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La Ley Seca y su feliz cumpleaños de blues

El pub zaragozano sigue celebrando su 35 aniversario y trae este 8 de abril al estadounidense Willie Buck, considerado el heredero de Muddy Waters

Willie Buck, invitado de honor este viernes 8 de abril en La Ley Seca.
Willie Buck, invitado de honor este viernes 8 de abril en La Ley Seca.
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La licencia municipal de la Ley Seca, pub en sus inicios y sala de conciertos poco después, data de 1986. El negocio zaragozano aún anda celebrando su trigesimoquinto cumpleaños, aunque ya se camine por las tres docenas de años instalados en el número 2 de la calle Sevilla. Carlos Ezquerro es su actual dueño, el cuarto de una historia que comenzó con José Ángel Collados. Este viernes 8 de abril, con el concierto del figurón del blues Willie Buck, se marca oficialmente la efeméride, pero la celebración es diaria: después de dos años durísimos para todos los negocios y terroríficos para el ocio nocturno, abrir la puerta y cuadrar las cuentas es todo un triunfo.

“Cuando José Ángel abrió -cuenta Carlos-, con la Pachá al lado, esta calle tenía un tirón tremendo. Bueno, Pachá que antes era Starter y antes Parsifal; una zona muy activa. La Ley Seca no solía tener música en directo entonces. Cuando entró Diego ya empezaron a programar conciertos, algo que continuó Patxi, el tercer dueño, que ahora tiene el Rock & Blues; yo tampoco he parado. En 2019, el último año normal que hemos vivido, pasábamos de los 100 conciertos anuales. Aquí había bolos todos los viernes y sábados, muchos jueves y algún domingo. Ahora volvemos a mantener los conciertos viernes y sábados, de momento”.

Janet Kumah y The Delegators, en el escenario de La Ley Seca en 2013.
Janet Kumah y The Delegators, en el escenario de La Ley Seca en 2013.
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Los criterios de programación en La Ley Seca no han variado mucho, a pesar de la diversidad de etapas: siempre ha primado el rock, en todas sus vertientes. “Hemos hecho ciclos de música americana, sobre todo blues y garaje -explica Carlos- y este año queremos sacar adelante después del verano un proyecto de bandas y artistas de la tierra cantando total o parcialmente en aragonés. Hace tiempo que me rondaba por la cabeza, es un reto personal y hemos presentado la idea a las instituciones para buscar ayudas; ahora tienes que moverte con precaución, porque todo lo que hemos vivido obliga a ello”.

Momentos muy duros

Carlos aclara que “durante la pandemia cerramos en marzo del 2020, como todos los negocios, pero nol abrimos hasta octubre de 2021; probamos dos meses a medio aforo y con el público sentado, pero así no tiene sentido en este sitio. Era como luchar contra las olas de mar. Cerramos a mediados de diciembre y no reabrimos hasta el segundo fin de semana de febrero; ahora parece que las cosas van marchando. Si no llega a ser porque estábamos bien económicamente en marzo de 2020 y por la actitud de los dueños del local, que siempre han apoyado el funcionamiento de la sala, no creo que hubiéramos podido plantearnos regresar”.

"Ya nos habíamos llevado un palo muy grande justo antes de la pandemia: la muerte de mi socio Javier Ferrer"

El empresario puntualiza que las desgracias vinieron a pares para el local. “Sentías una absoluta impotencia, como todos los gremios... pero lo del nuestro fue tremendo: los que estamos en la Asociación de Salas de Aragón en Vivo tomamos medidas comunes casi obsesivas con el aforo, la higiene y las restricciones, pero nos trataron como si el ocio nocturno fuese culpable de todo. Además, ya nos habíamos llevado un palo muy grande justo antes de la pandemia: la muerte de mi socio Javier Ferrer ‘Colín’. Empezó a sentirse mal aquí en el bar, durante un concierto, y sufrió un infarto al llegar a casa. Es lo peor que me ha pasado”.

Carlos Ezquerro (izquierda) con el guitarrista de Héroes Alan Boguslavsky y Almudena Bolea, parte del personal de La Ley Seca.
Carlos Ezquerro (izquierda) con el guitarrista de Héroes Alan Boguslavsky y Almudena Bolea, parte del personal de La Ley Seca.
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Ezquerro, que además de trabajar en el mundo musical tiene un pasado devoto como jugador de rugby y promotor de eventos deportivos, recuerda mejores tiempos para su zona con un punto de nostalgia indisimulada. “Con la gente de Moliner 7, que además de colegas son amigos, hemos hecho varias cosas: conciertos compartidos, bono para los dos garitos… con la Lata antes también muy bien, y ya no están la Eccos ni la King Kong, tenías cuatro salas de conciertos en apenas 300 metros. Bueno, y Joan en la Encantaria, con un perfil del público que disfrutaba tanto de su mano con la cocina y la buena carne como de nuestros conciertos”.

La noche más memorable

Hay un concierto que Carlos no olvidará nunca, por varias razones. “A finales de septiembre de 2017, los Rolling tocaron en Barcelona. Hay un grupo que suele viajar con ellos, The Dirty Strangers; se encargan de las pruebas de sonido, y algunos de sus músicos forman parte de la banda que llevan los Rolling en las giras; Alan Clayton, el cantante, es amigo personal de Keith, y Ron Wood ha tocado en algunos discos del grupo. El caso es que tiré de contactos para hablar con ellos, y les dije que si venían a tocar a La Ley Seca al día siguiente desde Barcelona se comerían unas albóndigas de ciervo increíbles, que hacía Alfonso aquí al lado, en la plaza Diego Velázquez. Y oye, vinieron. Un conciertazo”.

Tirando de memoria, a Carlos le van brotando más nombres. “The Sharpeez con Clive Edwards, que fue batería de UFO; hace poco estuvo Seafoam Green, banda apadrinada por Rich Robinson de los Black Crowes, o Twin Guns, la banda de Jim Chandler ‘Jungle’, batería de The Cramps. Y ahora que viene Willie Buck no quiero olvidarme de Tail Dragger, otro bluesman de Chicago que vino hace tres años, con 82 de edad. Willie tiene 84, está de gira siempre y en 2016 lo incluyeron en el Salón de la Fama del Blues en Chicago: ahí no entra cualquiera. Su biografía es tremenda, trabajó de todo cuando era chaval y empezó a tocar a los veintipico en los tugurios, luego pasó al Maxwell Street Market y se hizo un nombre; resultó ser un fenómeno, al que citan como heredero de Muddy Waters. Willie viene con José Luis Pardo, guitarrista argentino que vive en España, director de la Escuela de Blues de Madrid. Estos abuelos están hechos de otra pasta. Recuerdo que Tail pidió una botella de bourbon al empezar el concierto aquí, se la bebió entera, y salió del local andando para su hotel". 

Ezquerro no quiere olvidarse de un grupo que también se asomó un día al escenario de La Ley Seca. “Por aquí han pasado cientos de grupos emergentes que luego han crecido lo suyo, pero quizá el más conocido sea Izal. Siempre que vienen a Zaragoza, en cada concierto, dan las gracias en voz alta a la Ley Seca, y siempre les invito a que se pasen por aquí a echar una caña. Ahora han anunciado que se separan, pero vienen al Pilar... ahí les esperamos, aunque cuando se llega a ciertos niveles de popularidad es difícil normalizar algo como una visita social a viejos amigos”.

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