El batacazo de Vox enfría el auge de la ultraderecha en Europa

El 12,39% los de Abascal queda muy lejos del apoyo que han logrado partidos de su familia política en países como Polonia, Hungría e Italia.

Santiago Abascal en la sede de Vox durante la noche electoral.
Santiago Abascal en la sede de Vox durante la noche electoral.
Reuters

Europa observó con expectación los resultados de las elecciones generales. En esta cita del 23-J estaba en juego la configuración del mapa político en España y la entrada o no de la ultraderecha en el Gobierno central, pero también su efecto en el resto de países de la UE. Una vez finalizado el escrutinio en París o Berlín se respiró con alivio.

El aumento de la participación y la recuperación del bipartidismo supusieron el pasado domingo que Vox cosechase 650.000 votos menos que en 2019, pasando de 52 escaños a 33. Todo un revés para la paulatina escalada de la derecha radical en el seno del club comunitario.

Hace semanas, al ser preguntada por la cita del 23-J, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya aseguró que no le gustaban los extremos. La líder del Ejecutivo comunitario ha tenido que lidiar durante su mandato con dirigentes ultraconservadores como el primer ministro húngaro Viktor Orbán y el del polaco Mateusz Morawiecki, que han resultado unos socios incómodos para Bruselas. Y Von der Leyen no quiere más aliados incómodos, empezando por un Santiago Abascal que en su programa electoral exige recuperar las competencias nacionales cedidas a la UE.

Los resultados del 23-J en España han enfriado las aspiraciones de los partidos ultras en el viejo continente. Vox ha recabado el 12,39% de los votos, lo que sitúa a España muy por debajo de otros países europeos en porcentaje de votos a formaciones de la derecha radical. Además de Hungría, Polonia e Italia, la ultraderecha es fuerte en Suiza, donde logró el 26% de los votos en las últimas elecciones de 2019. En Francia, el partido de Marine Le Pen cosechó un 23% de las papeletas en la primera vuelta de los comicios presidenciales y los partidos de ultraderecha también tienen una gran presencia en Suecia y Finlandia, con un 21% y un 20% del voto, respectivamente.

Presidencia española de la UE

Bruselas aguardaba los resultados electorales del pasado domingo mordiéndose las uñas y es que se han celebrado en un momento crucial al ejercer España la Presidencia de la UE. Este será el último semestre completo antes de las elecciones europeas, por lo que el Ejecutivo comunitario confía en que Madrid negocie y apruebe importantes paquetes legislativos como la reforma de las reglas fiscales, el impulso de la reindustrialización, el pacto migratorio y la reforma del mercado eléctrico, entre otras. Tras los resultados de las generales no habrá cambios en el timón que ha pilotado el ministro de Exteriores socialista José Manuel Albares. Y Sánchez, como presidente en funciones, llevará las riendas de la política comunitaria hasta que concluya el mandato de España en diciembre.

El equipo de Von der Leyen confía en Sánchez para las negociaciones internacionales que se avecinan de aquí a diciembre. Sea como fuere y aún con una repetición electoral en el horizonte el líder del PSOE ejercerá como presidente de la UE hasta diciembre, un papel a nivel política exterior en el que se siente extremadamente cómodo.

Al margen del prestigio internacional de ostentar la jefatura del club comunitario, el ya presidente en funciones se verá expuesto a las reclamaciones de Bruselas. El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ya advirtió antes de las elecciones que podría haber "ciertas complicaciones técnicas" en el funcionamiento de la presidencia de la UE. Y aquí entran de lleno el pago de peajes en las autovías, un tema especialmente espinoso durante la campaña electoral y que, a tenor de los resultados de las generales, el PSOE ha conseguido capear.

La Comisión nunca se pronuncia sobre los resultados de las elecciones dentro de los Estados miembros, pero fuentes de la institución comunitaria aseguraron en declaraciones a este periódico que "confían plenamente" en que las autoridades españolas podrán cumplir con su rol a cargo de la presidencia del Consejo de la UE". Quien sí se pronunció abiertamente en una tribuna en el periódico francés Le Monde fue el ex primer ministro británico Gordon Brown. En España hay que frenar a la ultraderecha, afirmó antes de las elecciones del pasado domingo.

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