MÚSICA. OCIO Y CULTURA

Sergio Guarné: "En clásica, estamos lejos de otras regiones del país y muy lejos de Europa"

Nacido en Huesca en 1980, es trompetista y director general de la Orquesta Reino de Aragón, que celebra diez años. Es entusiasta y soñador y crítico.

Diálogo con Sergio Guarné, director general de la ORA.
Sergio Guarné es trompetista y director general de la ORa.
Archivo ORA.

Usted es trompetista. ¿Por qué eligió la trompeta o lo eligió ella a usted?

La trompeta me escogió a mí a los siete años de la mano de mi primer profesor, Luis Díaz, director de la banda de música de Monzón. Mis hermanos estudiaban música y yo seguía el sendero que ellos marcaban. Siempre, junto con mis padres, han sido un espejo donde mirarme por honestidad, sacrificio y exigencia.

Usted es montisonense. ¿Cómo explicaría el vínculo de Monzón y la música?

Hablando con unos y otros descubres que esta zona ha tenido mucha influencia de comarcas y regiones amigas. El folk, las salas de fiesta y baile de los sesenta y setenta, los grupos y, posteriormente, la banda, las escuelas, así como el salto cualitativo y cuantitativo del conservatorio, han conseguido crear una buen binomio.

¿Cómo valoraría la experiencia de la Orquesta Sinfónica de Monzón (OSMO)?

Probablemente el proyecto más gratificante que he realizado. La OSMO fue una joven orquesta sinfónica que contaba con la complicidad de una ciudad y el cariño de nuestros vecinos. Los más de 250 músicos de la OSMO hemos sido una familia, ese es el recuerdo que yo he guardado en mi mente. 

Cuando creó la Orquesta Reino de Aragón, ¿qué idea tenía en la cabeza?

Cuando era niño y hasta que terminé mis estudios siempre fui reivindicativo con la necesidad de crear proyectos serios y profesionales. La Orquesta Reino de Aragón (ORA) fue una obligación moral y una cuestión de amor propio, bastaba ya de hablar y había que hacer. Ahora es un proyecto líder, es un proyecto de vida.

Ha pasado una década. ¿En qué se parece lo que han hecho a lo que había soñado?

Creo que la realidad está superando las expectativas iniciales. Siempre he tenido claro que nuestro sueño terminará el día en que deje de apasionarnos lo que hacemos. Cuando presentemos pronto nuestro próximo DVD ‘10 años contigo’, mostraremos todo lo que ha significado este intenso período. Queda mal decirlo, pero es asombroso lo que hemos conseguido con prácticamente nada.

"La Orquesta Reino de Aragón (ORA) fue una obligación moral y una cuestión de amor propio, bastaba ya de hablar y había que hacer. Ahora es un proyecto líder, es un proyecto de vida"

¿Cuáles son los principales hitos de la ORA, de qué se siente orgulloso?

Mi mayor satisfacción es cuando termina una producción y hemos podido dar trabajo a cien personas, creo que es nuestro mayor orgullo. Momentos importantes ha habido muchos: la conmemoración de los 40 años de la Constitución española en Toulouse, la celebración de los 25 años del Auditorio de Zaragoza, los más de 6.000 espectadores en nuestra ‘Madama Butterfly’ y, el último, la apertura de la sala Mozart el pasado mes de junio con el primer concierto de la era post-covid.

¿Qué les ha dado Ricardo Casero como director y cómo han cambiado con él?

Es un profesional con todo lo que implica, un músico brillante con un bagaje como pocos en el país, y su experiencia y conocimiento del medio es incuestionable. Él aporta un nivel de exigencia altísimo y siempre nos ha inculcado que no quiere sonar como una orquesta de bolo y los resultados son evidentes.

Explíquenos lo que no marcha bien en la música sinfónica en Aragón. ¿Qué le pediría a los gobernantes?

Si el doctor nos enviara a hacer una analítica de sangre, nada subjetiva, de la música sinfónica en Aragón mostraría valores de enfermedad grave. De gravedad. Los gobernantes conocen de primera mano los resultados de la misma y deben hacer política, que es su trabajo. Nadie dice que sea un trabajo sencillo pero hay que exigirles una distribución ecuánime y justa de recursos, una mayor coordinación entre instituciones y una toma de decisión sin fisuras de las líneas estratégicas que quieren que les represente. Les pido confianza, valentía y justicia.

"Si el doctor nos enviara a hacer una analítica de sangre, nada subjetiva, de la música sinfónica en Aragón mostraría valores de enfermedad grave. De gravedad"

¿Cuáles son las ideas básicas que hay que introducir en Aragón para que la música sea una asignatura mayor?

En nuestro Parlamento se debería hablar acerca de la música. El déficit histórico respecto a España y Europa, la fuga de talento y el escaso retorno de la inversión realizada, la necesidad de creación de infraestructuras sólidas de trabajo en época post-covid y la convicción de que la cultura es un motor laboral y económico de suma importancia. No olvidemos que la cultura arrastra a sectores como la hostelería, el transporte, la restauración, la comunicación o la publicidad.

¿De qué se queja cuando piensa en la gestión institucional de la música?

La región ha crecido mucho en los últimos treinta años con la creación de centros educativos e infraestructuras, y tengo la sensación de que los gestores creen que la casa está ya terminada y limpia y, más que nunca, hay que hablar claramente. Llevamos desde los años 90 con la misma inercia, y la radiografía es que Aragón es una de las regiones más pobres en el ámbito musical y que la responsabilidad ha sido compartida por unos y por otros. No hay orquesta profesional ni joven orquesta, no hay banda profesional, no hay temporadas estables de ópera ni de zarzuela, no hay coro profesional… En definitiva, me quejo de la falta de ambición política, por la desidia que supone situar a nuestra región a la cola del país.

Diálogo con Sergio Guarné, director general de la ORA.
Sergio Guarné combina la gestión con la interpretación.
Archivo ORA.

¿Cuál es, de verdad, el nivel de la música aragonesa?

Hay músicos con un nivel altísimo, que ocupan plazas en algunas de las mejores sillas del mundo; son excepciones. Con la mano en el corazón digo que estamos lejos de otras regiones del país y muy lejos de Europa. La crueldad es que hay tan pocas oportunidades laborales que la inversión realizada en la formación de las últimas promociones no retorna a la sociedad. Si no somos capaces de retener ese talento, seremos peores.

"Lo que deseo es crear una temporada estable de verdad, con música sinfónica, coral, ópera, ballet, bandas sonoras… Sueño con un responsable político que tenga ese mismo ímpetu"

Imagínese un escenario más ideal y favorable, ¿qué querrían montar o proponer?

Yo no quiero montar una producción más, lo que deseo es crear una temporada estable de verdad, con música sinfónica, coral, ópera, ballet, bandas sonoras… Sueño con un responsable político que tenga ese mismo ímpetu.

¿Qué les supone ser orquesta residente del Auditorio de Zaragoza?

Es nuestro hogar con todo lo que implica y mis palabras serán siempre de gratitud por todo lo positivo que representa: personal, instalaciones e historia. Sin embargo, debemos ser rigurosos con la dimensión de la palabra residente. El término, del latín ‘residens’, significa estar en un lugar periódicamente haciendo un trabajo, y la realidad es que mientras no tengamos mayores recursos será inviable que hagamos justicia a la palabra. Tenemos un 2% de presupuesto público en comparación a cualquier orquesta pública del país. Así que sobran las palabras.

¿Cómo les ha condicionado la pandemia?

Una catástrofe, más de 50 conciertos perdidos y una gira internacional. Como reflexión, hay que insistir en que las orquestas del resto de regiones o países están trabajando, reinventándose con conciertos en ‘streaming’, música de cámara, grabaciones, clases ‘online’, talleres… La pandemia aquí ha arrasado cualquier posibilidad de empleo.

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