Desaparece el Libro de Familia: ¿qué pasará ahora?

El Libro de Familia, tal y como lo conocemos hasta hoy en formato físico, va a desaparecer tras la entrada en vigor de la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil publicado en el BOE. Este documento gratuito es expedido por el Ministerio de Justicia de España y se tramita en el Registro Civil, una institución fundamental para una sociedad moderna, nacida en España en 1870. Uno de los grandes cambios que supone esta nueva ley es que a partir del 30 de abril el Registro Civil dejará de expedir este tipo de documentos físicos y se verá reemplazado por una base de datos virtual, accesible y más acorde con el mundo digitalizado dentro del modelo moderno que se ha configurado en la presente Ley. No obstante, los Libros de Familia expedidos con anterioridad a la entrada en vigor de la presente Ley seguirán seguirán siendo válidos, teniendo los efectos previstos en los artículos 8 y 75 de la Ley del Registro Civil de 8 de junio de 1957.

¿Cómo será el nuevo Libro de Familia?

El libro sirve para registrar la relación de parentesco entre padres e hijos, donde aparecen los nacimientos, adopciones, defunciones, separaciones y divorcios. En el caso de que los titulares se divorcien, se vuelvan a casar o tengan hijos con otras parejas se expide un nuevo libro para acreditar esa nueva relación. Los nuevos nacimientos y matrimonios no recibirán este ejemplar en su nuevo cambio de estado civil o familiar, pero esto no significa que estas personas estarán indocumentadas. A partir del 30 de abril, está previsto que cada registro individual tendrá la obligación de contar con una hoja o extracto en la que figuren los datos personales de la vida del individuo relacionados con su estado civil. Consecuentemente con este diseño de la hoja individual, y en la búsqueda de una mayor simplicidad y eficiencia del sistema, la Ley distingue entre las inscripciones, las anotaciones registrales y, por último, el asiento de cancelación.

El Libro de Familia fue creado el 15 de noviembre de 1915 mediante una ley firmada por Alfonso XIII. Al precio de una peseta a finales de ese mismo año se expidieron los primeros docuementos. Todas las parejas recién casadas recibían su particular libro con páginas para anotar el nacimiento de los futuros hijos y las defunciones.

El primer gran cambio del documento fue a comienzos de la dictadura de Franco. A partir de 1940, el Libro de Familia comenzó a llevar las fotos del esposo y la esposa en tamaño carnet colocadas a ambos lados de la doble página de la inscripción del matrimonio. La moda se pasó y a partir de 1960 la inclusión de las imágenes dejó de ser obligatoria.

Franco utilizó este documento con fines de control. El régimen no veía con buenos ojos las relaciones entre parejas no casadas así que optaban por pedir el Libro de Familia en las recepciones de los alojamientos. "Los solían pedir en los hoteles a las parejas jóvenes para comprobar que estaban debidamente casados", recuerda Alberto Calvo Meijide, profesor titular de Derecho Civil en la Universidad CEU San Pablo, en una entrevista a ABC. El régimen obligaba a añadir los datos laborales del matrimonio como condición para solicitar los subsidios del Gobierno.

El primer gran cambio vino en democracia, en 1981. Las madres solteras obtuvieron, por fin, el Libro de Familia en el que constara la filliación de los hijos naturales. El otro gran cambio vino en 2005 con la aprobación del matrimonio homosexual. Las líneas en donde deben figurar los nombres de los contrayentes van desde entonces precedidas de 'D./Dª' (don/doña). Esto permite su utilización por parejas del mismo sexo.

Con la ley de Registro Civil aprobada en 2011 y cuya entrada en vigor ha sido prorrogada en varias ocasiones hasta el día de hoy, el Libro de Familia pasa a la historia. Los datos de las nuevas familias dejarán de tener presencia en el papel y será simples códigos alfanuméricos. Así será el funcionamiento para los recién nacidos y para aquellos que los soliciten.