Por
  • Sergio Royo

Nunca digas nunca

Opinión
"el camaleonismo como condición humana"
Pixabay

El adverbio de negación ‘no’ y el negacionismo se han convertido en filosofías protagonistas de nuestro presente. No es nada descabellado, en realidad, pues en la propia condición humana, en ese fuero interno que nos define de algún modo y en las más variadas situaciones, decimos aquello de "eso no me pasará a mí", "aquello no va conmigo", "yo no soy de esos" o "no me verás a mí en tal o cual situación".

En ese momento, probablemente, mientras hacia fuera mostramos una postura y en nuestros adentros pensamos la frase prohibida, justo en ese momento, la vida muestra una pequeña sonrisa que pronto muta en sarcástica, como diciendo o avisando: verás tú de lo que soy capaz.

No hablamos necesariamente del karma, ese concepto moderno que viene a decir que nuestras malas acciones acabarán siendo castigadas o nuestras buenas acciones serán recompensadas. Hablamos de algo que va más allá -si es que se puede-, de la permeabilidad de nuestra conducta y de la flexibilidad que nos exige y demanda esta existencia para poder sobrellevarla. Si algo he aprendido, aunque no he aprendido demasiado todavía, es que no podemos anunciar tajantemente casi nada en esta vida. Algunas certezas se salvan, claro, pero siempre son escasas. Por eso, ante tal auge del ‘no’ incluso en las evidencias más rotundas, uno quiere defender un nuevo término, el camaleonismo, el camaleonismo como condición humana, para decir que ‘sí’, que somos capaces de camuflarnos y adaptarnos a cualquier realidad. Al fin y al cabo, y cada vez más, es lo que se nos exige.

Por eso, cuando el fantasma de esas locuciones, "ese no seré yo", "aquello no me pasará a mí", nos aceche, pensemos un poco antes de convertirlas en certeza, antes de repetirlas mentalmente y en silencio, e incluso antes de atrevernos a decirlas en voz alta, porque allí estará la vida para decirnos que "nunca" puede llegar a ser "alguna vez" o "casi siempre". Allí estará la vida con sus vuelcos, para susurrarnos o vociferarnos: "Nunca digas nunca".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión