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Sergio Royo: "El amor es siempre llama, incluso cuando se convierte en ceniza"

Nacido en Zaragoza en 1991, profesor de inglés y de literatura, y traductor, acaba de publicar su tercer libro de relatos, ‘Y de repente esta lluvia’

Sergio Royo publica su tercer libro de cuentos.
Sergio Royo (Zaragoza, 1991), en la sede del HERALDO, donde es columnista.
José Miguel Marco.

‘Y de repente esta lluvia’ (Pregunta) es su tercer libro de relatos. ¿Por qué esa insistencia en el cuento, qué le da a Sergio Royo?

Sobre todo, intensidad e inmediatez. Es un género en el que me siento cómodo y encuentro mi forma de expresión. Además, por falta de tiempo –o por mala distribución del mismo– es el género ideal cuando encuentro la inspiración. Después de escribir un cuento siento algo que se ha de parecer a la felicidad.

¿Cómo desea que sean sus cuentos, tiene una poética?

Melancólicos, evocadores y, a ser posible, redondos. Que dejen poso en el lector.

¿Qué significa la lluvia? ¿Qué sugiere? Aquí, en varios cuentos, anuncia no sé si obstáculos, mala suerte o casi desazón más que la tradicional melancolía.

Creo que la utilizo como una imagen de lo repentino. La lluvia siempre sorprende, aunque el cielo lleve tiempo anunciándolo. Ese momento en el que rompe a llover siempre nos impresiona: es algo que hace unos instantes no estaba. Por supuesto, también, la asocio a la melancolía y a los avisos de tormenta.

"El amor y el desamor no me cansan: creo que se puede diferenciar a un buen escritor o escritora por cómo escribe una historia de amor: sus fracturas, sus fugas y, también, claro, su maravilla"

¿Es el amor el gran tema de su escritura? Casi un tema obsesivo.

El gran tema de la historia de la literatura. El amor y el desamor no me cansan: creo que se puede diferenciar a un buen escritor o escritora por cómo escribe una historia de amor: sus fracturas, sus fugas y, también, claro, su maravilla.

Una de las cosas ingeniosas del libro es la existencia de un ‘Museo de Relaciones Rotas’. ¿Hay muchos, habría varios en cada ciudad?

Cuando lo descubrí me pareció un verdadero hallazgo: cuatro paredes que guardan historias que expiran. Por supuesto que habría en cada ciudad, bancos callejeros que guarden esas inscripciones, habitaciones de hotel donde parejas tuvieron la discusión definitiva... El tema no se puede terminar de explotar. ‘Una lista rota de reproches’ es uno de mis cuentos preferidos del volumen.

¿Existen los buenos y malos amores?

No lo creo. Existen amores que perduran y dejan una huella imborrable, y otros que tuvieron su momento y cumplieron su función. Suena tópico, pero si es malo, no es amor. Otra cosa son los recuerdos amargos: de esos están llenos las historias de amor.

¿En qué consisten el amor y el sexo cruzados?

No lo tengo claro, el amor –como yo lo veo- es algo plural y que difícilmente ha de aceptar etiquetas: ‘Sexo cruzado’ es el título de uno de los cuentos de ‘Y de repente esa lluvia’ porque en la historia hay parejas que se cruzan.

¿Para qué sirven en la vida y en los cuentos el ‘Final feliz?

Para caminar, como en esa cita del escritor Eduardo Galeano sobre la utopía. Sin finales felices, querríamos parar la narrativa en cualquier punto.

¿Cómo lleva el uso de la primera persona, sea hombre o mujer? ¿Por qué es esa la voz que prefiere?

Porque me ayuda a identificarme con los personajes y creo que me quedan voces más creíbles. Hay algo de mí en cada protagonista, que, por otro lado, no se parecen en absoluto a mí. Al poner reflexiones propias en la cabeza de los personajes, me siento cómodo en esa voz narrativa.

¿Qué no llegamos a saber nunca de la persona con la que llevamos viviendo una década, o quizá más?

«Todos tenemos una vida secreta», digo en una de las piezas, o eso me gusta pensar. Que lo que desconozcamos no nos hiera, con eso debería bastar, pero sería terrible no soñar.

"Las redes sociales están muy presentes en mi vida, a veces incluso demasiado. Nos conecta a la gente del mundo literario, pero también nos sobreexponen"

El Facebook, el Wathsapp y otras redes sociales aparecen a menudo en sus cuentos. ¿Qué le dan, cómo nos marcan la vida?

Supongo que en ese sentido soy un escritor ‘millenial’. Las redes sociales están muy presentes en mi vida, a veces incluso demasiado. Nos conecta a la gente del mundo literario, pero también nos sobreexponen. Por supuesto, me aportan publicidad, pero también me hacen esclavo de ella en ocasiones.

También habla del amor en la madurez. ¿El deseo de amor es lo que nos mantiene vivos incluso cuando nos falta?

Con la pregunta está todo dicho. El amor es siempre llama, incluso cuando se convierte en ceniza. Necesitamos al amor.

¿Sabe un autor si crece o amplía su campo de batalla con un tercer libro?

Espero que el lector juzgue que sí. Para mí, narrativamente, he crecido, he evolucionado, y lo que espero es que el público lector vea lo mismo. Confío en que la respuesta, pasados unos meses, sea un sí.

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