Paco Lafarga: "La literalidad en la pintura puede ser contraproducente"

El pintor zaragozano (1977) acaba de ganar el Premio Internacional de Pintura y Escultura Figurativas 2021 del Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) de Barcelona, un galardón dotado con 36.000 euros.

El artista zaragozano Paco Lafarga en su estudio, donde también imparte enseñanzas de dibujo y pintura.
El artista zaragozano Paco Lafarga en su estudio, donde también imparte enseñanzas de dibujo y pintura.
Javier Belver

¿Qué supone para usted este reconocimiento?

Es un premio bastante inesperado. Me siento muy agradecido de que hayan abierto un poquito ese cambio de visión dentro de la figuración, no limitándolo a unos parámetros más clásicos. Dentro de la figuración tenemos muchas formas de expresarnos y estoy encantado de que se hayan deslizado poco a poco a otro concepto, a otra manera de ver la realidad. Yo estoy un poco con ese lenguaje y esa forma de entender la pintura.

¿En qué se inspira y qué pintores son sus referentes?

Mis referencias son variadas. Bebo mucho de lo clásico. Me interesan artistas tan potentes como Velázquez. Incuestionable. O maestros como Rembrandt. Si hablamos de carne, de la carne en la pintura, para mí el máximo exponente es Rembrandt, sobre todo su última etapa de autorretratos. Es la parte que más me interesa; cómo se observaba, cómo se analizaba a sí mismo en ese momento tan crítico, desahuciado, arruinado, después de haber vivido el punto más álgido de la riqueza y cómo era capaz de retratarse con esa modernidad. Y en cuanto a lo más actual puedo hablar de Antonio López, como ese punto que me dio el cambio de visión.

¿La obra de López fue determinante en su decisión de dedicarse a la pintura?

Siempre quise pintar, pero empecé tarde, con casi 30 años. No estaba preparado con 18 años para irme a estudiar fuera y decidir qué hacer en mi vida. Poco a poco iba sintiendo de un modo latente cosas que tienen que ver con el arte y Antonio López fue una inspiración. Luego, más tarde, Golucho, un maestro del realismo actual, sí que ha sido un poco mi maestro, mi mentor, mi amigo, porque no tengo una educación artística y no estudié Bellas Artes. Cuando decidí que quería pintar me puse a ello y fui aprendiendo sobre la marcha de forma autodidacta y Golucho sí que ha sido quien ha modelado mucho mi carácter artístico, esa enseñanza en aprender a ser muy crítico y muy autoexigente con lo que hago.

¿Cuándo y dónde podremos ver una exposición suya?

No soy un pintor que se prodigue mucho en cuanto a exposiciones. Sí que he hecho bastantes cosas a nivel regional, de mi ciudad, y también fuera (muestras colectivas, etc.), pero no es una idea que me entusiasme mucho. Creo que si tengo algo importante que decir y tengo una muestra que merece la pena exhibir lo haré más adelante. Pero exponer por exponer y pintar de una forma industrial no va conmigo. Pinto bastante poco y a mi aire. Comprometerme me cuesta mucho. No tengo nada a la vista. Hay ideas, esbozos, pero ya veremos si se concretan.

¿Cómo afronta el proceso de creación de sus obras?

Soy un pintor de proceso muy anárquico y cambiante. No tengo método, recelo de fórmulas, de preceptos apergaminados y dogmáticos que limitan la creatividad, me siento incapaz de premeditar y trabajar con un guión. Eso arruina mis pinturas y me desencanto con facilidad. La pintura debe discurrir libre, como una criatura que se te va de las manos, sin interferencias. Creo que soy bastante intuitivo y confío plenamente en el factor azar, e intento no ser consciente de lo que hago en cada momento del proceso, imploro para que lo racional no se entrometa y deshaga ese sortilegio que debería producirse en el acto de pintar. Vivo cómodo en la inconsciencia, no me tiembla el pulso para abandonar el cuadro a pesar de haber estado meses trabajando y buscando su mejor versión. Considero necesario tomar estas decisiones y ser inflexible en cuestiones de calidad, y a pesar de lo subjetivo del asunto confiar en tu criterio y valorar si merece la pena continuar con esa pintura o es mejor taparla y a otra cosa. Pinto lo que quiero y cuando quiero.

¿Qué temas predominan en sus cuadros?

El ser humano es inagotable, y sobre todo la experiencia emocional con tu modelo, necesito un vínculo muy poderoso con aquello que pinto, sea un bodegón con limones, la ventana que me ve pintar cada noche o la mujer que deseo. Todo eso, si ocurre, se va a notar en el resultado. Se trata de conectar con la vida. Me interesa la sensualidad, el desnudo... dejas lo que eres inevitablemente cuando pintas, obviamente estás hablando de ti.

Su pintura ¿obedece a un impulso, una emoción, una necesidad de expresarse?

Pienso que la literalidad en la pintura puede ser contraproducente. La Naturaleza te muestra que no eres rival, que sólo puedes conseguir «equivalentes pobres», la referencia fotográfica y el propio natural son tiranos, el encanto está en lo que aportas, en lo que inventas, y lo que te hace distintivo o genuino puede ser «el error», «las incoherencias» o incluso «ciertas desproporciones», tal y como decía Delacroix a propósito de Miguel Ángel, y no la imitación escrupulosa, cosa que está muy bien, pero no hay que mezclar conceptos. Es un ejercicio de marquetería y tesón.

En algunas de sus creaciones se aprecia una parte menos definida o inacabada...

Quizá esas partes inacabadas en mis pinturas, o mejor dicho hechas, descartadas y rehechas, configuren un lenguaje pictórico que me interesa mucho, el de la exploración constante, esa que deja huellas por el camino, donde se adivinan los tanteos. El proceso y mi intimidad quedan visibles y por eso yo me siento más en la corriente de la sugerencia, en el concepto de abstracción dentro de la propia figuración. Admiro a Velázquez, el maestro absoluto de la mancha; a Fortuny y sus miniaturas, a Rembrandt y sus autorretratos de vejez, a Antonio López, a mi maestro Golucho... pero pintar así es muy difícil, estoy ingenuamente en ello. El ornamento es delito.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión