pueblos con arte
Seis artistas recorren la Ruta 234 con proyectos contra la soledad y el olvido
La Asociación Pueblos con Arte organiza dos semanas de trabajos multidisciplinares por Valencia, Teruel, Castellón, Zaragoza, Soria y Burgos.
La Asociación Pueblos en Arte, al frente de la cual están, desde Torralba de Ribota, la poeta y videocreadora Lucía Camón y el cineasta y músico Alfonso Kint, entre otros, creó en 2018 la Ruta 234, que es un proyecto cultural que recorre una carretera que atraviesa una de las zonas más despobladas de España: la Serranía Celtibérica, la N-234 que va desde Burgos hasta Sagunto, que cruza las provincias de Valencia, Teruel, Castellón, Zaragoza, Soria y Burgos. El objetivo es seleccionar a uno o varios artistas que realicen un trabajo concreto vinculado con este itinerario y con eso que Sergio del Molino acuñó como “La España vacía”. En la primera convocatoria los seleccionados fueron Lena y Heubusch y Ariadna Guiteras, que hicieron un trabajo sobre el adobe, y Rubén Ortiz, que cristalizó su experiencia en un fotolibro.
Ahora, casi cuatro años después, Pueblos en Arte volvió a promover la convocatoria y recibió más de 70 proyectos de artistas vinculados a este territorio, dispuestos a poner en marcha diversos trabajos artísticos vinculados a esta zona, de las más despobladas de España, que intentan responder a varias preguntas: ¿qué valores hay un territorio tan escaso de población? ¿Qué recursos existen en este espacio, compuesto por más de 50 pueblos de seis provincias? ¿Cómo se pueden reivindicar sus formas de vida, su patrimonio, su idiosincrasia, sus tradiciones y su resistencia? ¿Cómo se pueden dar a conocer?
Lucía Camón e Inés Peña han sido las encargadas de seleccionar a varios artistas. Dice Inés: “Evaluamos cada una de las propuestas por su impacto individual y colectivo, y valoramos las sinergias que se pueden establecer en este viaje a nivel vital, conceptual y formal entre las personas de cara a una publicación final en un fanzine”. Agrega Inés Peña: “También, ha sido importante la vinculación de los creadores con el territorio que atraviesa la carretera N-234, intentando que en la selección esté representada la mayor parte de las provincias que recorre”.
Los elegidos son Gigi y Pelayo Cienfuegos, artistas multidisciplinares afincados en Burgos; el turolense, de Fuentes Calientes, Darío Escriche; el artista Darío Gil y la escritora, infografista, poeta visual y artista Isabel González, natural de Ejea de los Caballeros. “Además, en la edición de este año, hemos dado un accésit a la fotógrafa Lucía Bailón, que trabaja la fotografía y el vídeo”, añade Inés Peña.
El proyecto cuenta con un presupuesto de unos 20.000 euros que pone el Ministerio de Cultura principalmente completándolo las diputaciones provinciales de Zaragoza, Teruel, Burgos y Soria; por ahora ni Castellón ni Valencia se han sumado con aportaciones concretas. Los artistas perciben 2.000 euros: 1.000 en concepto de dietas y otros 1.000 por producción y valoración de la obra. Y el trayecto, que ya comenzó el pasado 1 de marzo, se prolongará hasta el 13 de marzo. En realidad, comenzó un poco antes, con una reunión en Torralba de Ribota, donde los artistas elegidos se conocieron y pusieron en común sus empeños, y ensayaron la convivencia. Y también se reunirán a partir del 13 en el pueblo de la comarca de Calatayud con Alfonso Kint para repasar proyectos, verlos, interpretarlos y preparar la publicación que se distribuirá luego por todas las localidades de la ruta.
“El viaje es muy importante. Y pasará un poco de todo. En el fondo, es un proyecto de convivencia, de comunicación artística y de reivindicación. Desde la Asociación Pueblos en Arte les allanamos un poco el camino con algunos contactos previos. Es muy importante la relación con las gentes, los diálogos, las fotos y los vídeos, los objetos”, explica Lucía Camón.
Camón describe así las características y empeños de cada proyecto. “Gigi y Pelayo Cienfuegos desarrollarán una serie de prácticas para establecer un diálogo con el mayor número de personas que dan vida a la ruta. Darío Escriche opera en el arte y la naturaleza y ofrecerá un minucioso trabajo sobre los árboles y las Señales Arbóreas del camino”, señala. Darío Gil, que tiene tres abuelos de Soria, Zaragoza y Teruel, hará un trabajo sobre los oficios artesanales. Y la escritora Isabel González investigará las gasolineras, se crió en una en Ejea de los Caballeros, y los objetos, lo que ella ha denominado “la historia humana de las cosas”; Lucía Bailón culminará otro empeño, ‘Mi lugar en el mundo’, que tendrá lugar en los tres encuentros programados en la Ruta 234: el sábado, 5 de marzo, en Hontoria de la Cantera (Burgos); el sábado 12, en Villarquemado (Teruel), y el domingo 13 en Torralba de Ribota (Zaragoza), que coincide, además, con el fin del trayecto.
“Esas tres reuniones serán muy importantes. Las hemos trabajado previamente y hay citas con músicos, artesanos, canteros, carpinteros, etc., habrá diversos talleres con los habitantes de los diversos pueblos con los que se quiere conversar de manera distendida en torno al arte y la creación”, dice Lucía Camón, que recuerda que Pueblos en Arte busca nuevas propuestas para combatir la despoblación, la soledad, el olvido, y soluciones que apunten al porvenir. “Queremos crear nuevos espacios para reflexionar sobre nuestro modo de habitar la tierra y de caminar por ella. La Ruta 234 es y debe ser una fuente de inspiración, un lugar de encuentro, un puerta abierta para conectar con el mundo rural, con sus gentes y sus valores”.
Los artistas, con tres coches, parando y pernoctando aquí y allá, oyendo a improvisados anfitriones, investigando sobre el terreno, ya están en marcha. Por eso Isabel González, infografista en el diario ‘El mundo’ y autora de excelentes cuentos para adultos y para niños, dice tras las primeras experiencias: “Yo voy buscando cosas. Cosas en el sentido material, táctil, esa memoria táctil que percibimos de un modo menos consciente que la visual o menos emocional que la olfativa, pero más primigenia. Y creo que en los pueblos que llaman despoblados la gente sella, graba su memoria en ‘cosas’ más corporales, materiales... También me atrajo la idea de la ruta dónde hay gasolineras. Ese espacio de paso, ese no lugar donde se forjó en realidad mi identidad”. Algo que se veía muy bien en un libro de relatos inolvidable: ‘Casi tan salvaje’ (Páginas de Espuma, 2012).
