Librerías y archivos ya pueden atender al público, con cita, pero no se va a notar

En Aragón la mayoría lo hará a lo largo de la semana o espera al día 11, en que está prevista la reapertura del pequeño comercio

Óscar Martín, presidente de los libreros aragoneses, en su establecimiento zaragozano.
Óscar Martín, presidente de los libreros aragoneses, en su establecimiento zaragozano.
José Miguel Marco

La fase 0 del plan de desescalada de la pandemia empieza hoy y los primeros afectados en el sector cultural son librerías y archivos. El plan contempla que se pueda acudir a una librería, previa cita, a pedir y pagar los libros que uno quiera. Esta es la teoría. En la práctica, los libreros tienen aún muchas incertidumbres y no pueden levantar los ERTE. Librerías como Antígona, Cálamo o General permanecerán hoy cerradas, aunque sigan admitiendo pedidos online. Central sí atenderá al público, pero ayer por la tarde no tenía concertada ninguna cita previa. La mayoría prevé iniciar la vuelta a la normalidad en las próximas horas o días.

«No hay un protocolo claro sobre cómo debemos funcionar, si debemos tener la persiana subida y la puerta cerrada o no –señala Óscar Martín, de la librería Siglo XXI y presidente de la Federación Aragonesa de Gremios y Asociaciones de Librerías–. Entendemos que debemos actuar como si fuéramos un comercio ‘online’ pero con entrega en mano. Es decir, que se pide cita previa y, una vez acordada, al cliente se le entrega y cobra el libro. Que las librerías pueden atender, pero sin abrir».

¿Y el lector que está acostumbrado a curiosear en las estanterías? Deberá esperar. «Creemos que eso no podrá hacerse hasta el día 11, cuando reabra el pequeño comercio –añade Martín–. Y entonces habrá que aplicar las medidas sanitarias generales, además de alguna específica para nosotros. Estamos esperando a ver si se publican esas medidas. Si no es así, lo razonable sería que libreros y lectores emplearan mascarillas y guantes desechables, como en los supermercados».

El presidente de los libreros aragoneses dice desconocer qué librerías van a atender bajo cita previa a partir de hoy (mañana lo hará Milcómics). «Entiendo que aquellas que han admitido pedidos ‘online’ estos días. Ellas imagino que aprovecharán para atender las peticiones mediante cita previa. El resto abrirá el 11 de mayo».

El calendario de los libreros tiene dos acontecimientos anuales encerrados en círculo, el Día del Libro, 23 de abril, y la Feria del Libro, que en el caso de Zaragoza se celebra a finales de mayo y/o principios de junio. Ambos acontecimientos son los que acaban haciendo que las cuentas cuadren. Y se han trasladado. «El Día del Libro se celebrará el 23 de julio. Estamos estudiando cómo lo haremos, si saldremos o no con los puestos a la calle, en el caso de Zaragoza al paseo de la Independencia –señala Óscar Martín–. En cuanto a la Feria del Libro, la idea que se baraja, en el caso de la de Zaragoza, es celebrarla a finales de octubre. Hay que tener en cuenta que la plaza del Pilar, su escenario en los últimos tiempos, está ocupada buena parte de los fines de semana».

Estas dos citas suelen ser los momentos del año en que las editoriales programan los mejores lanzamientos. ¿Dónde están? ¿Han llegado a las librerías? «Están en los almacenes. Las editoriales han parado el 90% de los lanzamientos a la espera de que la situación cambie. Lógicamente, no tiene ningún sentido sacarlos al mercado si no tienen salida comercial. Esos ‘best seller’ están impresos y guardados en almacenes», añade Martín.

Como las editoriales suelen programar a largo plazo, no queda ya prácticamente espacio en el año para asumir todos los lanzamientos previstos para 2020, y menos en un país, como España, que publica un altísimo número de títulos. «Lógicamente, va a haber embudo. Pero no solo en libros, también en otros productos culturales, incluso en ropa –apunta Martín–. En las próximas semanas va a surgir una gran oferta, lo que no sé es si a la mayoría de los españoles el poder adquisitivo les va a dar para tanto. Espero que para libros sí. Pero sabemos que el consumo va a bajar; lo que solicitamos es que los pedidos de libros se hagan en establecimientos minoristas. Queremos que vengan a vernos, que no recurran a una plataforma. La mayoría de las librerías ofrecen servicio a domicilio».

El problema de las grandes plataformas sigue ahí, latente. ¿Se ha agravado durante el confinamiento? «Como en el mismo pedido permiten agrupar muchas cosas, y muy distintas, han hecho daño a muchos sectores, no solo al de las librerías. Afortunadamente para nosotros, como el precio del libro es fijo, a la hora de competir en precio y plazo de entrega estamos en igualdad. Lo que nos gustaría es que la gente fuera consciente de que hay que ayudar al pequeño comercio porque, si no, al final solo quedarán las plataformas. Y a todos nos gusta tener tiendas en nuestros barrios.

Para el presidente de los libreros aragoneses, aún es muy pronto para evaluar los daños que causará la crisis económica en el sector.

«El 23 de abril es muy importante para nosotros y se ha perdido. Nuestros ingresos se van a ver muy disminuidos este año, pero no creo que sea como para no abrir ya, sino para acabar el año con muchos apuros. La clave en mi opinión está en lo que pase en verano y, sobre todo, en otoño, con la vuelta al cole, las Navidades... Ese será el momento en el que sabremos si hay cierres». 

Por su parte, en la fase 0 se contempla además la vuelta a la actividad de los archivos, que pueden volver a prestar sus servicios habituales, a partir de hoy, con las medidas de seguridad y prevención dictadas por Sanidad, como la distancia de seguridad.

También en este caso la desescalada plantea dudas e incertidumbres en Aragón, por lo que la vuelta va a ser escalonada. El primero en retomar la actividad va a ser el Archivo Municipal de Zaragoza, aunque de forma muy medida. Hoy está previsto que vuelvan a Montemuzo algunos de sus trabajadores, que se encargarán de poner en marcha el sistema para empezar a atender al público a partir de mañana martes, pero siempre con cita previa. El archivo facilitará la documentación pero no ofrecerá otro tipo de servicios, como consulta de libros o lectura de periódicos en sala. Todo se irá viendo en próximas fechas.

La mayoría de los archivos ha configurado planes específicos para su vuelta a la normalidad, que se hará lo antes posible, siempre manteniendo el criterio de máxima seguridad. Desde el Gobierno de Aragón, que gestiona los archivos históricos provinciales, se confirmaba este fin de semana que no estaba previsto abrir al público hoy.

«Los archivos están preparados para trabajar de modo interno, como han venido haciendo hasta la fecha –aseguraban fuentes del Departamento de Educación, Cultura y Deporte– y se ha atendido al público de manera online, pero la adecuación de los espacios y el establecimiento de las citas para el público requieren de una preparación y de una validación para poder ofrecerlo en condiciones óptimas de seguridad tanto para los usuarios como para los propios trabajadores. Esperamos que todo eso se produzca de la manera más rápida posible».

En la Diputación de Huesca no tienen previsto abrir al público de momento el archivo y la Fototeca Provincial, aunque desde la institución también añaden que hasta ahora se han podido atender las solicitudes de forma telemática. Mientras, el Ayuntamiento de Huesca tampoco tiene fecha de reapertura de su servicio de archivo, que está a la espera de que se concrete en el propio plan municipal de desescalada que se está diseñando. Algo parecido ocurre con los archivos de la DPZ o de la Universidad de Zaragoza.

En la fase I, que no comenzará hasta el 11 de mayo, empezarán a volver a la normalidad las bibliotecas, que han elaborado también planes y que, en cualquier caso, se centrarán en préstamo y lectura en sala con límite de aforo. 

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