El pueblo de Sant Llorenç recupera la calma y su aspecto tras el desastre

El consistorio municipal, que vio de cerca como el agua anegaba las estrechas calles, celebra que "Mallorca ha sido más solidaria que nunca" y agradece a la población, a los servicios de emergencia y a los voluntarios la ayuda desinteresada.

Los reyes visitaron la zona afectada este viernes, en Mallorca.
El pueblo de Sant Llorenç recupera la calma y su aspecto tras el desastre
Efe

El asfalto de las calles de Sant Llorenç ya se deja ver tras haber estado cubierto por el barro, los vecinos del pequeño municipio dejan que los rayos del sol que baña la isla inunde sus casas, y estas lucen el cristal limpio en las ventanas y puertas por las que penetró con fuerza la tromba de agua y lodo que golpeó este pueblo mallorquín.

Los bares que rodean el ayuntamiento, que al estar en una calle cuesta arriba no han sufrido graves daños que causó el martes la riada que cogió por sorpresa a sus habitantes y visitantes, recuperan la clientela habitual y acogen en sus terrazas a unos tímidos vecinos que simulan que la tormenta emocional ha pasado.

El consistorio municipal, que vio de cerca como el agua anegaba las estrechas calles, celebra que "Mallorca ha sido más solidaria que nunca" y agradece a la población, a los servicios de emergencia y a los voluntarios la ayuda desinteresada para restablecer la situación y la calma tan característica de Mallorca

"Es brutal porque hay gente que nos da dinero por la calle para que lo ingresemos en las cuentas comunitarias", asegura la regidora de Deportes del Ayuntamiento de Sant Llorenç, Antònia Bauzà.

"Los vecinos están muy pero que muy cansados, aunque comienza a haber un poco de normalidad dentro del pueblo", asegura Antònia.

Los residentes en este pueblo del este de la isla, empiezan a "digerir" lo sucedió al anochecer cuando la torrentada se llevó por delante todo que encontró a su paso, incluido las vidas de 12 personas y a un niño que no aparece, y se acercan hasta el ayuntamiento para charlar con sus empleados para enterarse de los procedimientos para recibir ayuda municipal.

Algunos ciudadanos de a pie han ofrecido dinero al ayuntamiento, otros han querido donar botes de pintura, muebles, materiales de construcción, hospedaje y muchas otras formas de solidaridad.

El municipio ha amanecido tranquilo y los miles de voluntarios que durante estos días se habían acercado hasta este pequeño pueblo, que en menos de una semana ha duplicado el medio centenar de agentes de la Policía Local que tiene en plantilla, ya no abarrotan las calles en busca de un hueco en el que echar una mano amiga

La concejala dice estar convencida de que esta riada va a suponer un antes y un después en la historia del municipio, y que "el primer día que vuelva a caer una sola gota de lluvia en Sant Llorenç, la gente estará super asustada".

Antonia sabe que "cualquier vecino tiene su historia" y recuerda dos relatos para ella especiales: el de un hombre que se ató a un árbol para salvar a cuatro turistas y el de otro vecino que para poner a salvo a su mujer la transportó en una carretilla porque no podía llevarla a hombros.

Pero a día de hoy, con un simple paseo por el centro de la localidad se aprecian todavía señales de aquella tromba que echó a perder todas las existencias de tabaco que tenía el estanco del pueblo, hoy con sus estanterías vacías.

La sucursal de Correos y la oficina municipal no han sido rehabilitadas, y lo mismo ocurre con algún que otro negocio.

"Esperemos que para las fiestas podamos hacer el mercadillo navideño que hacemos todos los años en invierno", apunta la concejala, dando así a entender que espera que por esas fechas Sant Llorenç vuelva a ser el mismo pueblo que antes fue.

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