Cuando nos juntábamos multitudes

El pasado viernes, Zaragoza acogió la presentación del último disco del músico gallego Xoel López. Fue un concierto como los de antes de la pandemia, con una banda completa y un publico entregado que llenó la sala Mozart del Auditorio, hasta donde permite la reducción de aforo al 50%. Unas 750 personas acudieron a esta cita musical. Hace un año, Izal ofreció un ‘show’ en el pabellón Príncipe Felipe ante casi 7.000 personas, una cifra impensable en este momento.

La banda madrileña se disponía a parar una temporada por primera vez en su historia al término de su gira. “Así que la de anoche en el Príncipe Felipe era una oportunidad que no podían dejar pasar sus seguidores en la capital aragonesa”, recogía la crónica de HERALDO. El concierto del grupo en Zaragoza, apadrinado por este periódico, era uno de los últimos de la gira de Izal ‘El final del viaje’, que, tras pasar por más de 70 ciudades, iba a culminar el 18 de abril en el pabellón Wizink de Madrid. La pandemia obligó a aplazar todo. El de Zaragoza fue el último gran concierto del grupo que lidera el pamplonés Mikel Izal.

Este pasado domingo, la banda recordaba en sus redes sociales su actuación de hace un año en tierras aragonesas: “Ya ha pasado un año desde nuestro último concierto antes de que todo cambiase drástica y radicalmente. Ese día no nos podíamos ni imaginar lo que iban a modificarse nuestras vidas y las de todo el planeta. Nosotros nos sentimos afortunados de habernos podido adaptar y de cómo el sector, más precario y necesitado que nunca, pero tan lleno de grandes apasionados profesionales, se ha tenido que ‘reinventar’ ofreciendo #CulturaSegura con todas las medidas de seguridad e higiene. Mucha fuerza a todos y viva la música en directo. No dejemos que se termine”.

Mikel Izal, durante el concierto en el pabellón Príncipe Felipe, en marzo del pasado año

En Madrid y Barcelona se han realizado conciertos con aforos inconcebibles hasta ahora en otras ciudades españolas. El Wizink madrileño acogió en diciembre dos actuaciones de Raphael ante 5.000 personas. Este mismo escenario también albergó en septiembre el Madrid Summer Fest. Por otra parte, la Ciudad Condal anunció recientemente un concierto de Love of Lesbian en el Palau Sant Jordi para 5.000 personas, donde no habrá distancia social y los asistentes, con mascarillas FFP2, deberán haber pasado unas pruebas previas de antígenos.

Por ahora, el Ayuntamiento de Zaragoza no contempla realizar ninguna prueba piloto de este tipo en la ciudad y mantiene los aforos al 50% en sus espacios culturales, según dictan las medidas sanitarias establecidas por el Gobierno de Aragón.

Durante este tiempo de incertidumbre se han conocido algunas propuestas de lo más variopintas para la realización de festivales y conciertos en la era covid. Algunas tan pintorescas como usar burbujas de plástico, tal y como ocurrió en octubre en Estados Unidos con el grupo The Flaming Lips, que ofreció un peculiar espectáculo para 100 asistentes, todos ellos dentro de su respectiva burbuja.

Micrashell, un proyecto del zaragozano Miguel Risueño

Otra iniciativa presentada el pasado año fue el Micrashell, un traje especial para salir de fiesta en tiempos de coronavirus y proteger a lo usuarios en actividades relacionadas con la industria del entretenimiento. Ha sido creado por Production.Club, una compañía con base en Los Ángeles fundada por el zaragozano Miguel Risueño. Este equipo de protección personal (EPP) está, según Production.Club, “protegido contra virus” y es “fácil de controlar, desinfectable y permite socializar sin distanciarse”.

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