Distintas (y exóticas) recetas para volver a las aulas con seguridad

Cada país, o incluso Comunidad Autónoma, está proponiendo medidas para favorecer una vuelta al cole con garantías. Comer en los pupitres, dejar las ventanas permanente abiertas o dar prioridad a los hijos de trabajadores esenciales son solo algunas ideas que se han propuesto.

Schoolgirls and schoolboys of the fifth year voluntarily wear protective face masks inside their classroom as schools re-open after summer holidays and the lockdown due to the outbreak of the coronavirus disease (COVID-19) at the Karl-Rehbein high school in Hanau, Germany, August 17, 2020. REUTERS/Kai Pfaffenbach [[[REUTERS VOCENTO]]] HEALTH-CORONAVIRUS/GERMANY-EDUCATION
Estudiantes con mascarilla en una clase de un centro escolar de Hanua, Alemania.
Kai Pfaffenbach

No existe una fórmula mágica ni una receta universal. Lamentablemente parece que, en la compleja vuelta a las aulas del próximo mes, el único método es el ‘ensayo-error’. El problema es que ese error atañe a la salud y pone en jaque, vía largas cuarentenas, la educación presencial. Así, se están estableciendo protocolos para tratar de que no se produzcan contagios en las aulas y, en caso de infección, estar en condiciones de aislarla sin bloquear el sistema.

El presidente aragonés Javier Lambán sorprendió el martes con su propuesta de que los chavales coman en las aulas para evitar al máximo los espacios comunes, y esta es una idea más en las muchas que están lanzando las Comunidades Autónomas y los países europeos que ya han retomado las clases.

El Ministerio de Educación español está vaciado de competencias a favor de las Comunidades Autónomas, pero es algo que también sucede en Alemania con los länder o en Estados Unidos, donde cada uno de los 50 estados puede establecer sus propias normas (e, incluso, cada condado dentro de cada estado). De momento, se prueba y experimenta con distintas fórmulas para fomentar la seguridad en la vuelta al cole a pesar del recelo por los rebrotes. A continuación se detallan algunas de las medidas más singulares puestas en marcha en distintos escenarios:

Lavado de manos

Las medidas habituales

Lavarse las manos continuamente, desinfectar las aulas a diario y no acudir a clase si se tienen síntomas son medidas convertidas ya en obviedad. Además, en muchos países se ha acortado el número de alumnos por aula para poder mantener la distancia de seguridad entre pupitres. El problema es que los estudiantes hacen muchas actividades comunes en las que las distancias, las aglomeraciones y el contacto físico son difíciles de respetar. Sobre el uso de mascarillas, hay una gran diversidad de opiniones: en los países nórdicos no llevan niños ni profesores, en Francia es obligada a partir de los 11 años, en Alemania depende de cada región… Sí que se impone la mascarilla en el transporte público y en las zonas comunes de la escuela, aunque luego se pueda relajar su uso en las aulas.

Isabel Zamora, dibujando la clave de sol, en la pizarra

Multiplicar el profesorado

En Italia afirman que “el objetivo no es reabrir las escuelas, sino garantizar que no vuelvan a cerrar”. En consecuencia, el Gobierno transalpino está haciendo importantes inversiones para comprar hasta 2,5 millones de pupitres individuales o entregar 11 millones de mascarillas diarias. Además, prevé realizar 100.000 nuevos contratos permanentes y unos 50.000 temporales “de emergencia” para el personal escolar, que también tendrá a su disposición pruebas rápidas

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Opinión

Ventilar, ventilar, ventilar

La obsesión en Países Bajos es el problema de ventilación de los colegios y la sospecha de que el coronavirus se puede transmitir a través de aerosoles. Muchas de las ventanas de las aulas están siempre selladas y ahora se ha decidido lo contrario: dejarlas permanentemente abiertas y dejar que la ventilación la controle un receptor externo. Los profesores han recibido un manual de siete páginas para comprobar que el aire en el aula cumple los mínimos exigidos por Salud Pública. También en Austria obligan a ventilar cada 20 minutos (y un mínimo de 5) por lo que recomiendan a los alumnos ir bien abrigados.

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La terraza Terraluna, en una fotografía tomada ayer, fue el lugar donde la víctima buscó refugio tras sufrir la agresión sexual.

Las clases en el parque

Antaño dar una clase en el patio o en las gradas del campo de fútbol era casi sinónimo de fiesta, pero a partir de este curso se vincula a la conveniencia y la necesidad. Para evitar restricciones de espacios cerrados, muchos profesores promueven excursiones por los sotos o los bosques, visitas a granjas e improvisar atriles en cualquier parque o jardín. Explican que ya a comienzos del siglo XX, para evitar la propagación de la tuberculosis, las clases se daban en los parques al aire libre.

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Burbujas y grupos aislados

Como ya se ha anunciado también en Aragón, en muchas localidades apuestan por grupos de cada clase serán considerados una "burbuja" y deberán permanecer juntos durante las horas lectivas, el recreo y la comida. El aislamiento entre clases para evitar contactos entre alumnos de distintos cursos choca con la ‘interculturalidad’ de las actividades extraescolares, que se reducen al máximo. Se han diseñado recorridos especiales en los pasillos y dividido los horarios de entrada y salida. La excepción a esta norma se da en Francia, donde se eliminó una directiva que pedía limitar la mezcla entre clases e, incluso, vetaba que se compartieran objetos.

Worker in protective suit sprays disinfectant inside a classroom of a primary school, as students’ return has been delayed due to the novel coronavirus outbreak, in Donghai county of Lianyungang, Jiangsu

Un semáforo austriaco

Como si fueran las fases de la desescalada, en Austria han ideado un sistema de semáforo en función de cómo evolucione la pandemia en los colegios. Con color verde todo estará en orden, mientras que si pasa a amarillo será obligatorio ir con mascarilla en el aula. El rojo es sinónimo de que las lecciones se darán vía telemática porque el colegio tendrá que cerrar sus puertas.

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Con aplausos se ha rendido homenaje a quienes se han dejado la piel en esta pandemia: sanitarios, servicios de limpieza, comercio minorista, transporte y agricultura son los sectores más valorados por los españoles, segúna Adecco. Entre el resto de trabajadores se fomentó el teletrabajo, que hoy muchos lo echan de menos.

Inevitable el sistema híbrido

La mezcla de la asistencia a clase y la enseñanza virtual va a ser una tendencia casi obligada el próximo curso. En media Europa los maestros han exigido que el tope de alumnos por aula sean quince estudiantes (antes eran treinta) para así poder hacer alternos los días virtuales con los presenciales. Advierten los psiquiatras de que, por la socialización, es importante no perder el contacto con el resto de compañeros. Países como Noruega ha señalado que, aunque los contagios suban, se mantendrán siempre abiertos los centros escolares. En Finlandia, país conocido por su éxito en las pruebas PISA, cada colegio tiene libertad para actuar como juzgue conveniente.

Una imagen de archivo de una joven mirando un ordenador.

Acceso barato a internet

En Alemania la gran coalición trata de garantizar que todos los profesores dispongan de ordenadores portátiles de trabajo y que todos los alumnos puedan tener acceso barato a internet: una conexión debe costar como máximo 10 euros al mes. Esta medida forma parte del Plan B porque, aunque la intención de Merkel es priorizar la educación presencial, ya ha habido que cerrar algún centro berlinés por los contagios. Eso sí, la mayoría de profesores temen que la exigencia en las clases ‘online’ sea mucho menor que en las presenciales. Además, aseguran que los alumnos ya acumulan cierto retraso y deben recuperar las horas lectivas presenciales perdidas por el confinamiento.

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Las investigaciones sobre las enfermedades animales son esenciales para la prevención de futuras pandemias.

Prioridad.. o agravio

En algunos centros escolares de Nueva York están dando prioridad a los hijos de trabajadores esenciales para que asistan de forma presencial a las aulas. Es una medida un tanto discutida, sobre todo, a la hora de establecer el ranquin de los padres que pueden o no teletrabajar y, en consecuencia, conciliar. En este curso que arranca las escuelas estadounidenses e italianas tendrán actividades de apoyo psicológico para hacer frente a situaciones de estrés derivadas de la covid.

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