OCU desaconseja utilizar mascarillas con válvula

Las personas con patologías crónicas, inmunodeprimidos y quienes cuidan en casa a personas contagiadas deberían usar mascarillas FPP2 o FFP3 sin válvula. Además de proteger a los demás, ellos también quedan protegidos.

Tipos de mascarillas para combatir el coronavirus
Todos los tipos de mascarillas para combatir el coronavirus

El mantenimiento de la distancia física y la higiene de manos son las medidas fundamentales para protegerse del coronavirus. Pero, además, el uso de mascarillas contribuye a mantener controlada la infección, especialmente desde que sabemos que buena parte de los contagios se producen a partir de personas que están infectadas pero no han desarrollado todavía síntomas. De ahí que su uso sea ya obligatorio en el transporte público y muy recomendable en el resto de espacios en los que no sea posible mantener la debida distancia física.

Sin embargo, muchos consumidores siguen sin saber qué tipo de mascarillas en concreto deberían usar en cada situación y en qué se diferencian unas de otras. Con el fin de aclarar la situación, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha preparado la siguiente infografía.

Infografía aclaratoria realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios.
Infografía aclaratoria realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios.
OCU

¿Sirven todas las mascarillas contra el coronavirus?

No. Las mascarillas FFP2 y FFP3 con válvula no impiden el contagio del coronavirus a otras personas, ya que precisamente la válvula facilita la salida de la respiración sin ningún tipo de filtro. Y, por lo tanto, pueden contribuir a la propagación del coronavirus.

Por el contrario, las mascarillas FFP2 y FFP3 sin válvula sirven para protegerse a uno mismo, pero también a los demás, ya que filtran tanto la entrada como la salida del aire. Claro que también son las más caras y, hoy por hoy, no siempre fáciles de encontrar. Por eso, además del personal sanitario, su uso solo es prioritario para colectivos de riesgo, como personas con patologías crónicas, inmunodeprimidas y quienes cuidan a personas contagiadas.

El resto de los consumidores pueden seguir usando mascarillas quirúrgicas o higiénicas indistintamente. Gracias a su efecto barrera, protegen al resto de la población en aquellos casos en que uno está infectado y no lo sabe, por lo que contribuyen decisivamente a controlar la expansión de la pandemia.

Si no se dispone de mascarillas certificadas (sean higiénicas, quirúrgicas o FPP2 y FFP3 sin válvula) y aun así tiene que exponerse a una situación en la que no puede guardar la distancia de seguridad, es recomendable llevar al menos una mascarilla casera o una mascarilla antipolvo PM2,5. Pueden no ser tan efectivas como las anteriores, pero es preferible a no llevar mascarilla.

OCU insiste, además, en la importancia de respetar las instrucciones del fabricante respecto a tiempo de uso, posibilidad de reutilización o no y, en caso de ser reutilizables, limpieza y desinfección. Y advierte sobre la importancia de usarlas bien y mantener el resto de las medidas preventivas. La sensación subjetiva de seguridad que algunas personas pueden tener por usar mascarillas puede llevarlas a relajar otras precauciones tanto o más importantes, como la distancia física, el lavado frecuente de manos y el evitar tocarse la cara con las manos sin lavar.

¿Dónde comprarlas?

Dada su creciente disponibilidad, la mejor opción es acudir a alguna farmacia, parafarmacia o supermercado de cercanía, físicamente o a través de su página web. Y priorizar productos reutilizables; si bien son un poco más caros, terminan saliendo a cuenta.

Es preferible evitar comprar mascarillas en los market places de las grandes plataformas de venta on line (Amazon, Aliexpress, Ebay…). Muchas de ellas despiertan serias dudas sobre su fiabilidad, tienen largos plazos de espera y no son necesariamente más baratas.

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