La ruta de Emiliano Zapata
En 1910, Zapata se levantó en armas respondiendo al llamado revolucionario de Francisco Ignacio Madero. Pronto se convirtió en el jefe del Ejército Libertador del Sur y durante nueve años luchó para mejorar las condiciones de vida de los menos favorecidos.
La Ruta Zapata es un recorrido por los pueblos, haciendas y caminos que el revolucionario Emiliano Zapata transitó desde que nació el 8 de mayo de 1879 en Anenecuilco (Estado de Morelos) en una casita de adobe cuyos restos aún se puede visitar y en el seno de una familia numerosa formada por seis hermanas y tres hermanos.
En la aldea natal vivió Zapata su niñez y fue testigo de las injusticias que los hacendados hacían a sus vecinos. Tenía 16 años cuando murió su madre y once meses después también perdió a su padre.
Empezó a trabajar como labrador y arriero y, en 1897, con 18 años recién cumplidos fue detenido por las fuerzas policiales en su pueblo natal, siendo liberado pistola en mano por su hermano Eufemio, que también llegaría a ser un destacado general de la revolución mexicana.
En 1910 Zapata se levantó en armas respondiendo al llamado revolucionario de Francisco Ignacio Madero, que un año después sería su padrino de bodas cuando se casó en la iglesia del Señor del Pueblo de Cuautla con Josefa Espejo. Pronto se convirtió en el jefe del Ejército Libertador del Sur y durante nueve años luchó para mejorar las condiciones de vida de los menos favorecidos.
Redactó junto a Otilio Montaño “el Plan de Ayala” que se firmó el 28 de Noviembre de 1911, convirtiéndose en el símbolo de la rebelión y las demandas del ejército zapatista basadas principalmente en el lema “La tierra es de quien la trabaja”.
La localidad de Ayala es considerada hoy la cuna de la Revolución en Morelos y en las afueras se encuentra la Hacienda de Coahuixtla, el más importante de los ingenios azucareros del estado. En 1913, en plena revolución mexicana, el ejército de Emiliano Zapata tomó la hacienda y la convirtió en uno de sus principales cuarteles. Hoy sus ruinas son utilizadas como set de rodaje de películas históricas.
El cuartel general de Zapata en Cuernavaca fue el antiguo Hotel Moctezuma donde se puede ver hoy su famosa fotografía con su carabina. En el jardín botánico tuvo lugar un majestuoso banquete en honor de Madero al que asistió Zapata, pero del que se fue al sentirse molesto con la nueva alianza establecida con los burgueses locales.
En el Museo Regional Cuauhnáhuac hay salas que explican cómo se desarrolló la Revolución entre 1910 y 1917. La inmensa mayoría de los revolucionarios en Morelos eran campesinos que vestían ropa de manta y sombreros de palma y piel. El arma preferida era la conocida como Carabina 30-30 que utilizaba la misma munición que los revólveres.
En el convento de la Natividad en Tepoztlán, Zapata estableció otro de sus cuarteles generales. La Casa de la Cultura de Ixcatepec muestra la vinculación de su población con la revolución zapatista y también se pueden ver objetos personales del propio Zapata y documentos históricos.
Cuautla es otra de las escalas fundamentales de esta ruta histórica. Fue escenario de la lucha por la independencia y la revolución mexicana y se puede visitar la máquina de vapor en la Antigua Estación del Ferrocarril, fabricada en 1904 y que tuvo un papel importantísimo en el movimiento armado.
En la llamada Plaza de la Revolución del sur hay una estatua que honra a Zapata y en cuyo basamento están los restos mortales del jefe revolucionario. El cadáver de Zapata fue exhibido en los portales del Palacio Municipal de Cuautla con la finalidad de atemorizar a sus seguidores.
La tarde del 10 de abril de 1919 Zapata fue asesinado en la hacienda de San Juan de Chinameca en una trampa mortal que le tendió el coronel Jesús Guajardo por órdenes del presidente Venustiano Carranza. A la entrada se pueden ver los orificios de bala ante la que se ha construido una estatua ecuestre del revolucionario.
El Museo del Agrarismo, situado en la antigua hacienda, exhibe cerca de 50 documentos históricos entre mapas, planos, cartas y fotografías que van de los siglos XVI a los años de la revolución y algunos objetos que pertenecieron al propio Zapata.
A dos decenas de kilómetros, en el municipio de Tlatizapán, se encuentra el molino de arroz utilizado como cuartel general por Zapata y reconvertido hoy en un museo en el que puede verse la escopeta, la cama donde dormía y la silla de montar y la ropa que llevaba al morir llena de orificios de bala y manchada de sangre.
En el Convento de San Miguel Zapata mandó construir un mausoleo para sepultar a los generales zapatistas que lucharon junto a él y en las haciendas Atlihuayan y Apanquetzalco de Yautepec el general revolucionario acuñó monedas de oro con la inscripción “Reforma, Justicia y Ley“.
