La calidad del aire empeora por la fuerza de la erupción y el ímpetu de la lava en el mar

El delta formado por la colada se adentra ya 400 metros en el océano y tiene una superficie de 17,4 hectáreas.

Fotografía de la colada sur de la lava tras la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma
Fotografía de la colada sur de la lava tras la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma
EP

La erupción del Cumbre Vieja continúa extendiéndose por tierra, mar y aire en la isla de La Palma. La colada que emana de las dos bocas activas -el cráter y una fontana lateral- discurre constante hacia la costa, pero el caudal de lava se ha ensanchado en algunas zonas y se ha llevado por delante 200 casas más en las últimas 72 horas. El delta se ha adentrado ya 400 metros en el Atlántico y tiene una superficie de 17,4 hectáreas. La tercera amenaza está en el aire. Ya hay registros que confirman que los gases liberados por la entrada del magma en el agua han empeorado la calidad del aire en el valle de Aridane.

El olor a azufre empezó a percibirse este jueves por la mañana en la localidad de Tazacorte, la más próxima a la desembocadura de la colada. De hecho, los responsables del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) pidieron a la población que "extremara las precauciones" -"especialmente mayores, niños, embarazadas y personas con problemas respiratorios"- al detectarse un aumento de los valores de dióxido de azufre en el aire. No obstante, insistieron en que, al cierre de esta edición, la calidad del aire seguía siendo "buena", aunque recomendaron utilizar mascarillas FFP2 en el exterior.

La isla de La Palma crece. Esta es imagen de la plataforma de medio kilómetro de ancho ganada al mar por la colada, que genera nubes de gases en contacto con el agua

El director sustituto del Pevolca, Rubén Fernández, reconoció que les preocupa la evolución del penacho ante los cambios en las condiciones meteorológicas. "Hoy (por este jueves) tuvimos algunos picos en la estación de Tazacorte que superaban los umbrales de dióxido de azufre. Aunque no se mantienen en el tiempo, sí que nos ha obligado a tomar una serie de medidas vinculadas a la población, a la que se recomienda estar en la calle lo menos posible", detalla.

El viento está jugando un papel clave. El miércoles sopló de componente este y, aunque se percibían cambios de dirección por las corrientes convectivas (movimiento vertical del aire) del volcán, el alisio empujó la nube tóxica mar adentro, alejándola inicialmente de la población. Sin embargo, este jueves fue de componente suroeste, lo que desplazó el aire del penacho hacia Tazacorte y provocó que la población percibiera ese olor a azufre. Hoy viernes se prevé que viré a norte y que se mantenga así el resto de la semana, según la Agencia Estatal de Meteorología, lo que podría desplazar la nube hacia el sur.

El responsable del Pevolca explica que se espera que la capa de inversión térmica esté aún más baja (el jueves estuvo en torno a los 700 metros) con poca movilidad de aire, lo que puede "enrarecer el ambiente". Al mismo tiempo, los gases que está emitiendo el volcán han alcanzado ya los 5.000 metros de altura, lo que da cuenta del aumento de su explosividad. Fernández avanza nuevas medidas: "Es posible que las decisiones que hemos adoptado sobre Tazacorte las extendamos a los municipios de Los Llanos y El Paso".

En cuanto al ácido clorhídrico, solo se han detectado niveles muy puntuales en algunas mediciones. "Sabemos que se estará liberando como consecuencia de la entrada de lava en el mar, pero la concentración es muy baja y además es muy volátil", afirma.

Confinamiento

El Pevolca mantiene el confinamiento de los cuatro barrios (4.500 vecinos) de Tazacorte que están más cerca del penacho formado por la lava, aunque todos están a al menos tres kilómetros de distancia. Este jueves, los agricultores y ganaderos que tienen parcelas fuera del área de exclusión, que es de 2,5 kilómetros, pudieron acceder a sus fincas para regar o dar de comer a los animales.

En cuanto al volcán, la situación es de "relativa estabilidad" desde que despertó de ese momento de descanso que tuvo hace unos días, según el vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional Rubén López. "Sigue expulsando gran cantidad de material tanto por el cráter como por una fontana lateral, pero está yendo todo al mar y apenas se está extendiendo".

El director del Pevolca habla de algunos "ensanches" en su trayectoria hacia el Atlántico y además se ha bifurcado en el último tramo, por lo que se espera que haya una segunda colada que llegue al mar, a unos 200 o 300 metros de distancia de la primera. No obstante, avanza muy lentamente y está a un par de kilómetros de la costa.

El delta formado por el magma que desprende el volcán tiene un anchura máxima de 600 metros -100 más que el miércoles- y se ha adentrado unos 400 metros en el mar -300 más-, alcanzando una cota de 25 metros de profundidad, por lo que aún se encuentra en aguas someras, según explica el geólogo Juan Tomás Vázquez, que es uno de los científicos embarcados en la expedición del Ramón Margalef, el buque que el Instituto Español de Oceanografía tiene frente a la costa oeste de La Palma. La temperatura del agua en el área de influencia de la plataforma se mantiene estable, aunque el geólogo apunta que se han alcanzado picos de 27 grados (cuatro más de lo habitual para esta época del año).

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