Siguiente capítulo en el drama de Rocío Carrasco: embarazo a los 18, boda y traición

La hija de Rocío Jurado contó en sus memorias narradas para Tele 5 cómo reaccionó su familia al saber que esperaba un bebé y la traición de su mejor amiga.

Imagen de la boda de Rocío Carrasco y Antonio David Flores, en el 96.
Imagen de la boda de Rocío Carrasco y Antonio David Flores, en el 96.
Heraldo.es

Tras el impactante testimonio de la semana pasada, que ha hecho correr ríos de tinta y posicionarse, incluso, a la clase política, Tele 5 emitió este domingo el segundo episodio de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', la docuserie en la que la hija de Rocío Jurado cuenta sus desventuras con el que fuera su marido, Antonio David Flores (hasta que la semana fuera despedido de manera fulminante, colaborador habitual de Mediaset).

En esta segunda entrega, Carrasco siguió contando vivencias muy dramáticas, en esta ocasión relativas al momento en que, con solo 18 años, supo que estaba embarazada. Una noticia que para ella fue maravillosa -"Cuando vi el resultado, con 18 años, fue uno de los días más felices de mi vida, iba a cumplir uno de mis sueños que era tener un hijo, algo que para mí era lo más importante y lo más grande que me podía pasar"-, pero que no fue recibida igual por su entorno.

Su padre, al enterarse, le dio un bofetón que "la cabeza me dio vueltas". "Yo apenas tenía relación con él, cuando llegué a verle me dio dos besos muy secos, me senté en el sofá de la salita con él y se lo dije (…) De lo que le entró por el cuerpo me dio un bofetón que la cabeza me dio vueltas y me dijo 'Te avisé, que te iba a arruinar la vida". Tras el bofetón, le dio un abrazo a su hija y le dijo que había sido tonta por dejar que Antonio David "consiguiese lo que quería".

Su madre fue algo más comprensiva cuando se enteró, en Murcia, en el camerino del teatro donde actuaba.

En cuanto al padre, Antonio David, supo que iba a ser padre subido a una silla mientras decoraba la casa alquilada en Argentona con unas cenefas. Carrasco recuerda que su exmarido tuvo miedo entonces de la reacción del padre de ella. "Me va a matar", llegó a decir.

La protagonista de estas memorias por capítulos recuerda también amargamente de aquellos días la traición de la que consideraba una de sus escasas mejores amigas: Cristina Cárdenas. A ella le encargó llevar su sangre a analizar para comprobar si estaba embarazada y, según sostiene, lo vendió a una revista.

En el episodio del domingo hubo tiempos también para reprochar a su exsuegra la manera en que la trató al enterarse de que iba a ser abuela. Rocío Carrasco sacó a colación un episodio en el que fue abroncada por ella a colación del nombre del bebé si fuera niño. También lamentó lo poco que pudo decidir en su propia boda, que costó 35 millones de pesetas y en la que no pudo decidir, asegura, "ni el escote del vestido que llevé".

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