275 aniversario de goya

Enrique Salueña: "Goya se respira en cada rincón de Fuendetodos"

Nacido en Zaragoza en 1953, es alcalde de Fuendetodos desde 2015. Ha oficiado de anfitrión de los Reyes durante su visita a la localidad natal de Goya.

El alcalde Enrique Salueña, con Fuendetodos al fondo
El alcalde Enrique Salueña, con Fuendetodos al fondo
José Miguel Marco

¡Vaya la que se ha liado este año en Fuendetodos!

Tremendo. Para alguien que no está acostumbrado, acompañar a los Reyes durante una visita a tu pueblo te deja sin palabras. ¡Ojalá celebráramos el 275 aniversario de Goya cada seis meses!

Y los Reyes no han estado de paso, que han recorrido Fuendetodos durante más de dos horas.

Yo creo que, si no hubiera sido por la covid y las limitaciones que nos impone, se hubieran quedado incluso a comer con nosotros. Ojalá nos devuelvan algún día la visita. Les preparamos unos huevos fritos con longaniza de Fuendetodos y listo.

Durante un tiempo usted ha jugado al despiste.

Supe que venían los Reyes unos días antes de que se anunciara, pero no lo podía decir. En cuanto se hizo oficial, todo el pueblo se ofreció para colaborar. Se ha vivido con mucha animación y alegría.

El pueblo cada año es más bonito. ¿Cuánto cuesta una casa?

No va a tener fácil comprarla porque la mayoría de las que estaban disponibles ya se han vendido. Habrá nuevos alojamientos. La gente se está animando.

¿Qué le falta a Fuendetodos?

Que se le reconozca más, que haya mayor unión y colaboración de las instituciones, que se termine el museo a medio construir...

Esto último será difícil.

La única manera es que todas las instituciones se involucren. Porque, además, una cosa es acabarlo y otra mantenerlo, que será costoso. Y hay que ser realistas, nosotros no podemos.

Pero Fuendetodos es rico. Con todos esos aerogeneradores....

(risas) Todo el mundo dice lo mismo. Creo que con la fama nos llegan menos subvenciones que a otros pueblos, aunque la verdad es que el consorcio de la Diputación de Zaragoza se está implicando mucho y le estamos muy agradecidos. Pero a veces vas a alguna institución a pedir algo y te encuentras esa respuesta. Y el dinero se va muy rápido: en el portal de transparencia del Ayuntamiento se puede comprobar. El problema es que para que Fuendetodos tenga un nivel alto hay que hacer obras, pequeñas y grandes, y que esté todo cuidado y limpio. Es vital que el visitante se sienta muy cómodo. Por eso ahora, con la covid, desinfectamos todo el pueblo dos veces por semana, regalamos mascarillas y gel a los visitantes... Tenemos un presupuesto de 1.050.000 euros y hay que pagar 80.000 cada año de un préstamo que arrastramos. Y hay que hacer cosas para que el visitante vuelva.

Y eso, ¿cómo se logra?

Ahora estamos haciendo jardines. Y el año pasado, con el dinero del pueblo, acabamos de recuperar la iglesia hundida, que era una escombrera. Estamos en movimiento porque queremos subir un peldaño más y ofrecer atractivos suficientes como para que el turista pueda pasar un día entero aquí.

¿Qué es Fuendetodos?

Un pueblo pequeñito pero con mucho encanto. En cada rincón de nuestras calles se respira Goya.

Unas calles que están impolutas. Va a ser verdad que usted está obsesionado con la limpieza...

Tenemos contratados servicios de limpieza hasta en sábado.

Si no fuera por el pintor...

Seríamos un pueblo vacío de la España vacía. Habría tres o cuatro vecinos que vivirían de la agricultura pero que dormirían todos los días en Zaragoza. Gracias a don Francisco tenemos hotel, restaurante, albergue...

Y neveros restaurados.

Hay que sacarles más partido. Uno lo recuperó Balay, otro Endesa, queremos seguir y que en cada uno vaya una exposición. Aquí todos los inviernos cae un buen par de nevadas, pero lo de 2020 ha sido impresionante. En una tuvo que venir la UME, que ya son palabras mayores.

¿Cómo frenar la despoblación?

Es un problema difícil de resolver porque cada localidad tiene sus peculiaridades. Conozco un pueblo en el que se abrió una empresa para fijar población y al final ningún trabajador duerme allí. Si la gente no quiere vivir en un pueblo es muy difícil sujetarla. Estamos muy ciegos con las ciudades.

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