Incubadoras o panaderías, el dilema del racionamiento de combustible en Gaza

Ante el bloqueo de Israel a la Franja y la escasa ayuda humanitaria, la ONU se ve obligada a tomar «duras decisiones».

Unidad de cuidados intensivos para bebés prematuros en el Hospital Shifa de Gaza
Unidad de cuidados intensivos para bebés prematuros en el Hospital Shifa de Gaza
Reuters

Incubadoras o panaderías. Ese es el tremendo dilema al que se enfrenta la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en sus siglas en inglés) a la hora de repartir su escaso combustible en Gaza. Aunque este organismo había anunciado que tendría que dejar de prestar servicios este jueves por falta de suministro, parece que ha encontrado algo de gasolina para los generadores de emergencia que alimentan los hospitales ante el corte de electricidad por parte de Israel.

Pero tiene que racionar su uso y tomar «duras decisiones», como reconoció su portavoz, Tamara Alrifai, a la agencia AP: «¿Damos el combustible a las incubadoras o a las panaderías? ¿Bombeamos agua potable o enviamos los camiones a la frontera?». Finalmente, tendrán prioridad las tareas médicas y la potabilización del agua frente al horneado del pan, que se ha convertido en el único alimento para muchos de los 1,4 millones de desplazados internos que han abandonado o perdido sus hogares por los bombardeos israelíes. Aun así, 350.000 palestinos siguen en el norte de Gaza esperando una inminente invasión terrestre.

A pesar de esta llamada de socorro de la ONU, el Gobierno de Netanyahu no permite el envío de combustible en los convoyes de ayuda humanitaria que entran desde el paso fronterizo de Rafah, en Egipto. Mostrando unas fotos tomadas con satélite de unos depósitos en Gaza, asegura que contienen más de 500.000 litros de combustible y se niega a que llegue más porque podría ser usado por Hamás para seguir disparando sus cohetes desde la Franja.

De hecho, una de las principales quejas de Tel Aviv es que buena parte de los fondos de ayuda internacional destinados son requisados por Hamás, que controla Gaza, para sus actividades terroristas. Poniendo como ejemplo la extensa red subterránea construida en la Franja para infiltrarse en Israel o introducir armas desde Egipto, así lo asegura la embajadora israelí en el Reino Unido, Tzipi Hotovely, a la cadena de televisión Sky News: «Cada túnel cuesta tres millones de dólares (2,8 millones de euros). En total, Israel ha descubierto más de treinta túneles. Son cien millones de dólares (95 millones de euros) de la ayuda humanitaria que podrían haber ido a la gente de Gaza, pero no. Hamás ha creado esta máquina de guerra, este horroroso metro».

Sin combustible por tanto en los convoyes, otros doce camiones cruzaron el paso de Rafah este jueves, transportando principalmente comida, agua y medicinas. Desde el sábado, cuando empezó el primer envío coincidiendo con la conferencia de paz de El Cairo, suman ya 74. Se trata de una ínfima porción de lo que necesitan los gazatíes y de los 450 camiones que recibían antes de que estallara esta última guerra tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, que dejó 1.400 muertos y más de 200 secuestrados. De ellos, medio centenar era camiones cisterna cargados de combustible. Como mínimo, la ONU calcula que ahora hacen falta cien camiones al día para contener la «catástrofe» que sufre la Franja.

3.000 toneladas de ayuda por llegar

Mientras Gaza agoniza bajo las bombas y el bloqueo israelí, en Egipto esperan para cruzar el paso de Rafah unos 200 camiones con 3.000 toneladas de ayuda humanitaria. Entre ellos, según detalla la Organización Mundial de la Salud (OMS), destacan medicinas para 110.000 personas, equipamiento para 20.000 enfermos crónicos y material para 3.700 pacientes de traumatología.

Operando al máximo de sus exiguas posibilidades, los hospitales han sido de las infraestructuras más afectadas en Gaza. A tenor de la ONU, doce de los 35 hospitales de Gaza han sido dañados o han tenido que cerrar por la falta de combustible. De los 22 centros médicos de su agencia para los refugiados, solo ocho siguen en funcionamiento. Tras visitar el martes dos de los principales hospitales de la Franja, Al Quds y Al Shifa, una delegación de la Cruz Roja denuncia que sufren un «caos y una extenuación total».

Con la violencia extendiéndose también a Cisjordania, donde no rige Hamás pero ya hay unos cien palestinos muertos, el Ministerio de Salud de Gaza eleva los fallecidos a 7.028, de los que 2.913 son niños y 1.709 mujeres. Pero Israel pone en duda estas cifras y sigue con sus bombardeos «selectivos».

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