A la venta un cuadro emblemático de la pintura regionalista aragonesa
‘Ya llega el vencedor’, de Julio García Condoy, se mostró en la Exposición Hispano Francesa de 1919 y en la Nacional de 1920
La casa de subastas ‘online’ Setdart ofrece estos días en su catálogo, en venta directa, una obra emblemática de la pintura regionalista aragonesa, ‘Ya llega el vencedor’, de Julio García Condoy. El cuadro, un óleo sobre lienzo de 197 por 248 centímetros, está firmado y fechado en el ángulo inferior derecho y tiene un precio estimado de entre 18.000 y 20.000 euros, más comisión e IVA. Pertenece a la colección de la madrileña Carmen Montés.
‘Ya llega el vencedor’ es una de las obras más destacadas de la pintura regionalista aragonesa. Formó parte de la exposición ‘Ideal de Aragón. Regeneración e identidad en las artes plásticas (1898-1939)’, celebrada en 2015 en el Edificio Paraninfo de Zaragoza bajo el comisariado de Alberto Castán.
Según Castán, en la obra, ambientada en la localidad turolense de Belmonte de Mezquín, donde el tío de García Condoy, José Catroy, pintor aficionado, era párroco, alude a las carreras de pollos. No muestra la competición sino al público que aguarda al vencedor, en un friso decorativo que recoge los tipos tradicionales del Bajo Aragón.
La obra formó parte de la Exposición Hispano-Francesa de Bellas Artes celebrada en la Lonja en 1919 y al año siguiente Julio García Condoy, que entonces vivía en el 37 de la madrileña calle de Ferraz, la envió a la Exposición Nacional de Bellas Artes, cita en la que ya había conseguido una medalla tres años antes por su cuadro ‘En la ermita’.
En la Exposición Nacional de 1920 su obra coincidió con la de otros aragoneses: Juan José Gárate, León Astruc, Pascual Bravo, Lorenzo Montejo, Rafael Aguado y el jacetano Miguel Latas, que presentó una fotografía como proyecto para tapiz.
Julio García Condoy nació en Zaragoza en 1889 y fue el mayor de los siete hijos del pintor de origen valenciano Elías García Martínez (el que realizó el eccehomo original de Borja, famoso tras su fallida restauración). Su hermano Honorio fue uno de los escultores más destacados de la primera mitad del siglo XX. Se inició en la pintura de la mano de su padre y en 1910 se trasladó a París. Tres años más tarde fue pensionado por la Diputación de Zaragoza para ampliar su formación en Roma.
Alcanzó fama como retratista, especialmente de personajes históricos. La mayor parte de su obra se conserva actualmente en el Museo de la Marina de Madrid, del que fue nombrado conservador antes de la Guerra Civil, cargo que mantuvo hasta su jubilación; y en la Torre del Oro de Sevilla.