teatro

Nuria Espert: "Voy ilusionadísima a Zuera, como si fuera a Nueva York"

La actriz barcelonesa protagoniza este sábado, a las 18.00, el ciclo Zuera Escena. Se encomienda a los versos del ‘Romancero gitano’ de Lorca para conmover.

Nuria Espert se volverá a reencontrar con los versos de Federico García Lorca en Zuera.
Nuria Espert se volverá a reencontrar con los versos de Federico García Lorca en Zuera.
Oliver Duch

¿Cómo está gestionando en lo personal y en lo profesional estos meses tan extraños?

Es una desgracia que nos ha caído encima a todos. Será muy raro que haya un español que no haya sufrido por esta epidemia horrible que limita las vidas, las actuaciones y deja a la gente sin empleo, sin cultura… Son montones de cosas tristes y dramáticas que, naturalmente, pasarán, pero que mientras estén aquí son terroríficas.

¿Había vivido una situación parecida?

Yo he vivido la posguerra y después viví con Franco 40 años. Eso fue igual de terrorífico o más. Al menos, con esta pandemia tenemos la esperanza extraordinaria de que todos los científicos están estudiando y trabajando en la misma dirección para lograr una vacuna que aporte luz. En la dictadura no había nada por lo que luchar, estaba todo copado por el régimen.

El golpe al sector cultural, que vive de la presencia del público, es demoledor.

El golpe está siendo muy duro en toda la profesión. Somos miles de personas que vivimos de la cultura. Es un sector muy numeroso. Y ahora mismo está todo en suspenso. Planes que estaban clarísimos no arrancarán jamás. Proyectos que habían arrancado con éxito, se han cortado y no retornarán hasta que haya seguridad sanitaria para todos. Está siendo un tsunami.

En esta oscuridad, hay rayos de sol como su actuación en Zuera, a pesar de las limitaciones de aforo y de los problemas sabidos.

Me hace muchísima ilusión ir a Zuera. Teníamos que ir a Zaragoza al Teatro de las Esquinas -se ha aplazado a marzo de 2021- y no ha podido ser. Me entusiasma poder sumarme al festival Zuera a Escena. Estoy muy contenta de coger el coche o el tren, llegar a Zuera, actuar y representar un espectáculo tan precioso como el ‘Romancero gitano’ de Federico García Lorca. La gente sale emocionada y muy llena. Voy ilusionadísima a Zuera, como si fuera a Nueva York.

Que diga esto y que actúe en una localidad que apenas supera los 8.000 habitantes en estas circunstancias es toda una declaración de amor a su profesión.

Así es. Este amor se ve mucho en las giras. Estar en Madrid o en Barcelona durante unos meses es otro tipo de actuación. Pero viajar, salir de tu mundo, ir a buscar a la gente a su lugar… todo eso me sigue emocionando y gustando como cuando comencé en el teatro de muy niña.

¿Qué le sigue aportando salir al escenario a los 85 años y con una brillante carrera a sus espaldas? Es usted incansable.

Me canso como todo el mundo, pero es un cansancio dulce, de estar haciendo lo que tienes que hacer y lo que te gusta. En este momento de dolor, pienso que la cultura tiene mucho, mucho, mucho para ayudar. La cultura es como un árbol. Ahí están los libros, la música, el cine, el teatro… Todo eso tenemos que salvarlo porque es algo a lo que podemos agarrarnos para salir adelante.

En este árbol, una rama muy importante son los poetas, que siempre le han acompañado a lo largo de su trayectoria.

Así es. Desde muy niña, antes de saber sus nombres y cuáles eran buenos y menos buenos, los poetas ya formaban parte de mi educación.

¿Qué recuerda de sus recitales junto a Rafael Alberti en el Teatro Principal de Zaragoza o en el extinto Rincón de Goya?

Esos recitales con Rafael fueron importantísimos en mi vida y en mi carrera. Estar al lado de Rafael, que me contaba todas sus historias hermosas y también llenas de dolor durante largos periodos, me quedó como un collar de diamantes. Lo tengo guardado en la memoria y en el corazón como una joya.

También lleva en el corazón a Federico García Lorca, un autor al que ha recurrido asiduamente y al que ha reivindicado con mucho empeño.

La afortunada soy yo. Él a mí no me necesita, pero yo a él sí. Le tengo verdaderamente en el centro de mi carrera. Cuando dirigí por primera vez en Londres fue con Lorca. Y tantas cosas han nacido con él. Él ha sido muy generoso y las puertas siempre han estado abiertas. He pasado por ellas, arriba y abajo. Le debo muchísimo a Federico. Jamás podré pagarlo.

Su revisita a ‘Yerma’, a principios de los 70, fue uno de sus hitos fundamentales, con más de 2.000 representaciones.

Comenzó con todos los problemas del mundo. Casi desaparecimos mi marido y yo de la profesión porque no nos dejaban estrenarla ni actuar. Pero después se afianzó tanto que ya fue imparable. Dimos la vuelta al mundo. Estuvimos en las tres Américas, en la Unión Soviética, en Europa, en el norte de África… Todo eso se lo debo a Lorca.

Y ahora ahonda en Lorca con ‘Romancero gitano’, de la mano del director Lluís Pasqual.

Lluís Pasqual quiere a Lorca prácticamente igual que yo. Somos dos locos de Federico. Le amamos muchísimo y los dos le hemos llevado a los escenarios de todo el mundo. Espero contagiar en Zuera esa emoción genuina e irreprimible.

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