gastronomía
Un picoteo que toca todos los palos en el centro de Zaragoza
La taberna El Sidecar ofrece desde queso en un montadito a tapas más elaboradas.
Sin hacer mucho ruido, la taberna El Sidecar ha encontrado su sitio en la calle Mayor de Zaragoza. Y eso que está rodeada de zonas de ambiente con mucho tirón como las plazas de Santa Marta y San Pedro Nolasco, la Magdalena o el Tubo.
César Pérez ha conseguido hacerse notar con una combinación de productos y recetas que resumen su larga trayectoria hostelera. Por ejemplo, están las tablas de embutidos, quesos y patés que ofrecía en El Portón junto a varias tostadas. Más trabajo de cocina tiene la mejor tapa mediterránea del Concurso de Tapas de Zaragoza del año pasado, un brioche de ternasco con salsa alioli y patatas paja.
Entre estos escenarios gastronómicos hay bastante para elegir, aunque la carta no es amplia. En la vitrina se acumulan los argumentos del vermuteo, las croquetas de bacalao, setas y parmesano, y chipirón; los vinagrillos; la bola de carne o los pimientos rellenos y el langostino con jamón. También hay elaboraciones que se salen del guión, como las focaccias de berenjena parmesana y longaniza con queso.
Este muestrario, junto a los quesos troceados para degustar como si fueran un pincho, pone en evidencia la versatilidad de esta taberna, un espacio gastronómico multiservicio donde hay un poco de todo.
La carta también responde a este perfil. Hay varias ensaladas, verduras asadas y trigueros con romesco antes del picoteo más consistente. Por ejemplo, entre las carnes, el cochinillo frito, mientras que las madejas son las reinas de la casquería.
Del mar, chipirón, anchoas o rabas de calamar. Y para acompañar, un buen surtido de patatas con ingredientes variados. Las especialidades de la casa son muy reconocibles: migas con uva y huevos rotos con jamón, y con pimientos y trigueros. El fin de semana se ofrece un menú (19 euros) de recetas caseras.
