ocio y cultura. la contra

Paco Ortega: "En el colegio debería haber una asignatura llamada 'Rebelión'"

Nacido en Zaragoza en 1953. Fue gestor cultural en la Expo y fundador del Centro Dramático de Aragón. Estrenará en breve ‘Algunas dijeron que no’

Nuevo montaje de Paco Ortega.
Paco Ortega lo hace todo en el teatro: dirige, escribe, actúa; 60 montajes lo avalan.
 Juan Moro

Vive entre Sevilla y Zaragoza. Cuándo está allá, ¿echa de menos su ciudad?

Yo soy una persona que se adapta fácilmente al medio. A finales de los 90 estuve en muchos países del Este de Europa y a mí mismo me sorprendía esa capacidad. Adaptarse a Sevilla es lo más fácil del mundo, por lo menos para mí, que soy y me siento andaluz por parte de madre. Pero Zaragoza es mi ciudad. Yo creo que la amo más cuando estoy lejos de ella. Ahora que vuelvo a vivir aquí, echo de menos cruzar diariamente el Puente de Triana. Y así toda la vida.

¿Cuántas vidas tiene usted?

Una, por desgracia, pero estoy empeñado en vivirla a conciencia, profundamente. Tengo muchos defectos, pero creo tener una virtud heredada de mis padres: la tenacidad. Me repongo de mis crisis con más fuerza que antes de las crisis. Y siempre, o casi, con más alegría en el cuerpo.

Da la sensación de que su sueño sería morir, viejísimo en escena, como Molière, que murió joven.

Algo de eso hay. Pero para morir me queda mucho. Me lo ha dicho un pajarito. Los Ortegas somos longevos. Mi padre murió a los 96, en perfectas condiciones mentales. Espero seguir su ejemplo también en eso.

¿Qué le sigue dando el teatro?

El teatro me ha dado un razón para existir. No exagero. En esta etapa, tras haber enseñado 30 años y haber dirigido unos 60 montajes, es la que estoy disfrutando más, escribiendo y actuando. Cambiar siempre es estimulante.

¿Cómo es su nueva compañía, no tan nueva ya, en qué líneas se mueve, en qué estéticas?

Mi compañía es una nube, ya lo dije en una ocasión. Se amolda al proyecto concreto, es versátil. El Teatro del Espejo, a lo tonto, ya va por su quinto trabajo, gracias a Isabel Rodríguez, a Belén Mirabal y a Roberto Millán, con los que tengo unos lazos afectivos y profesionales fuertes. Somos un equipo y nos queremos mucho. Y en esta ocasión hemos vivido una experiencia extraordinaria con Pangea Artes Escenicas de Sevilla, que no es una nube, sino una estructura real y bien organizada, con personas muy valiosas, como su director, Fernando Salvador, su escenografa, Marisol Alvarez, y Emma Gil, una de las tres actrices. Considero todo esto como un regalo que alguien me ha hecho.

¿Qué quiere ser ‘Algunas dijeron que no’, que estrenará en el Teatro del Mercado?

Me apetecía hacer este espectáculo desde hacía años. Admiro la lucha de las mujeres por defender su dignidad, su estatus social, que debe ser el mismo que el de los hombres. Desde mi heterosexualidad debo confesar que siempre he odiado el machismo. No solo ideológicamente. No soporto a los machuzos, a los bravucones de bar, a los maltratadores. Y he amado siempre a las mujeres listas, al concepto femenino de la existencia. 

¿Se sube Paco Ortega al carro del feminismo que se expande?

Ya estaba subido. Si el mundo es injusto, lo es especialmente con la parte más estable, inteligente y afectiva: las mujeres. Yo he tenido siempre referentes femeninos cerca: desde mi madre a Isabel, mi mujer. Fuertes, inteligentes, tenaces y sensibles. Más capaces que nosotros.

¿Cómo se ha elaborado el guión?

Fue un largo proceso que viví en Sevilla por las noches, al lado de mi bebé recién nacido. Leí 64 libros, además de artículos, entrevistas, etc. Hice una preselección de diez mujeres de la Literatura y el Teatro que me interesaron de forma especial. Por último, llegó lo más difícil: quedarme con seis mujeres cuyo denominador común es haber dicho que no.

Háblenos de los personajes. ¿Cómo los ha elegido y por qué has pensado en mujeres más o menos conocidas, creadas por otros: Sófocles, Madame Bovary de Flaubert, Elsa Osorio?

La razón esta expuesta en la pregunta anterior. Añadiré que para ellas ese no fue una garantía de felicidad, sino de dignidad. Fue un acto de rebeldía que no en todos los casos obtuvo el resultado que editaban, pero esa rebeldía las hizo mejores. Se puede ser mejor fracasando en el intento. Otro elemento importante fue saber de antemano que trabajaría con Belen, Emma e Isabel, a las que admiro profundamente.

¿Por qué habla de un valor pedagógico de la función?

Porque expongo un patrón de conducta, o seis patrones de conducta, que me parecen ejemplares. Todos, hombres y mujeres, deberíamos decir más veces no a lo largo de nuestra vida. No deberíamos ser tan conformistas, tanto en la esfera privada, como en la política y la pública. Y esto no es hacer demagogia. Creo que en el colegio debería haber una asignatura llamada 'Rebelión'.

¿Es más necesario el teatro que nunca o está amordazado, prisionero, también, de la covid?

Estamos todos prisioneros de la covid. Es evidente. Para el teatro y la cultura esta situación es terrible en todo el mundo, especialmente en esos países que como el nuestro consideran el teatro y la cultura como algo secundario.

"Siete decepciones ya son suficientes. Creo que este último año en Segunda del Real Zaragoza va a ser muy útil"

¿Cuáles serían las vías de escape de los creadores?

Reinventarse, como siempre. No esperar que la solución venga de fuera. No depender de las subvenciones sino de tu trabajo. Ser más modestos y más valientes. No acomodarse. Decir que no.

Es un zaragocista acérrimo. ¿Cómo ha vivido estos siete años en Segunda División?

Los he vivido fatal. Yo he vivido anteriormente varios descensos, creo que tres, y en los tres se subió al año siguiente. Por eso, quedarnos en el infierno tanto tiempo me ha matado. Y dentro de la muerte, los momentos terribles fueron cuando al Real Zaragoza le faltaron seis minutos para subir (lo sufrí desde Sevilla oyéndolo en la radio), y cuando perdimos inexplicablemente con el Numancia. Que mal lo he pasado.

¿Qué espera de este año?

Lo espero todo, y ese todo pasa por subir sin falta a Primera División este próximo año. Siete decepciones ya son suficientes. A partir de ahí, espero copas, españolas y europeas. Además, tengo una vibración interior de que va a ser así: creo que este último año en Segunda va a ser muy útil.

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