"Los países en ámbar son lugares donde no deberías ir de vacaciones", avisa Johnson. España está entre ellos

La UE autoriza la apertura de sus fronteras a los viajeros vacunados de terceros países, mientras limita la entrada del resto que venga de los territorios aún más afectados por la covid

Regreso de turistas británicos tras imponerse una cuarentena en R. Unido a los viajeros procedentes de España
Regreso de turistas británicos tras imponerse una cuarentena en R. Unido a los viajeros procedentes de España
Ramón de la Rocha

La Unión Europea dio este jueves luz verde a la apertura de las fronteras a los viajeros vacunados que provengan de terceros países y a ese nuevo umbral de referencia que limita cualquier entrada de turistas no inmunizados con origen en regiones en las que la incidencia acumulada a 14 días supere los 75 casos por cada 100.000 habitantes. Una regla esta última que, hoy por hoy, sí cumpliría el Reino Unido, con 46,3 contagios, pero no Estados Unidos, con una tasa de 147,47.

En todo caso se trata de recomendaciones generales, ya que las fronteras son competencia exclusiva de cada Estado miembro. Y, en consecuencia, de aplicación voluntaria. Así que es previsible una cacofonía de medidas de control adicionales (test PCR e incluso cuarentenas), además de notables desajustes sobre la identidad de los países con los que se permitirán los desplazamientos.

Ya sucedió el pasado año, cuando se planteó una reapertura a una decena de puntos del globo. Socios comunitarios como Bélgica la fueron restringiendo. Hoy jugará en contra de la nueva reapertura la evolución dispar que el patógeno tiene en distintos puntos de la Unión.

Según el límite que la UE marca para abrirse hoy día al exterior por la pandemia, solo Malta (25,26), Portugal (47,82) y Finlandia (52,56) podrían dar ejemplo. A partir de ahí, las líneas de infecciones se entrecruzan de forma caótica.

Altas incidencias

Las altas incidencias en países como Suecia (577,38), Países Bajos (483.09), Lituania (562,83) o Chipre (521,84) dificultan no solo la entrada de visitantes extracomunitarios, sino también los movimientos interiores entre vecinos. Pilares del turismo como Italia (191), Grecia (286) o España (159) aún mantienen incidencias altas.

En ese escenario, el primer ministro británico, Boris Johnson, esgrime cuarentenas y multas de 10.000 libras para desmotivar a los ciudadanos que quieran viajar a países europeos que no están en su 'zona verde' (solo cumple Portugal). "Los países en ámbar son un lugar al que no deberías ir de vacaciones", aseguró el 'premier' en clara referencia a destinos como España, Francia o Grecia, favoritos de los ciudadanos de Reino Unido.

Asimismo, las incidencias desiguales se suma un punto de partida más o menos caótico en la UE. Hungría, por ejemplo, mantiene selladas sus fronteras. Y la República Checa y Finlandia prohíben los viajes de ocio.

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