El frenazo en la llegada de ayuda amenaza con paralizar todos los hospitales de Gaza

La agencia de la ONU para los refugiados palestinos también tendrá que dejar prestar servicios si no recibe combustible con urgencia.

Los palestinos heridos en el bombardeo israelí de la Franja de Gaza son llevados a un hospital en Deir Al-Balah el miércoles 25 de octubre de 2023.
Los palestinos heridos en el bombardeo israelí de la Franja de Gaza son llevados a un hospital en Deir Al-Balah el miércoles 25 de octubre de 2023.
Adel Hana

En la conferencia de paz celebrada el sábado en El Cairo, que coincidió con el primer envío de ayuda humanitaria a Gaza, se esperaba que los convoyes de camiones se hubieran estabilizado para mediados de esta semana. Pero, en lugar de ir aumentando con los días, la asistencia ha menguado tan peligrosamente que amenaza con parar los servicios de sus desbordados hospitales.

El martes, y por motivos no aclarados, sólo pudieron entrar en la Franja ocho de los veinte vehículos que tenían previsto cruzar el paso fronterizo de Rafah, en Egipto. En total, habían pasado 62 camiones hasta este miércoles, cuando antes de la guerra eran 455 al día porque este enclave palestino depende básicamente de la ayuda humanitaria de la ONU. Su agencia para los refugiados locales (Unrwa, en sus siglas en inglés) lleva días advirtiendo de que tendrá que dejar de prestar servicios por la falta de combustible.

Aunque los convoyes han transportado comida, agua y medicinas, Israel ha impedido el paso de camiones cisterna argumentando el riesgo de que caigan en manos de Hamás, que podría usar el combustible para disparar más cohetes contra su territorio. Ante el aviso de la Unrwa en X (antiguo Twitter) sobre la falta de combustible, las Fuerzas Israelíes de Defensa le respondieron con una imagen por satélite de unos depósitos dentro de Gaza que, a su juicio, contenían más de 500.000 litros de gasolina. "Pregunten a Hamás si pueden tomar algo", recomendaba el mensaje con negra ironía.

"Situación desesperada"

Más seria, en cambio, se muestra la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advierte de que "para la gente de Gaza la situación es desesperada y se volverá catastrófica sin el envío seguro y continuado de combustible, suministros y asistencia humanitaria adicional". El lunes, con ayuda de la Unrwa, la OMS pudo mandar 34.000 litros de combustible a cuatro hospitales del sur de Gaza y de la Media Luna Palestina. Pero eso sólo daba para mantener durante poco más de veinticuatro horas las ambulancias y algunos servicios de urgencias.

A la espera de que entre más ayuda humanitaria, en Gaza ya se han visto obligados a cerrar seis hospitales. El último en interrumpir sus servicios de emergencia es el hospital de Indonesia, que funciona con su capacidad muy limitada. La situación es acuciante para pacientes especialmente vulnerables como los mil que dependen de máquinas de diálisis, los 130 bebés prematuros que sobreviven en incubadoras y quienes se hallan en la UCI. Todos ellos podrían morir si los generadores eléctricos que alimentan sus hospitales se quedan secos. Por falta de medicamentos, igual de complicado lo tienen los 2.000 enfermos de cáncer que reciben su tratamiento en el Hospital Turco de la Amistad, el único oncológico de la Franja y que opera también a medio gas.

En la tercera semana de guerra ya desde el salvaje ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, Israel endurece sus bombardeos masivos sobre Gaza. En la zona norte, una de las más castigadas por la artillería, el hospital Al-Shifa está al 150% de su capacidad y, al igual que en otros centros, los médicos se ven obligados a operar sin anestesia ni calmantes.

Con 6.546 muertos contabilizados por el Ministerio de Salud palestino, de los que 2.704 son niños, 17.500 heridos abarrotan los hospitales o necesitan atención médica.

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