Ocio y Cultura

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La palabra de mujer voló con alas de libertad y rebeldía por el Paraninfo

El Aula Magna acogió el Día de las Escritoras, en el que participaron casi 60 personas durante 180 minutos en «la fiesta de la lectura», tal como explicó la profesora Carmen Peña Ardid

Irene Vallejo lee un cuento de la mexicana Socorro Venegas.
ARANZAZU NAVARRO

«Esta es la fiesta de la lectura, en voz alta, compartida», dijo la profesora Carmen Peña Ardid, una de las integrantes de la Asociación de Mujeres Clásicas y Modernas que organizó ayer, en el Aula Magna de la Universidad de Zaragoza, una nueva edición del Día de las Escritoras, dedicada al tema ‘Mujeres, amor y libertad’.

Carmen explicó que «nos han hurtado las genealogías literarias» y que se ha silenciado una parte de la tradición, y su «pluralidad y diversidad», y dijo que el tema elegido expresa «un deseo de libertad, coartado, en ocasiones», que acaba con la mujer en el depósito de cadáveres. Reveló que este año «estamos francamente desbordados» por el interés de la gente en participar.

La vicerrectora Yolanda Polo dijo que le parecía una acto espléndido y leyó un poema de Carmen Jodra, de su libro ‘Las moras agraces’. El decano e historiador Eliseo Serrano elogió el trabajo de Carmen Peña y su equipo, sus compañeras de viaje, recordó el compromiso de la Facultad de Filosofía y Letras con la celebración, y leyó un texto sobre el divorcio, de 1904, de Carmen de Burgos, ‘Colombine’.

Carmen Peña, María Goikoetxea, Yolanda Polo y Eliseo Serrano, en un momento del acto.
ARÁNZAZU NAVARRO.

María GoiKoetxea, directora del Instituto Aragonés de la Mujer, se abrazó a Virginia Woolf y a su libro ‘Una habitación propia’ para hacer una defensa de la escritura de mujer, y aludió a la necesidad de dar visibilidad a las autoras de antaño y a las de ahora para «dar paso a las vienen por detrás». En su lectura eligió a la zaragozana María Bastarós y su novela ‘Historia de España contada a las niñas’.

Carmen Peña escogió un poema de la mexicana Rosario Castellanos, tan admirada por José Saramago. Pilar Pastor, que también pertenece a la activa asociación, leyó un fragmento de un cuento de Carmen Martín Gaite, ‘De su ventana a la mía’. Irene Vallejo, una de las autoras de la temporada con su libro ‘El infinito en un junco’ (del que leería un fragmento Esther Muñío, de librería París), eligió a otra mexicana: Socorro Venegas, que estuvo hace poco por Zaragoza. Esta autora perturbadora dice: «A veces tengo sueños. Mi muerto me visita».

Público en el Aula Magna; entre otras, Trinidad Ruiz-Marcellán, Blanca Carvajal y María Dubón.
ARÁNZAZU NAVARRO.

Trinidad Ruiz-Marcellán, que ya ultima su segundo poemario, ‘Una carta de amor como un disparo’, recordó a la poeta argentina Alejandra Pizarnik, que se suicidó un 25 de septiembre, el mismo día que nacía ella, la editora de Olifante. Pizarnik, la autora de ‘Extracción de la piedra de locura’, fue una de las escritoras más leídas (la recordaron Pilar Catalán y Fernando Sarría), igual que su paisana Alfonsina Storni, que se arrojó al mar de la Plata, enferma de cáncer y aborrecida de desamor.

Hasta las 21.00 leyeron, ellos y ellas, casi 60 personas, 180 minutos, entre otras, Teresa Azcona, gerente de la Corporación de Radio y Televisión de Aragón; Magdalena Lasala, Premio de las Letras Aragonesas; David Lozano, director gerente de Zaragoza Cultural y escritor; periodistas como Ana Segura, de ‘La Torre de Babel’, actrices como Blanca Carvajal, empresarias y abogadas como Valle García de Novales, y escritoras y escritores, periodistas, gestoras culturales, libreras, editoras, etc. Raquel Anadón y María López, de Teatro del Temple, dramatizaron una pieza de Feliciana Enríquez.