetivo reparar la crisis de identidad que provocó el Desastre del 98.

Años antes el pintor dejó testimonio de la Guerra de la Independencia y del drama sufrido por el pueblo, inspirando a los ilustradores de la Guerra Civil. La obra de Goya fue posteriormente protegida por el bando republicano, que se encargó de evacuar el tesoro artístico español a Ginebra en 1939. La obra del pintor representa el mayor volumen de todo este conjunto que cruzó la frontera junto a la retirada republicana.

A partir de ahí comienza una evocación constante a Goya, tanto en el exilio francés como en el americano. Partiendo de diferentes fuentes documentales y artísticas se demuestra que, en medio de la gran diáspora, Goya constituye una patria en el destierro.

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