elecciones generales

Una ERC debilitada intenta atraer a Junts a un precio común para la investidura

Esquerra, que no quiere aparecer como único aval del secesionismo catalán a Sánchez, trata de evitar el bloqueo al que apuntan los de Puigdemont

El cabeza de lista de ERC, Gabriel Rufián, junto al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (i), comparece para valorar los resultados electorales de las elecciones generales
El cabeza de lista de ERC, Gabriel Rufián, junto al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (i), comparece para valorar los resultados electorales de las elecciones generales
Alejandro García

Esquerra sufrió este 23 de julio su segunda derrota electoral consecutiva tras el severo revés de las municipales del pasado 28 de mayo. Si hace dos meses se dejaron 300.000 votos en la cita con las urnas, los republicanos han perdido esta vez seis escaños de los 13 que les habían convertido en una fuerza determinante en el Congreso y más de 400.000 sufragios. 

La conclusión inmediata es que han pagado cara su estrategia pragmática en Madrid. Aun así, los de Oriol Junqueras y Pere Aragonès insisten en respaldar a un nuevo Gobierno del PSOE y Sumar, como ha ocurrido estos últimos cuatro años. El problema para ERC es que ha dejado de representar la clave de la investidura de Pedro Sánchez. Esa llave la tiene ahora Carles Puigdemont en su refugio de Waterloo.

Esquerra, que ha obtenido los mismos escaños que los junteros, tendió este lunes la mano a sus adversarios en el campo independentista. "Hay posibilidad de construir una alternativa progresista y estaremos ahí", avanzaron los republicanos. Los de Junqueras rechazan el bloqueo que apunta la posición de máximos de los dirigentes de Junts y les han emplazado a pactar el precio de la reelección del dirigente socialista. ERC teme que Junts lleve la iniciativa en el secesionismo y le arrastre hacia posiciones más radicalizadas. De entrada, los republicanos proponen a Sánchez negociar para su investidura el déficit fiscal, el traspaso de Cercanías de Renfe y la reactivación de la mesa de diálogo que ha quedado en barbecho.

Gratis, no

Para Junts, estas reclamaciones son meramente autonomistas y supondrían poco menos que otorgar a cambio de nada el apoyo a los socialistas, que han quedado por detrás del PP y les necesitan para reeditar el Gobierno con Sumar. Si los junteros se cierran en banda en la reivindicación de la amnistía para los huidos del 'procés', con Carles Puigdemont a la cabeza, y el derecho de autodeterminación, estarán abocando la gobernabilidad al bloqueo. Una parálisis de la que pretende huir ERC. "Tenemos que ser útiles", afirmó este lunes la secretaria general adjunta del partido, Marta Vilalta. Esquerra ha advertido a Sánchez, no obstante, de que si quiere «salvar su país, deberá respetar el nuestro».

Los republicanos están cada vez más debilitados. Mantienen el Govern de Aragonès, pero en solitario y con el único apoyo de los 33 diputados de su propio grupo sobre los 135 que componen el Parlamento catalán. Esquerra ha cedido el liderazgo en Cataluña al PSC, que se ha llevado voto independentista en las generales hasta contribuir decisivamente a que Sánchez haya aguantado el embate de las derechas.

Los de Junqueras han hecho autocrítica. De primera fuerza, ha pasado a tercera en las generales de este domingo. Han perdido casi la mitad de los votos de 2019 y entre ellos y Junts han sacado 14 escaños sobre un total de 48. Hasta ahora, el secesionismo tenía 23, incluidos los dos de la CUP, que se ha quedado sin representación.

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