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Pilar Palomero: "Las seis semanas de rodaje de 'Las niñas' han sido las mejores de mi vida"

La directora zaragozana dedica su Biznaga de Oro del Festival de Málaga a todo el equipo y a sus padres. "Esto es la guinda", dijo.

Pilar Palomero sostiene el galardón flanqueada por los productores de la película, Álex de la Fuente y Valeire Delpierre.
Pilar Palomero sostiene el galardón flanqueada por los productores de la película, Álex de la Fuente y Valeire Delpierre.
Jorge Zapata/Efe

Pilar Palomero (Zaragoza, 1980), con su dulce timidez y su finísima sensibilidad, ha deslumbrado en el XXIII Festival de Cine de Málaga: su primer largometraje ‘Las niñas’ ganaba ayer la Biznaga de Oro a la Mejor Película Española. "Estoy contentísima. Acabamos de volver a Málaga. Estoy supercontenta. Feliz. Feliz. Feliz y con el móvil roto. Es la ley de Murphy, ya sabe: me esperaba la prensa y yo incomunicada, ja, ja, ja", decía este sábado la realizadora que el día anterior también había ganado el Premio Feroz Puerta Oscura a la mejor película en competición en la sección oficial del Festival de Málaga. Cine en Español, concedido por los periodistas miembros de la Asociación de Informadores Cinematográficos (AICE). La directora había estrenado su obra en el Festival de Berlín.

Quizá por ello, ya soñase con el máximo galardón. "Qué va. El ‘feedback’ era muy bueno, y las impresiones generales también. La gente había elogiado la película, y tiendes a hacerte ilusiones, pero al final he tratado de ser prudente y de ser consciente de que era muy difícil. Casi prefería no pensar en el premio. A ver qué pasaba. Intentaba estar tranquila", decía.

Sucedió lo mejor. Recibió el más preciado galardón y también otro premio para la fotografía, sutil y de hermosa luz, de ‘Las niñas’, obra de Daniela Cajias, que llegaba en ese instante a Málaga con los productores Valérie Delpierre (Inicia Films) y Àlex Lafuente (Bteam Pictures). Pilar había dicho que le preocupaba que el público entendiese su mensaje. ¿Qué quería decir la directora en ese viaje al año 1992, el de la Exposición Universal de Sevilla y de las Olimpiadas de Barcelona, cuando ella tenía once o doce años y despertaba a un sinfín de inquietudes e incitaciones?

"Yo tenía en la cabeza la idea de invitar al espectador a que hiciera ese viaje en el tiempo con Celia, ese viaje que hace Celia de la infancia a la preadolescencia, en una España contradictoria, convulsa, donde nada es lo que parece, donde la sexualidad y la educación tienen sus agujeros. Y luego también quería invitar al público que vea la película a recordar su propia infancia. Y a la gente de mi generación también la invito a rememorar aquellos años que fueron muy contradictorios, en los que, precisamente, se producía una ruptura", añadía.

CULTURA RODAJE PELICULA DE PILAR PALOMERO CON ANDREA FANDOS Y NATALIA DE MOLINA EN EL INSTITUTO MIGUEL SERVET / 02-08-2019 / FOTO: ARANZAZU NAVARRO [[[FOTOGRAFOS]]] [[[HA ARCHIVO]]]
CPilar Palomero con dos de sus actrices: Andrea Fandos y Natalia de Molina, en el Instituto Miguel Servet donde estudiaron ella y su madre. 
ARANZAZU NAVARRO

Tabú, ruptura y hogar

Pilar Palomero sostiene que la sociedad iba por delante, muy por delante, de lo que ocurría en el aula y en el hogar familiar. Una joven como Celia, que no tiene padre, y que se enfrenta a la amistad, a la contradicción y al ‘bullying’, vivía una triple esquizofrenia: el mundo de la familia, el mundo del colegio de monjas, donde el sexo era un absoluto tabú, entre pecaminoso y enigmático, y el mundo exterior, donde aparecían las Mama Chicho en la tele, Jesús Gil o la campaña "póntelo, pónselo" frente al sida.

Casi todo el mundo ha elogiado la mirada, la poesía de los detalles, el cuidado en la ambientación. Pilar Palomero explicaba: "Me preocupaba contar qué le sucede a Celia, qué pasa en nuestra sociedad, pero también me ha preocupado cómo contarlo. Y ahí he puesto mucho esfuerzo en el trabajo con todo el equipo en todos los departamentos. El cine es una labor de conjunto. Me he preocupado por el maquillaje, por la dirección de arte, por la fotografía, por el vestuario, por el equipo actoral, por las niñas. He tenido un equipo extraordinario. Esta es una película de época y había que recrear esos años, 1992. Con todos los profesionales, que se implicaron muchísimo, hemos querido mimar los detalles, la puesta en escena, la iluminación", decía.

Dedicatoria coral

Su discurso tranquilo, ante el ruido de los flashes y la agitación de los medios, no tardó en ir un poco más allá: "Nos ha preocupado contar aquel tiempo donde había tantas paradojas, y la puesta en escena era una parte indispensable porque yo quería crear una atmósfera y transmitir unas sensaciones", añadió, algo que parece haber logrado.

Cuando uno despierta de un sueño, tan poderoso, tan lleno de felicidad, tiende a cerrar los ojos y pensar en alguien. Pilar Palomero, que lleva media vida curtiéndose en los cortos en Madrid, Barcelona, en el extranjero y por supuesto en Zaragoza, se manifiesta agradecida, de entrada.

"He pensado en todo el equipo. Esto, realmente, es la guinda, pero puedo decir que las seis semanas de rodaje fueron las mejores y más emocionantes de mi vida gracias al equipo. Fue maravilloso trabajar con ellos. Digo siempre que me han hecho sentir una niña más. Y, por supuesto, lo que he hecho es acordarme de mis padres. Gracias a ellos, que me han apoyado en todo momento para estudiar cine, puedo estar presentando mi primera película en Málaga. Esto es un sueño y se lo debo al equipo y a mis padres", concluía, y recordaba otra cosa: "Cada vez hay más mujeres dirigiendo, pero faltan más. Vamos por buen camino".

Pilar Palomero gana la Biznaga de Oro con 'Las niñas'.
El reparto de niñas zaragozanas; a la derecha del todo, Andrea Fandos..
Inicia/Bteam Pictures

UN PROYECTO GESTADO EN ZARAGOZA

Pilar Palomero llevaba años trabajando en este proyecto: una película del despertar a la adolescencia, el drama de la pubertad y la relación con las amigas y con la madre, que sucede en Zaragoza y que se rodó en la ciudad, en espacios como el Instituto Miguel Servet (donde su propia madre fue jefa de estudios), el colegio mayor Pedro Cerbuna, pero también en otros escenarios muy zaragozanos (paseo Ruiseñores, parque Labordeta, calle Fuenclara, inmediaciones del Pilar...). Es una película que tiene un componente autobiográfico, vinculado al colegio de monjas donde estudió, al pecado y a la culpa.

A la vez, la cineasta –que trabajó de guionista en Aragón TV– realizó un proceso de investigación: entrevistó a mucha gente sobre aquella época, acumuló datos, recuerdos, experiencias, hábitos desconcertantes, como que «te pudiesen tocar el culo al ir por la calle».

En el reparto está Natalia de Molina (dos Goyas), madre de Celia, la joven Andrea Fandos (que había debutado con Ignacio Lasierra, que fue aquí el ayudante de dirección, en ‘La comulgante’) y muchas niñas seleccionadas en Zaragoza. En el reparto hay actores aragoneses y un equipo técnico que alterna los profesionales de aquí (Arantxa Ezquerro, Carmen Arbués, Inés Laporta, etc.), con otros de fuera, como la directora de foto, Daniela Cajias. 

*La película se estrena en Zaragoza el próximo martes a las 19.30 en un pase privado con invitación. Y llega a las carteleras el próximo viernes 4 de septiembre.

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