LITERATURA. RELATOS REALES

Un orangután en el valle de la Fueva

El valle oscense de la Fueva contó entre sus habitantes con un gran simio, era el año 1923, una década antes de la irrupción de King Kong en el cine

Óscar Sipán. Un orangután en el valle de la Fueva.
El Cirque Palisse que andaba de turné, según cuenta Óscar Sipán.
Archivo Óscar Sipán.

UN ORANGUTÁN EN EL VALLE DE LA FUEVA

[Del mono aquel que, en los montes

de Huesca, los campesinos

persiguieron, hace días

que nada la prensa ha dicho.

Bueno, pero ¿en qué quedamos?

¿Era un mono o era un mico?

DIARIO LA LIBERTAD (1923)]

Una década antes de la llegada de King Kong a pantallas de cine, el valle oscense de la Fueva contó entre sus habitantes con un gran simio. Corría el año 1923, y en la sierra de Campanué, cerca de las poblaciones de Morillo de Monclús y Rañín, niños y mayores vieron en noviembre un enorme orangután, y salieron despavoridos. La noticia tuvo cierta repercusión en la prensa nacional, apareciendo en el 'Diario de Huesca', 'La Opinión', 'El Cantábrico', el diario independiente 'El Orzán' o el 'Diario Palentino'. Se dijo que se había escapado de un Parque de París (París, además de ser una fiesta, que diría Ernest Hemingway, sentía una extraña fascinación por los simios, albergando espectáculos donde imitaban a los humanos, hacían malabares, patinaban y conducían bicicletas o motoclicletas), de una casa de fieras ambulante o, incluso, del Circo Palisse, que andaba por esas fechas de turné. 

Con capacidad para 3.000 espectadores, el Circo Palisse, el más importante de los circos europeos, viajaba con dos trenes especiales transportando 180 empleados y artistas, 46 caravanas, 20 atracciones con malabaristas, equilibristas (con bicicleta sobre el alambre), trapecistas (Las águilas humanas), así como dos parejas de payasos, 32 osos polares (a los que alimentaban con pan, carne cocida y leche), 10 tigres de Bengala, Sumatra y Siberia (uno de ellos pesaba 144 kg), 12 leones africanos (que en cada comida ingerían 21 kilos de carne), 10 osos del Cáucaso, 5 elefantes de la India (uno de ellos pesaba tres toneladas y media; el más joven tenía 19 años y el mayor, más de 100 años; hay una imagen inolvidable donde los elefantes se bañan en la playa de Ondarreta), 42 caballos, 22 ponneys diminutos (húngaros, árabes e irlandeses), camellos, búfalos, lebreles rusos y 56 monos. “Parece un mico escapado del Circo Palisse”, cita en su primer libro ('Quimeras de amor', 1925), el autor andaluz Francisco Elster de la Huerta.

Algo más de medio siglo después, el 16 de mayo de 1979, el periódico 'La Vanguardia' se ocupa de la historia de un hombre-mono en el valle oscense de la Fueva. En la cara este de la Peña Montañesa, unos leñadores avistaron un ser, al que describen como un hombre-mono, de uno setenta de estatura, desnudo, sobre un árbol y emitiendo raros sonidos, más de animal que de persona. 

Tras bajarse con habilidad de las ramas, ayudándose de pies y manos, lanzó un tronco contra los trabajadores para luego desaparecer, internándose en la espesura del bosque. Y no acaba allí la cosa, el 1 de septiembre de ese mismo año, 'La Vanguardia' vuelve a dedicarle un espacio, situándolo esta vez en la provincia de Barcelona, concretamente en Vallgorguina, en la comarca del Vallés Oriental.

Y yo no puedo dejar de pensar en un orangután, el segundo simio de mayor tamaño del mundo, añorando las selvas de Borneo en el valle oscense de la Fueva.

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