Por
  • Sergio Royo

Como un verano sin sol

Aunque hace calor, este verano se parece demasiado a un otoño.
Aunque hace calor, este verano se parece demasiado a un otoño.
Guillermo Mestre

No pretenden ahondar con estas líneas en ese poso de incertidumbre y de desasosiego al que nos condena, inevitablemente, un verano en la segunda fase. No es ese su propósito, aunque sí, tal vez, realizar una aproximación metafórica o pseudopoética a este verano incompleto en el que las semanas de vacaciones van acompañadas de la conjunción ‘pero’. Llega el merecido descanso, pero... Tengo dos semanas en septiembre, pero... no sé si nos podremos ir a algún sitio. Estamos estos días de vacaciones, pero no sabemos demasiado bien lo que hacer.

Podríamos, por lo tanto, denominar a este verano el verano del ‘pero’, mientras la vuelta a las aulas en septiembre lleva consigo el apellido ‘incertidumbre’, mientras las hamacas tienen color desinfección o las ciudades –en concreto las nuestras– están tristes y a la vez inquietas por una situación a la que no estaban acostumbradas. Y dime quién se puede acostumbrar a esto.

Si el verano es por definición un oasis en nuestra rutina laboral, un asidero en el que programamos escapadas e inspiramos fuerte como para coger con fuerza el próximo curso –y nos hacemos propósitos y nos marcamos objetivos como si empezara un nuevo año–, este verano se parece demasiado a un otoño. Es un verano en el que se caen las hojas. Un verano con la piel de cien inviernos. Un verano que parece querer saltarse estaciones y remar desesperadamente hacia una nueva primavera.

¡Qué extraño este verano en el que casi nos ofenden o nos provocan extrañeza las fotografías tomadas en la playa! ¡Qué injusto este verano que no nos sabe a descanso tanto como debiera! ¿De qué sirve este verano en el que todavía arrastramos la condena del mes de marzo? ¿Cómo puede haber un verano que no lleve implícito –al menos no del todo– el botón de pausa? Que alguien nos devuelva el verano.

Pongamos, en cambio, algo de optimismo a todo esto: podremos decir, más pronto que tarde, que vivimos un verano sin vivirlo del todo. Y quedará en el recuerdo como aquel verano sin sol que nos hizo saber cuánto queremos al verano.

Sergio Royo es escritor

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión